Un nuevo adiós

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-Dea, despierta preciosa-

Susurró a la hermosa mujer que dormía en su regazo.

-¿Cuánto dormí?- frotó sus ojos.

Todavía se encontraban arriba de la muralla. Keilot, Gaia y el resto del equipo, aún dormían en sus respectivos sitios de la noche anterior.

-Ya amaneció. Dormiste lo suficiente- mencionó, acomodandole el cabello -Te ves hermosa por las mañanas- expresó, burlón.

-Cállate, tú te vez peor- se defendió, poniéndose de pie. No era cierto, él era perfecto -Al menos Eren volvió a ser él mismo- miró hacia abajo y ahí estaba él dormido como un bebé -Vamos a despertarlo-

-Bien, vamos- la tomó de la cintura -Lejos- murmuró y desaparecieron.

Una mano apartaba el cabello platino del rostro de ella. La persona que lo hacía, estuvo casi toda la noche despierto, contemplandola. Había dormido sus dos o tres horas habituales, más allá del efecto de la magia. Era el Capitán. Ella dormía en su pecho, como un ángel, no sabía como había llegado ahí, pero no la apartó en ningún momento. Aunque, tenía que despertarla.

-Gaia- habló suave, mesciendola un poco -Gaia...Despierta- ella se removió un poco.

-Ssshhh- se abrazó a si misma -Déjeme dormir en paz, Capitán- habló en murmullos -Vaya a cazar titanes y tráigame muestras- él sonrió, divertido.

Tenía que alejarla. Si seguían en ese mismo lugar, estaba seguro que, mataría al cazador o a cualquiera que se interpusiera en su camino y se quedaría con ella, para siempre.

-Cazador- pateó a su derecha donde él estaba -Cazador, despierta-

Habló en susurros, volviéndolo a patear y él despertó confundido.

-¿¡Qué demonios!? ¿Qué sucede, Capitán?- preguntó, mirando a su alrededor.

-Apartalá de mí- ordenó, señalando a la mujer en su pecho -No sé como llegó aquí, pero la quiero lejos-

Él se incorporó y la apartó sin dificultad.

-Lo siento- se disculpó -Ella siempre hace eso, se duerme en cualquier sitio- sonrió, mirándola en sus brazos. La amaba con todo su ser -En sus primeros meses de embarazo, salió a una de sus rondas. Como tardó demasiado, fui a buscarla porque no regresaba- narró, sin quitarle la vista de encima -Mayor fue mi sorpresa cuando, la encontré dormida en las ramas de un árbol-

El capitán, los observaba sin emoción. Ese hombre, adoraba a su esposa y él , no podía hacer nada al respecto. Ellos eran felices juntos.

-Callate, Keilot- habló dormida -Eres un cazador muy molesto- se acomodó en sus brazos, aferrando su cuello.

-¡A mí no me callas, alquimista dormilona!- frotó su rostro con su incipiente barba en el rostro de ella, que despertó, incomoda -¿Vas a despertar o no?-

-Keilot, eso no me gusta- se quejó, frotando su rostro -Sabés que me da alergia-

-Silencio y saluda al capitán- la bajo de sus brazos.

-Buen día, Capitán- sonrió hacia él.

-Buen día- respondió neutro -Tengo que despertar a los demás- se fue de allí.

-Eso fue extraño- formuló a su esposo -El capitán parecía triste-

-Si- asintió.

Cerca de ellos, se encontraba el otro par del grupo que estaba despertando a un adolescente.

-Eren- le acarició entre los ojos -Despierta, Eren. El cielo despertó y ahora, tú también-

Él abrió sus bonitos ojos y sonrió al verla.

Simplemente Magia O Puramente AlquimiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora