Alex
Mi última carta para ti.
“No debería estar escribiéndote una carta más, pero siento que debo hacerlo, es la única forma que encuentro para desahogarme, pues me duele todo por dentro.
Me duele aceptar que te extraño, pues vivimos una bonita historia, o al menos preferí quedarme con lo lindo, porque pese a todo lo que hice, jamás pudiste quererme como yo te quise a ti.
Me duele haberme empeñado tanto en evitar que tus miedos te comieran al final pudieron más que tú, no es reproche, pues créeme que el tiempo que estuvimos “juntas” vivía para hacerte feliz, me encantaba ver tu sonrisa y más cuando yo era el motivo.
Me duele ver como no tomaste nunca en cuenta todo lo que arriesgue por ti, mi familia mis amigos, pues todos me decían que alguien como tú, simplemente no merecía a alguien como yo, pero no los escuché, pues mi objetivo eras tú, mi vida eras tú, nunca viste que me puse en riesgo yo, para poder verte a deshoras, la agenda que siempre cambiaba para poder estar juntos era la mía, jamás te importo las veces que me plantaste, pues siempre preferiste estar con tus amigos que conmigo, nunca lo vi, hasta ahora.
Me duele darme cuenta que me acostumbre a tus migajas, pero me encanta por fin entender, que ya me cansé, ya me casé de vivir a tu sombra, de no hacer nada sin antes pensar en ti, aunque nunca estuve yo en el mapa de tus prioridades, nunca fui siquiera tu opción, y si lo estaba, era siempre la última opción.
No dudes ni un momento que de verdad te quise, hice todo lo que estaba a mi alcance para lograr que me vieras, que me quisieras, pero el amor no es algo que se fuerce, jamás podría obligarte a que me quieras, sin embargo muchas veces lo dijiste, decías que me querías pero nunca pude entender tu bizarra manera de quererme. Creo que eres de esos que van por la vida sin saber o que quieren, y cuando lo tienen, son tontos y egoístas, lo dejan pasar sin darse cuenta que jamás volverá. Me tuviste en donde querías, era lo que tú querías que fuera, y sabes, ya basta de jugar, tus reglas no me gustan, y no voy a seguirlas más.
Ten por seguro que esta vez me alejo y no volveré a buscarte, pues se que de tu parte no habrá la más mínima intención por recuperarme, y ya es tarde, ya me cansé de luchar sola por una relación que no tiene ni pies ni cabeza.
Gracias por todo, si te escribo esto es para decirte que ya estas fuera de mi vida, ya o eres mi prioridad, me perdiste.
En verdad deseo que ese miedo que tienes a ser feliz se vaya, pues pese a que me hiciste mucho daño al tratarme como un juguete que tenías solo cuando tú querías, sé que no eres mala persona y mereces ser feliz. Pero si no cambias tu chip, si no te dejas querer, jamás podrás encontrar la felicidad.
Sigue tu vida como yo seguiré la mía. No te deseo nada malo, no puedo desearte lo mejor pues no lo valoraste.”