|

208 26 4
                                    

YunHo no quería darle mucha relevancia, había un vacío en el hogar, no se trataba de la ventana cerrada o de un armario mal acomodado, simplemente algo faltaba ahí. Sentir solo y adolorido no iba de la mano, pero las ganas de llorar seguían ahí.
Empuja las puertas del armario y saca esas prendas que un día llegó amar su aroma pero la furia de su corazón lo aborrece, no era rencor, odiaba "extrañar".

Las cosas pasaban por una razón ¿No?. Por desgracia jamás pudo hallarlas, ni  debajo de las rocas, menos abajo de la cama. Salió de la habitación, por los pasillos de la residencia en sus paredes todos los cuadros fotográficos estaban volteados, quizá YunHo pensó que sería la única forma de no recordarlo.

¿Quién falló? ¿Ya no se aman?

Por idiotas fallaron, por dejar las palabras en la marea. YunHo quería pensar que aún hay amor entre ellos, solo que las cosas cambian y dejan de ser tan maravillosas como antes.

Desconecta su alarma, no quiere saber nada más del mundo y  creyó que con romper su rutina podría superarlo o quizá olvidarlo un poco. Se lleva el dolor en su pecho en aquella noche en las tierras exóticas de Dubái donde con inseguridad le rompe todo su ser.

Cierra todas las puertas y ventanas, no quiere que ni el más mínimo ruido lo despierte, se encierra en su propia soledad y se cuestiona como "él" lo está pasando, ¿Podría también estar llorando? Quién sabe.

Su celular no ha parado de sonar las últimas semanas, sabe que el mundo entero lo está buscando, todos menos esa persona que deseaba con fuerza, que le dijera "Fuimos tontos, vayamos al parque". Pero no, solo hay posibilidades muy pequeñas que con la falta de fé se pierde.

Solo siendo alguien despreocupado, no sentía tanto el dolor.

"─¿Cómo puedes estar tan seguro que no quieres esto?.─"

"─ ¿Y tú cómo puedes estar seguro que esto es amor?.─"

Un fuerte y estruendoso golpe en la realidad. Si no era amor ¿Qué era?. Llevaban una relación de lo más buena, solo que debajo de una cama, a lado de sus excusas, se arriesgaron amarse pronto como si de un juego se tratarse. Sus corazones podrían ser los más fuertes del universo pero sus decisiones eran frágiles, que con apenas una incorrecta, se rompían.

"Es que duele más que ayer".

Miro de nuevo su departamento, vacío. Ni siquiera el resentimiento lo llenaba, estaba solo, completamente solo. 

En una fría habitación, ChangMin se hizo pequeño, pasando sus rodillas hacia el torso para perderse entre las pesadas colchas. Ni una gota de luz iluminaba el lugar, le menciono a sus amistades que se encontraba muy cansado como para salir a ver el Sol, muy cansado para ver sonrisas ajenas.

Ayer le despidieron del trabajo por llegar tarde cuarta vez consecutiva, pero como demonios le explicaba a su jefe que con llegar tarde le hacía sentirse bien, ya qué no sentía la necesidad de esperar por alguien.

El lugar se volvió tétrico, cuando se levantó por otro analgésico, ningún espejo daba con su reflejo ya que los cubrió con sábanas, no quería verse destruido y sobretodo solo. Vio sus pies descalzo, quizá la pereza sea la clave, quizá mañana esté mejor.

Al tomarse tal medicamento, observó por unos instantes su celular, quería creer que YunHo le ha estado buscando e incluso llamado sin parar. Así podría aprovechar para ofrecer una disculpa por aquella destructiva noche. Antes de desbloqueado su reflejo logra visualizar en la pantalla negra, tan devastado su tristeza lo dejo y más cuando vio que no había llamadas perdidas y los mensajes siguen siendo del mes pasado.

Cuando las estrellas no brillan »HoMin«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora