Le gustaba siempre tener el control de la situación, analizar, pensar, actuar.
Durante la época de la universidad se obsesionaba con la literatura erótica, en especial con el sadomasoquismo y relaciones D/s. Alimentada por el morbo y la curiosidad, fantaseaba con verse atada, vendada, usada y humillada.
Su ego lo rechazaba pero a su cuerpo le excitaba la idea.
Un día por internet consiguió un Amo. Un hombre que le pareció razonable, en el cual estuvo dispuesta a confiar.
Ella decidió que fuera un hombre. Sexualmente le gustaban las chicas. La finalidad era encontrar alguien completamente distinto y que no resultara atractivo para que de esta manera la entrega fuera casi obligada.
Él era ingeniero en informática, actuaba como un gran conocedor de verdades, la humildad no era para él una característica positiva. Tenía varios años más que ella.
La verdad es que para ella no resultara nada de atractivo el tipo, por eso lo había escogido.
Se había dicho a si misma que de ninguna manera se entregaría a alguien que le resultara de alguna forma atractivo. Ni mental ni físicamente atractivo. Y este Amo hasta en su filosofía política era completamente opuesto a la de la chica.
La primera vez que se vieron, se juntaron en una estación de metro por providencia, él se arrancó en la hora de almuerzo desde su trabajo y ella uso las largas ventanas que quedaban entre sus clases de la universidad.
Él la saludo y ella contesto temblando. Luego su cita tuvo lugar en un motel con la mujer desnuda y él vestido. Solo faltaba su cinturón y la chica demostraba con las marcas de su piel por qué no estaba en su lugar.
Ella sentía dolor pero comprobó también lo mucho que la excitaba y con ayuda de la mano de su Amo, tuvo un orgasmo.
Encontró lo que buscaba. Dos veces por semana durante unos cuatro meses. Unos tres moteles se hicieron comunes. Sus deseos se veían cumplidos. Juegos, juguetes, esposas, humillación.
Con el tiempo fue volviéndose amiga de su Amo. Ya no se veían tan seguido, a veces dos veces al año, sin embargo cada vez que la chica lo buscaba, lo encontraba.
Pasaron los años, la chica conoció más gente salía con más mujeres, buscaba el sexo con bellezas de una noche. Segura y confiada siempre lograba llegar con alguien a la cama. No obstante por dentro se sentía vacía, lloraba cuando sus amantes tomaban la ropa y se iban y nunca más volvía a saber de ellas, jamás repetía su plato.
Lo más seguro de ella era su corazón, no muchos habían llegado hasta ahí y ella no había salido tan victoriosa de esas experiencias. Así que cuando sentía que alguna emoción se le escapaba de las manos y no la podía manejar, una llamada y los latigazos de su Amo estaban ahí para calmar y robarle completamente el control. Devolviendo su paz.
Pero no. Nunca tuvo el control de nada, es solo un juego en el que le gusta creer.
Últimamente se le ha visto muy cercana con un muchacho, la gente dice que son amigos o eso intenta hacer pensar. Él hizo con ella lo mismo que su Amo, pero sin los golpes y sin ser un Amo. El logro filtrarse por algún espacio hasta su pecho y desarmo ese control que ella decía tener. Ella no se daba cuenta pero empezaba a enamorarse de él. Le cedía el control. No era su Amo, no era su novio, no eran nada más que amantes y ella ya lo había entregado todo y no sólo en el sexo, si no también parte de su alma, así voluntariamente dejo que este personaje entrara profundamente. Nunca había dejado que un hombre usara su pene con ella. Mujer de limites inquebrantables. Algo que hasta el Amo no tenía permitido. Sin embargo este muchacho de facciones felinas algo había cambiado en ella.