La gran Tenochtitlán

29 2 0
                                    


Evan es un joven de 17 años que vive en México, inteligente, sociable, divertido y amable, siempre le ha gustado la historia de su país; también es muy curioso, por lo que ha tenido muchas aventuras.

Un día fueron a quedarse todo un fin de semana a la casa de su tío abuelo Apolinar, que es una casa grande, blanca con enorme ventanales pero estaba llena de secretos, por ejemplo había una habitación a donde nadie podía pasar, "está prohibido" como dice el tío abuelo.

El sábado en la mañana cuando despertó había un gran silencio, bajó a la cocina donde se encontraba su desayuno con una nota que decía: Evan, amor. Salimos a visitar a tus tíos, no quisimos despertarte, te dejamos comida y dinero; volvemos a las 8. Te quieren mamá y papá.

Ante esto desayunó y fue al estudio de su tío a buscar un libro sobre historia, al agarrar un libro grande azul se abrió el librero por la mitad, dejando ver un corredizo secreto al cual no dudó en entrar, curiosamente estaba bien iluminado y en el centro hay un reloj de bolsillo dorado con su cadena, de pronto las luces parpadean y en la pared se iluminan 4 números que juntan al 1510, se acercó y agarró el reloj, accidentalmente presionó el botón central, inmediatamente se pone oscuro y puede ver algunas luces azules y amarillas que cada vez se vuelven más intensas.

-Bienvenido Evan, prepárate para el gran viaje a la gran Tenochtitlán- Se escucha una voz femenina proveniente del reloj.

De pronto todo se volvió oscuro en un parpadeo y empezó a escuchar voces lejanas; al intentar incorporarse una mujer morena con cabello oscuro se lo impidió.

-No te muevas niño- Le habló con una voz dulce- Mi nombre es Hiuhtonal

-¿En dónde estoy?- Preguntó Evan viendo al rededor el lugar que constituía en una casa cuadrada con paredes de adobes y de ramas, ambos bloqueadas con yeso; poseían ventanas y la única abertura era la entrada, que en vez de puerta tenía una cortina de cañas que colgaban, adentro había muebles de paja y pieles - y ¿cómo llegué aquí?

-Estamos en mi casa, cerca del lago; te encontré a las afueras de la ciudad dormido así que te trajimos junto con mi marido para que no tengas frío, te pusimos hiervas para que no te enfermes - Explicó con voz calmada- ¿Cuál es tu nombre?

-Perdóneme, mi nombre es Evan- Habló un poco avergonzado- Tengo que regresar a casa.

-No puedes salir, Huēyi tlahtoāni (1) Moctezuma Xocoyotzin nos advirtió de no salir- habló nerviosa y agarrándose de las manos con fuerza, al cual él la miró confundido por ese acto al cual ella le dijo- Te contaré:

"Siendo de día y habiendo sol, salieron cometas del cielo por el aire y de tres en tres por la parte del Occidente <<que corrían hasta oriente>>, con toda fuerza y violencia, que iban desechando y desapareciendo de sí brasas de fuego o centellas por donde corrían hasta el Oriente, y llevaban tan grandes colas, que tomaban muy gran distancia su largor y grandeza; y al tiempo que estas señales se vieron, hubo alboroto, y asimismo muy gran ruido y gritería y alarido de gente"(2), por eso mismo se reunió con los sacerdotes, solamente los hombres pueden salir a hacer sus actividades.

-Pero si eso ya- se interrumpió ya que recordó sus clases donde hablaban de los presagios antes de la venida de los Españoles- pasó.

-A propósito, ¿no deberías estar en el Tepuchcalli?- Preguntó curiosa ya que parecía tener más de 15 años.

-Tepuch... ¿Qué?- Respondió confundido, no recordaba escuchar esa palabra antes.

-O ¿vas al Calmecac?- Habló nerviosa por hablarle así a un hijo de la nobleza.

Evan al darse cuenta de esto la calmó diciendo: No se preocupe, realmente es la primera vez que escucho esas palabras y su nombre- admitió avergonzado.

Ya relajada Hiuhtonal le explicó que su nombre significa Luz preciosa(3), Calmecac es una escuela de nobles donde los preparaban para la guerra y ser sacerdotes, el Tepuchcalli es para los plebeyos donde los preparan en el arte de la guerra.- Lo miró fijamente como antes no lo había hecho- No eres de aquí, ni de esta época- Dijo con una voz firme- lo veo en tus ojos.

Evan la miró sorprendido y se dio cuenta de la realidad, no estaba en casa ni cerca de ella- No puede ser- susurró.

-Te ayudaré a pasar desapercibido aquí, pero no entiendo cómo pudiste conseguir la ropa- Se fijó en que sólo usaba un taparrabo- Lo primero que debemos hacer es cambiarte el nombre y enseñarte lo básico para que puedas entrar al Tepuchcalli.

Y así lo hizo, le llamaron Tepiltzin que significa "Hijo privilegiado" puesto que fue privilegiado de recibir ayuda y no llevarlo ante Moctezuma donde probablemente sería acusado de malhechor que ponía en peligro cualquier bien perteneciente al conjunto de la comunidad.

Le enseñaron a vender, acarrear leña, componer y tejer la red y a pescar con habilidad para estar en el nivel de los chicos que estaban ya en el Tepuchcalli. Evan aprendió muy rápido y así fue más fácil meterlo a la escuela 3 meses después.

Después de poder entrar al Tepuchcalli conoció a 2 chicos, Yolyamanitzin y Zeia, los cuales le comentaron que ahí los "preparaban para convertirse en valientes y hábiles guerreros, al igual que la vida allí era difícil y sufrían penitencias y privaciones; cooperaban en el laboreo de las tierras del Tepuchcalli, que proveía su sustento, intervenían además en la construcción de templos, palacios y calzadas." Se dio cuenta durante su estancia que la enseñanza primordial era el dominio del arte de la guerra, como lo había dicho Hiuhtonal, que se iniciaba con el acarreo de la leña, el adiestramiento en el manejo de las diversas armas y en la práctica para poner emboscadas y hacer con éxito el papel de espías. Pero algo que realmente le sorprendió fue que aprendían también civismo, artes y oficios, la historia, las tradiciones y cultivaban el hábito de la obediencia a la religión, así como el saber guardar continencia alcohólica y sexual.

Realmente le gustaba estar ahí, ya que para él era agradable pero extrañaba a su familia y le era de dificultad su método de enseñanza oral.

Un día "Se alteró la laguna mexicana sin viento alguno, la cual hervía y rehervía y espumaba en tanta manera que se levantaba y alzaba en gran altura, de tal suerte, que el agua llegaba a bañar a más de la mitad de las casas de México, y muchas de ellas se cayeron y hundieron; y las cubrió y del todo se anegaron"(4) ante esto, todos los alumnos se unieron a ayudar a reconstruir las casas, como un servicio a la comunidad.

Al ver a tantas familias reunidas se le conmovió el corazón, puesto que sabía que era un presagio de la conquista de los Españoles, pero ¿Cómo podía advertirles sin causar miedo? Si les decía algo, ¿le creerían?; pero había una pregunta que le rondaba en la cabeza: Si les decía algo y lograba actuar ¿Cambiaría para bien o para mal?

Primero tuvo que buscar la forma de explicarles a Hiuhtonal y a su esposo que pronto vendrían personas extranjeras que matarían y despojarían de todas sus cosas; cuando estuvo listo con un gran discurso para poder persuadir a Hiuhtonal y a su esposo de que escaparan y advertirle al Huēyi tlahtoāni Moctezuma Xocoyotzin sobre Hernán Cortés, apareció el reloj entre sus pertenencias.

-El tiempo no cambiarás jamás, ni los hechos ya que escritos están- se escuchó la misma voz que emanaba del reloj en el estudio- sin despedirte tendrás que irte, sin mirar atrás viajarás.

Confundido miró a todos lados esperando que fuese un sueño, tenía que advertirles sobre la llegada de los Españoles.

-No, por favor no- rogó- Tengo que advertirles, avisarles de su destino, ¡déjame salvarlos!


1. Gobernante de la Triple Alianza.

2. Cuarto presagio. Libro "La visión de los vencidos".

3.  Un nombre que probablemente haga referencia a la luz del amanecer, a una luz natural y pura.

4. Quinto presagio funesto. Libro "Visión de los vencidos"

Un vistazo al pasadoWhere stories live. Discover now