De todas las creaciones, dicen que la del hombre es la más importante, fue hecho para vivir, crecer, guiar, amar, reproducirse y adorar a su Creador por la eternidad. Pero, algunas cosas pasaron e impidieron eso, por lo que hoy somos lo que somos. Por favor, señor lector, no me odie por expresar mis pensamientos. Déjeme contarle que soy una levita de alma—y lo expreso así porque realmente no conozco mis raíces, pero siento que soy una de ellos—.
He de decir que estoy agradecida por la creación del joven al que en estos momentos amo, por cada respiración y cada latido de su corazón, porque he encontrado un amigo en un valle desolado. Aunque ahora tema por mi corazón y porque me dañó, estoy agradecida por su vida. Cada instante que lo veo es doloroso, pero cuando no lo veo, lo es también. Y aunque él no lo sepa, cada día siento que lo amo más. No sé si es el idóneo para mí, pero inconscientemente cruzo los dedos porque sea él, podré ver belleza en otros hombres, pero ninguna se asemeja a la belleza que aprecio en él. Mientras sueño, le ruego al que todo lo ve,que sea él. Porque estoy segura que hasta dormida pronuncio su nombre con la misma ternura y dulzura que utilizo cuando estoy consciente. Mi niño aún no puede abrir sus ojos, no ve que lo amo demasiado, y tampoco debe saberlo, ya que no debo despertar su amor antes de tiempo, ya que como levita, no puedo meterme en ese tipo de líos. Sepan entenderme, por momentos estoy molesta con él, pero al verlo todo se desvanece, toda muralla cae, me vuelvo indefensa ante su cercanía, y olvido todas sus ofensas.
Mi príncipe aún duerme, mi corazón y mi alma ruegan que sea él quien camine a mi lado, que ría conmigo, que sea él a quien yo pueda abrazar, que sea yo a quien él recurra.
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Non-FictionMe hiciste llorar demasiado, pero mis lágrimas, todas y cada una las transformé en versos para vos.