En las tardes lluviosas de primavera dentro de mi pecho empieza a brotar una tenue llama que quisiera por siempre poder apagar.
El viento susurra en mis oídos aquella vieja canción y aún acelera los latidos de mi pobre y triste corazón.
Oh! Cruel destino ¿Por quė tuvo que ser así? Me llevaste por el mal camino y ya muy tarde lo descubrí.
Tal vez ese primer día los ojos no debī cerrar y ese instante la historia nisiquiera debió comenzar.
Pero no fue así ¿Por quė me negaría?
Su toque encendió dentro de mi la llama.Mi alma llena de alegrīa, pronto me enseñarías como es que realmente se ama.