Una semana en Hawai.

246 12 5
                                    

Janis

Estábamos abordando rumbo a la playa, concretamente, hacia Hawai.

Al final, cumplió su promesa.

Y también íbamos en compañía de la pequeña Scarlet, quien estaba emocionada por conocer el mar.

—mamá Janis, ¿como es?

—es muy grande, cielo, es inmenso. —le di un abrazo.

—en cuanto llegue quiero ir a nadar, ¿iremos a nadar, papá?

—por supuesto que si, solo si llegas despierta —le guiñó un ojo sonriendo.

—ya verás que lo haré —se propuso.

—bueno, entonces iremos —peine un poco su fleco y ella sonrió.

Esperamos a que hicieran la llamada a nuestro vuelo, la cual tardó una hora en llegar.

pasajeros con destino a Hawai, favor de abordar en la puerta tres del centro internacional de Inglaterra —dijo una voz femenina.

—¡andando papá! ¡Se nos va a hacer tarde! —dijo Scarlet tirando de la mano a Jimmy.

—andando pues —la levantó en el aires para dejarla caer en sus brazos y llevarla así hasta que abordamos.

Tomamos asiento los tres, unidos en la misma fila, dejando a Scarlet la ventanilla, ya que quería mirarlo todo.

—ya quiero llegar —se quejó.

—no creo que tardemos mucho en despegar —le Sonreí y pareció tranquilizarse.

Dicho y hecho, no tardamos nada en despegar, Jimmy y yo nos tomamos de la mano, mirando como su pequeña se asombraba mirando las nubes desde la ventanilla, y decía querer comerlas como algodón de azúcar.

Scarlet, al final, se rindió por el cansancio y cambio de horario, probablemente al llegar no correría directo al mar, pero Jimmy me propuso algo.

—oye, tengo una idea, pero no se si es buena o mala, así que te la digo y tu me dices si lo hacemos o no —me dijo cerio.

—escupe.

—que tal si vamos a la playa, le quitamos los zapatos a Scarlet y cuando lleguemos al mar, hacemos que el agua toque sus píes hasta que despierte —sonrió.

—no me suena nada mal —di un beso en su mejilla.

—soy Jimmy Page, nada me sale mal.

—ególatra, ni siquiera te queda, Page —di un golpe en su pierna.

—quizá tengas razón, soy un fracaso como padre, Jamas he podido estar en sus momentos mas importantes, siempre es Charlotte la que se encarga de contarle una historia tonta para justificar mi ausencia —dijo melancólico, mirando a la agotada y dormida Scarlet.

—no digas eso, Jimmy, estarás en uno de sus recuerdos mas hermosos, ella va a conocer el mar gracias a ti —acaricie su mano.

—yo...jamás he estado ahí, para ella —trató de sonreirme.

—claro que no, ¿sabes? Un día me contó que hay muchas cosas que su madre no sabe, y que solo te las cuenta a ti, porque tiene mucha confianza en ti, —peine su cabello para apartarlo de su rostro —eres un gran padre, cometes errores como cualquiera, y el objetivo es aprender de ello y no volver a caer en lo mismo; mi padre no estuvo conmigo porque trabajaba muy duro para mantener a dos hijos y una esposa, y yo lo comprendí. Cuando le dieron el hotel, mi madre aún estaba sana, y fue después cuando enfermó, pero desde ese día, mi padre no volvió a dejarnos sólos del todo, y se que tu tampoco harás eso —besé su frente.

—me encanta cuando me haces saber que es lo que soy —besó mi mano.

—solo te lo recuerdo —sonreí.

No mucho después, llegó el aterrizaje, al final Jimmy depósito a Scarlet en mis brazos, fue por las maletas para ir directo al mar.

Jimmy

—quita sus zapatos —pedí después de regresar del hotel.

—quitalos tu, ya la he cargado, y si pesa —se quejó ella.

—a ver...—desate las agujetas y los saque, después me deshice de los calcetines. —yo la llevó, acompañame —dije tomando a mi hija en brazos.

—vamos —me sonrió.

Me senté en la arena, cerca del mar, e hice que comenzará a tocar los pequeños dedos de mi hija, quien reaccionó al instante.

—papá hace mucho cal...¡el mar! ¡Es el mar, Papá!—se puso de pie y me abrazó emocionada.

—si, lo es —la abracé por igual.

—es...es...¡es hermoso! Mamá Janis, mira, ¡es como tu decías! ¡Es muy enorme! —dijo corriendo, y la abrazó por las piernas.

—lo es, cielo —respondió con una sonrisa.

—ven papá —tomó mi mano y me levanté, para que luego fuese a tomar la de Janis y caminar a la orilla del océano.

Pasamos mucho rato en silencio, Scarlet nos miraba con frecuencia, casi rogando que dijésemos algo, pero no sabíamos ni de que hablar para una niñita.

—¿cuando es tu cumpleaños, mamá Janis? —quiso saber mi hija.

—¿por qué la pregunta?

—una pregunta no se responde con otra —dijo mi hija de forma burlona y orgullosa.

—creo que alguien te ha metido mis mañas en esa pequeña cabecita —Jans le agitó el cabello.

—de vez en cuando, y aun no me respondes, dime —pidió ella.

—el dieciocho de enero, Scarlet —musitó Janis, para sonreír después.

—nueve días después de papá, si no me equivoco —calculó.

—así es, pequeña princesa —apremie.

—mamá dice que seré buena para las matemáticas, pero me gusta mucho tomar fotografías, aunque me acabo todos los rollos de la cámara que hay en casa.

—yo te enseñaré —afirmó Janis —¿sabes algo, pequeña Scarlet? Yo estudié fotografía, y antes trabajaba de eso, yo puedo enseñarte.

—¡si!

—creo que es hora de volver —interrumpí.

—si...ya estoy algo cansada —dijo Scarlet.

—a dormir, hobbitsen —dije elevándola en el aire para hacerla caer en mis brazos.

—no soy un hobbitsen —se quejó.

—no, eres un enano —afirmó Janis, riendo.

—¡oye! Entonces tu eres el hobbitsen y papá es un elfo —confirmó mi hija —es muy alto, y según tú es guapo, pero para mi solo es...atractivo, creo.

—¿como que crees, pequeña gnomo?—le recrimine.

—bueno, vale que si lo eres —alagó Janis para besarme después.

—iuhg, a veces me dan asco —Scarlet hizo una mueca de asco.

—pero si somos hermosos, a demás, algún día tu estarás así con alguien —afirmó Janis.

—oh no, mi pequeña no tendrá ningún novio, sin malos —afirme de inmediato.

—Jimmy, tu eres mi novio, y el hecho de que seas malo no quiere decir que todos lo sean —repusó Jans.

—te ganaron, papá.

—ya verán ustedes dos.

No tardamos mucho en volver al hotel, en donde dormimos de forma casi instantánea.

Una carta para Jimmy PageDonde viven las historias. Descúbrelo ahora