~ C A P Í T U L O S I E T E ~

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<{Trampa}>

Pasaron unos días, mamá ha estado preocupada desde que me ocurre esto.

Claro que no se lo he dicho, pero me temo que me ha oído vomitar, o por lo menos lo ha sospechado, lo cual (me hago a la idea) que le ha hecho pensar que tengo algún transtorno.

Y lo tendré pronto, ¿hace cuánto no como algo decente?

El primer día fue el peor, no encontraba manera de calmarme, todo el día estuve con una horrible sensación en el estómago, no sólo por esos malditos pétalos, sino por los nervios.

Hoy ya no podía permitirme faltar a la escuela, así que me levanté temprano, no desayuné pues tenía miedo a que me hiciera vomitar más que de costumbre.

Ahora... ¿con qué disimulo esto?

Miré hacia mi clóset, sería mejor llevar algo que no me hiciera tener que ir al baño para desechar las flores, además de que si lo hiciera, sería extraño.

Es decir, alguien miraría de extraña forma el desastre y preguntaría: ¿quién vino aquí a tirar flores?

Y claro, todos sospecharán de la rara.

Así qué, sin pensarlo dos veces, tomé una bufanda, la envolví de manera que cubriera mi boca por completo.
Lo bueno de esta prenda en especial, es que era ancha, lo suficiente para que también cubriera mi cuello y no se viera tan tonto.

Salí de casa tranquilamente, buscando hacer que la bufanda no cayera y que mi sensación de gripe no me dejara maltrecha.

Llegué a la escuela y entré a mi aula, notando que ni Stuart ni Adaline estaban allí.

Me pareció magnífico, pero desgraciadamente, el gusto me duró muy poco.

Apenas voltee por segunda vez a la puerta y ellos entraban.

Tan tomados de las manos y tan felices que, de verdad, pensé en irme.

Al verme se soltaron, yo sonreí por su intención de no hacerme dar cuenta de que, mientras yo no estaba, ellos dos se hicieron pareja.

¿En serio? Lo gritaron hasta por debajo de las rocas, ¿y quieren verme la cara?

Mejor miré a través de la ventana, observé los detalles de un árbol al fondo y el reflejo de la ventana me dió a conocer que ciertas personas estaban detrás mío.

Aún sin voltear a verlos, dije:

-¿Algo se les perdió?

-Katsumi, déjate ya de juegos-pidió Stuart, molesto, tenía los ojos mirándome con un rencor inusual.

-Noodle, no viniste en una semana, ¿qué te pasó?

Por fin los miré, estaban, o más bien, se veían preocupados.

-Me enfermé. Estaba, y estoy, muy mal-dije, era verdad, pero no del todo.

Incluso tosí, no por fingir, de verdad, saqué un nuevo pétalo.

Era impresionante como había evolucionado, los primeros pétalos salían como si de verdad fuera a expulsar todo mi intestino, y ahora salen con tanta facilidad...

-¿Y no pensaste en llamarnos?-reclamó Stuart.

-La verdad estaba tan mal que me olvidé de muchas cosas.

Les contesté un poco molesta, ¿ahora si les preocupo?

Al verme así, sin siquiera mirarlos y en esa actitud, se fueron, los ahuyenté.

Las clases comenzaron, pero ya qué me importaba.
Tenía que ser honesta, ya no tenía interés por estudiar, por superarme.

Mis únicos dos intereses se llamaban: música y Stuart.

Uno ya me falló.
El otro será mi último intento por apasionarme en alguien/algo.

No volveré a caer en la trampa.

Trapped. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora