— Están aquí. –Le comentó Mary, la madre de la bellísima Catherine, a su pequeña–. Escucha con atención Catherine, necesito que me prometas que pase lo que pase y oígas lo que oígas te quedarás aquí.
La pequeña, de tan solo 6 años de edad, asintió levemente con la cabeza mirando a su madre quien lloraba desconsoladamente.
La madre se marchó, no si antes abrazar a su pequeña y depositar un pequeño beso en la cabeza de la misma.
De pronto, Catherine comenzó a oír ruidos estruendosos de vidrios rotos y muebles rompiéndose. La pequeña, asustada, abrió levemente la puerta del armario donde se hallaba oculta encontrandose con algo que la dejó perpleja.
Frente a ella yacía su madre cubierta por aquel fluido color rojo carmesí que la niña, para nada ingenua, conocía perfectamente.
Las lágrimas recorrían el rostro de la infante mientras observaba desconcertada a los asesinos quienes se marchaban con las manos llenas de dinero.La pequeña salió de su escondite y entre lágrimas abrazo el cuerpo de su difunta madre.
Aquel día marcó mucho la vida de la pequeña Catherine, pues ella sabía bien que luego de aquel lamentable suceso, su vida no volvería a ser la misma.
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Suicide
Teen FictionSolo un lamentable y triste suceso fue necesario para cambiar completamente la vida de la joven Catherine. Con tan solo 6 años de edad fue testigo del asesinato de su madre frente a sus bellos y ambarinos ojos. Era de esperarse para la pequeña niña...