Zero Year •|Edward Nygma|•

DIA 5

En el día 25 del Año Zero no se hizo ninguna ejecución.

Ese día, ningún ciudadano se había atrevido a retar al Acertijo, pues las esperanzas poco a poco se iban apagando a medida que la gente moría. Por esa razón, la "hora mágica" no había tardado más de 5 minutos en los cuales Edward se había mantenido calmado de una manera inusual.

Era un día tranquilo definitivamente.

Emily continuaba leyendo aquellos libros antiguos que habían sido guardados en la torre, abstraída en su lectura completamente ajena a la mirada de Edward sobre ella.

—Veo que te apasiona la lectura pesada —comentó Nygma llamando su atención.

—Cualquier libro es bueno en medio del caos —respondió Emily acomodándose los lentes con una sonrisa ladeada—. Además, es mucho más interesante de lo que imaginaba. En situaciones normales nunca hubiera leído algo así, pero la verdad es que no me arrepiento nada de haberlo abierto.

Edward rio acercándose a ella con tranquilidad mientras terminaba de arreglarse el antifaz.

—¿Que tanto lees? —preguntó con curiosidad.

—La historia de Sansón —respondió Emily volviendo la mirada al libro—. ¿Sabías que hizo un acertijo?

—¿Un acertijo? —cuestionó—. ¿Sobre qué?

—Miel —respondió la castaña haciéndose a un lado en el mueble—. Ven, siéntate. Prometo que no te arrepentirás.

Edward dudó unos segundos antes de sentarse a su lado quitándose el sombrero para dejarlo a un lado. Emily aprovechó su distracción para apoyar la cabeza en su hombro comenzando a leer el libro.

—Un día, regresando a casa con sus padres, Sansón fue atacado por un león, pero gracias a su increíble fortaleza física, acabó con él matándolo. Posteriormente, al volver a pasar por el mismo paraje, observó que había un enjambre de abejas y algo de miel en el cadáver del león, por lo tanto, agarró la miel con sus manos y se dispuso a comerla.

—Eso es extraño y enfermo —comentó Edward frunciendo el ceño.

—Un poco, si —afirmó Emily—. El día de su primera boda, con la finalidad de que se divirtieran con su resolución, Sansón espetó un acertijo a los filisteos invitados a su fiesta. "Del devorador salió comida, y del fuerte salió dulzura". Dijo que aquel que lo resolviera en el plazo de una semana, que era lo que duraba la boda, recibiría 30 vestidos de lino y 30 vestidos de fiesta, y si no lo conseguían, los recibiría él. Los invitados, enfadados por no poder dar con la respuesta, amenazaron a la prometida de Sansón con quemarla a ella y a toda la familia de su padre...

—¿Me estás diciendo que no pudieron con ese asco de acertijo? —la interrumpió.

—Solo escucha, Edward —rio Emily antes de continuar leyendo—. La prometida, asustada por las amenazas, fue a donde Sansón llorando, asegurando que él no la amaba por no darle a conocer la respuesta del...

—No me digas que se la dio —la volvió a interrumpir.

—Déjame terminar de leer —Emily hizo una mueca—. Como te decía, tanto lloró la mujer que Sansón le dio la respuesta, ya que los filisteos invitados a la boda respondieron a su acertijo con otro más, "¿Qué hay más dulce que la miel?, ¿qué hay más fuerte que el león?" —Emily sonrió al notar cómo Edward respiraba profundamente para no interrumpirla diciendo la respuesta del acertijo—. Al final, el matrimonio no fue consumado debido a que la mujer no se mantuvo callada. Sansón, para cumplir con lo prometido, fue a un pueblo cercano, mató a 30 filisteos, quitándoles las ropas para entregárselas a sus invitados.