Revelación

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Llegó el día del concurso de investigación, la mayoría del hospital estaba en el auditorio, que estaba en el penúltimo piso. Me encontré con Ethan, se me acercó: -Escuché que le gastaste una broma a uno de los muchachos, el otro día. Y que alguien te ayudó s salir de este lío –Si le respondí, -se lo merecía...

Quiso hablar nuevamente... yo estaba de espaldas caminando a la mesa de los bocaditos, observé que habían galletas de la suerte, tomé una la rompí por la mitad y un pequeño royo salió en mi palma...giré y me di cuenta que Ethan estaba tras mío, habló: -En todo el hospital murmuran nuestro divorcio, yo le dije: -¿y eso, no es verdad?, replicó:- Todos piensan que estamos separados mas no divorciados... Es por eso, que hoy, cuando tú y yo ganemos el primer lugar, en la premiación, callaré esos rumores...

Lo miré con algo de extrañeza, para no responderle decidí prestar atención a aquel papelito sobre mi palma... para cuando lo había desenrollado, se me abrieron los ojos, tenía una revelación.

Mi suerte decía: ¡Ánimo!... Eres mucha dama para un vagabundo...

La revelación fue, que Ethan diría o haría algo, para que las personas del auditorio, pensara que nos habríamos reconciliado... y yo no tuviera otra opción más que seguir el juego... Era buena la idea, sin embargo, yo tenía una mejor...

Luego de leerlo por segunda vez, lo enrollé y se lo puse en un bolsillo del guardapolvo de Ethan, pensé que lo leería de inmediato, él solo se fue.

...

Empezaron las presentaciones, como de costumbre, los primeros en concursas eran los médicos. Yo estaba detrás del estrado en una habitación, adecuado con sofás y mesitas de noche, en espera de mi turno. Se lograba escuchar claramente las voces de los expositores y los puntajes que brindaba el jurado, así que metí los audífonos sobre mis oídos... Escuchaba una banda coreana CN BLUE, no entendía nada pero el ritmo era bueno, que por esos tiempos había retomado la costumbre del estilo asiático.

Al terminar, la categoría. Los que habían concursado estaban en la habitación, habían desfilado como soldados blancos... una muralla blanca, y claro el mayor puntaje lo obtuvo Wood. Ahora era mi turno de concursar.

Mi turno, por sorteo, es el último... esperé pacientemente, sin dejar mis audífonos. Antes que me presentara ante el jurado, expuso una de mis mayores rivales de esta competencia, era una enfermera de la especialidad de neurocirugía, sin embargo siempre ocupaba el segundo puesto, claro yo era el primero. Pronto los jueces puntuaban su trabajo y obtuvo 98 de 100 puntos. Hasta ahora el mejor trabajo expuesto. Me llegó la hora de exponer.

Un amor del ayerWhere stories live. Discover now