달콤한

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A Jin nunca le había agradado el café negro. Él siempre había tenido preferencia por los sabores dulces, que le resultaban agradables al paladar. Es por eso que cada mañana tomaba su tazón de chocolate con leche, llevaba haciéndolo desde su niñez y aunque el resto de miembros le dijeran bromeando que era un infantil, él estaba feliz al tomar su chocolate caliente al levantarse. Además, tenía la ventaja de que Tae Hyung le acompañaba y hasta compartía sorbos de su propio chocolate con él.

Yoon Gi había tratado algunas veces de convencerle de tomar café negro, pero él se negaba a probarlo siquiera. Aunque Yoon Gi tomara café para estar despierto, no le funcionaba, por lo que se convirtió en un hábito tomar café negro caliente a diario para él.

Aquella mañana, Yoon Gi le sugirió como otras tantas que le diera un sorbo a su café, alegando que estaba mejor que el chocolate. Jin, no muy convencido, pero algo apenado por haber rechazado al menor varias veces antes, tomó la taza de Kumamon entre sus manos con cuidado -después de todo no planeaba morir tan joven y guapo a manos del más bajo por romperla- para beber tímidamente algo de su contenido. El sabor amargo del café invadió sus papilas gustativas, haciéndole arrugar el ceño ante el desagradable gusto. Alzó la mirada algo resentido hacia su dongsaeng, pues a pesar de que le había prometido que iba a gustarle, no lo hizo en absoluto; le devolvió la taza. Y no era que Seok Jin odiara el café, de hecho lo disfrutaba. Pero aquel café en concreto, el que siempre tomaba Yoon Gi, sin azúcar, cargado y negro simplemente no era para él.

Escuchó una risa suave de Yoon Gi y eso borró cualquier pensamiento de su mente. La risa de Yoon Gi era tan sincera que resultaba refrescante oírle.

— No me ha gustado. —le dijo haciendo un suave puchero. — Ya te lo dije. No me gusta tan amargo, prefiero las cosas dulces. —dijo para seguidamente sorber en su taza de 1 UP de Mario Bros felizmente, sintiendo esta vez el dulce chocolate en su boca. Soltó un suspiro de satisfacción y sus mejillas se tiñeron de rosado por el agradable sabor y sus labios se curvaron en una diminuta sonrisa.

Yoon Gi no había despegado su mirada de Jin. Acercó su mano al rostro del mayor, quien lo miraba algo confundido, para rozar suavemente la yema de su dedo pulgar contra su labio superior. Jin tenía un rastro de chocolate que simulaba un bigote, haciéndolo lucir adorable. Lentamente, limpió el labio de Seok Jin con su dedo para mostrarle su sonrisa de encías rosadas.

— Es cuestión de acostumbrarse. Una vez le cojes el ritmo, no está tan mal. —el tono relajado de Yoon Gi hizo que una pizca de interés surgiera en Jin.

— ¿Cómo estás tan convencido de que va a gustarme? Si no lo ha hecho durante años no entiendo porqué iba hacerlo ahora. —le replicó mirándole algo incrédulo.

— Eso es porque no lo has probado a mi modo. —Yoon Gi vió como Jin alzaba su oscura ceja mirándole con una expresión que decía fácilmente has perdido la cabeza. Y quizá sí lo había hecho. Porque lo que pasaba por sus pensamientos no era normal.

Sintió su cara calentarse. ¿Realmente tendría el valor para acercársele y hacerlo? Sus ojos viajaron hacia los rosados y carnosos labios de su hyung. Parecían suaves, delicados, y su tonalidad de fresa contrastaba con su tersa piel. Un cosquilleo se apoderó de los propios al sentir la necesidad de probarlos.

Dio un largo trago de café negro, que hizo subir y bajar su manzana de adán; sus ojos aún pegados en Jin. Fue acercándose lento, algo temeroso, inseguro. Sus narices, rozándose casi imperceptiblemente; sus alientos, chocando. Pero al ver las mejillas y las orejas rojas del mayor por la cercanía y sus ojos marrones brillando cualquier rastro de duda se disipó.

Unió sus delgados labios a los gruesos del mayor. Era un roce tranquilo, gentil, placentero. Los labios de Jin se amoldaban tan exquisitamente a los propios, haciéndole soltar un suspiro entre el beso y posar descuidadamente una mano sobre su cálida mejilla. Aún sabían a chocolate. Su otra mano viajó a la nuca del mayor para hacer el contacto más íntimo, podía sentir las mejilas de ambos calientes y el leve temblor en Jin.

Jin podía degustar el café de los labios de Yoon Gi. Extrañamente, no le desagradó, de hecho le resultó cautivador como aquel amargo sabor se le hacía apetecible y se mezclaba con el dulce chocolate en su boca, cuando hace segundos atrás arrugaba su cara en una mueca de disgusto ante el mismo.

Ambos seguían chocando sus labios contra los del contrario a un ritmo casi melódico, explorando y sintiendo el contraste de sabores de la boca del otro. Yoon Gi se separó al sentir la molesta necesidad de respirar, pudiendo observar la gratificante vista de un Jin jadeante y rojo hasta las orejas, sus labios rojos, hinchados y húmedos y sus ojos chispeantes.

— Puede que después de todo si me guste este café... —murmuró un avergonzado Jin, mirando fijamente a sus manos hechas puños en su regazo. Pronto Yoon Gi estalló en carcajadas y antes de que Jin pudiese replicar, depositó un breve beso de mariposa sobre los bonitos labios del mayor, para alejarse con una sonrisa.

— Y a mí el chocolate.

voy publicando cosas random que me vienen a la cabeza, así que lo siento si es muy soso 😂😂

bittersweet; sinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora