Y ahí estaba él, mirándome finalmente, con su pelo al viento, las manos en los bolsillos, y esa sonrisa, dios, yo mataría por esa sonrisa, muero y vivo por esa sonrisa. Veo que se acerca y reparo en que me quede estática al verlo.
Y es que luego de cuatro años sin noticias de él es un choque a todo lo que creí haber borrado. El cada vez está más cerca y su mirada se desliza por todo mi cuerpo y sonríe. Eso me hace sonreír a mí también.
Una vez al frente mío no sé qué decir, hay demasiadas frases en mi cabeza, pero ninguna se siente adecuada y él lo nota, así que él se encarga de romper el silencio.
-Hola Mariposa.- su voz suena ronca y un poco más grave de lo que recordaba, pero eso no es un impedimento para que el me vuelva a tener en sus manos.
Él ha vuelto a ganar, estos cuatro años se han ido por las cañerías. Y lo sé, simplemente lo sé, nunca deje de amarlo.
Ruborizada lo miro y hablo.
- Hola Marcos.-
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Tu Escrito Roto
Short StoryUna señora mayor que un día conocí me dijo que escribiendo vivias aun más, gracias a ella hoy te escribo a ti.