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Park no era alguien de mal humor. Para sus compañeros era extraño, si, pero nadie le recriminaba, para ser sinceros, le temían. Pero lograban saber que no tenía mal humor, sólo era su forma de ser.

En cambio, hoy, todos estaban atemorizados.

Jimin estaba en la puerta del salón con los brazos cruzados y moviendo la mandíbula, mordiéndose la lengua y lanzando una mirada llena de odio a cualquiera que pasara por ahí.

Por esta razón nadie había entrado, todos se hallaban a lo lejos esperando que se fuera o que se calmara, nadie sabía que hacer porque nunca lo habían visto así. Realmente daba mucho miedo.

Sin embargo, un chico cabizbajo y distraído apenas notó la falta de multitud en el pasillo, una chica quiso decirle, pero ya era muy tarde, el chico estaba a punto de pasar frente a Jimin.

Y todos notaron como el aura de éste se volvía más oscura al mirar al chico que de pronto comenzaba a caminar con lentitud.

Se miraron a los ojos.

Jeongguk sintió sorpresa.

Jimin hizo sonar sus dientes.

Jeongguk sintió su garganta secarse, desesperado observó a todos lados, pero no había ni un alma, todos habían desaparecido.

—¿E-Estas bien?

Silencio.

Agarró más firmemente sus cuadernos.

—¿Tienes... Algún problema? — su tono ni en mil años hubiera sonado intimidante, Jeongguk estaba cagado.

Jimin separó sus brazos.

Y caminó, tan rápido que apenas si dio tres pasos y ya tenía a Jeongguk acorralado contra la pared. Ni siquiera lo había tocado, estaban a un centímetro de tocarse, Jimin luciendo enorme a pesar de ser más bajo que Jeongguk, y éste último temblando como si lo hiciera la tierra.

—¿Q-Que...?

Guardó silencio.

Jimin lo miró a los ojos, no transmitía nada, ni enfado, ni molestia, justo en ese momento, había tenido un segundo de paz.

Un segundo de paz en donde había percibido por primera vez lo que era el aroma ajeno y que tan extraño era acortar la distancia entre dos cuerpos.

Jeongguk observó como Jimin olfateaba ligeramente, su boca abriéndose y soltando un ronco jadeo que en vez de asustarlo, lo encendió. Y ni siquiera lo conocía, ni siquiera sabia que tipo de problemas tenía el tipo, solo sabía que la situación le habia calentado, y se sintió avergonzado por ello.

Segundos después Jimin había desaparecido y él respiraba agitadamente.

Semilla | 지국 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora