Capitulo 4

2.7K 380 33
                                    

POV CHRISTIAN

Me duele la espalda. Pensé que aun trayendo la mejor cama o el mejor colchón para dormir, mi espalda no tendría problemas pero, al final, me termino doliendo igual. No entiendo como los demás se pueden levantar tan frescos y descansados. Por mi parte estoy molido.

-Christian, ¿Estas despierto?- escucho a Ray en la puerta de la carpa.

-adelante. Estoy listo pasa salí solo me falta echarme un poco de bloqueador- digo. Ray entra y me doy cuenta que no está muy feliz -¿Qué ocurre?-

-es Anastasia. Le han ofrecido un trabajo en otro lugar y está seriamente pensándolo. Nunca imagine que mi hija me podría traicionar de esa manera. He dejado todo para ella sacara su carrera y luego fuera mi mano derecha es las excavaciones- dice y frunzo el ceño.

-Ray, perdona que te lo diga de esta manera, pero no estas siendo muy claro- digo y el frunce el ceño.

-¿A qué te refieres?-

-me has presentado a todo el mundo como tu mano derecha. Desde los guardias de la entrada del terreno hasta tu propia hija. Puede ser que por eso este enojada contigo porque no le has dado el lugar que se merece. Yo también estaría enojado si me despreciaran de esa manera- digo mientras termino de pasar el bloqueador por mis brazos.

-no la he despreciado. La quiero conmigo. Si quisiera hacerla sentir de esa manera jamás le habría pedido que viniera. ¡Es que no entiendo a las mujeres y mucho menos a mi propia hija!- dice y me rio. Yo tampoco las entiendo.

-creo que esa es la frase de todos los hombres. Prefiero quedar de ignorante en ese aspecto que meter la pata. Ellas siempre nos sacan en cara los cóndores que nos mandemos y prefiero que me digan que soy tonto a que me digan idiota- él se ríe y luego pasa sus manos por la cara.

-en eso tienes razón. Solo... que no quiero que se vaya. Sería la primera vez, en muchos años, que en una excavación no estaría ella y me sentiría vacío. Sin esa niña no puedo hacer nada- dice.

-la quieres mucho- digo mirándolo a los ojos.

-claro que la quiero. La amo. Es mi hija. Lo único que me queda mi esposa, a quien he amado hasta con locura. Ella es lo más preciado que tengo en este mundo- dice con fiereza.

-pero la mayoría del tiempo no le demuestras ese cariño- digo y lo miro. Quiero ver su reacción. A veces es tan frio con ella. Si bien, mis padres, son estrictos me han dado libertad para hacer muchas cosas y siempre me han dicho: "hijo, ten cuidado. Se Precavido y nunca olvides que te amamos con el corazón y el alama completa".

-sé que soy duro con ella pero eso es en el área laboral pero soy un buen padre. Siempre la he respetado y la he querido como a nadie en este mundo pero me da miedo que se vaya- dice y frunzo el ceño.

-¿Por qué dices eso? ella está aquí contigo, trabajando para que seas el mejor de este mundo- digo.

-¿No te has dado cuenta lo hermosa que es? No va a faltar quien llegue aquí no por amor a las excavaciones y a los misterios, sino por amor a ella- dice y abro mi boca en estado de shock.

-¿Estás hablando en serio? Tu hija es hermosa y habría que ser un ciego para no verlo pero, con tu comportamiento lo único que lograras es que se vaya de aquí. ¿Estas preocupado de alguien que aún no llega en su vida? Eres muy paranoico- dice. El frunce el ceño y después se ríe.

-supongo que tienes razón. Lo único que puedo decir en mi defensa es que nadie se quedara con esa niña. Ella me pertenece. Ningún joven hormonal me la quitara de mi lado. Ni siquiera tu- me atraganto con esa frase.

Pasado en común: Cristian y AnastasiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora