Capítulo 16: Una nueva arma.
"Un guerrero puede blandir su hoja para matar o proteger. La hoja no es quien decide, sino el guerrero, y cuando es verdadero sabe qué acción es la adecuada en el momento correcto".
Ubicación: Base de operaciones de Wasol Corp, Rantoul, Illinois, EE. UU
Fecha: 30/11/2020 – Horas de la mañana.
Jackson Blake.Voy a hacer que ese maldito bastardo de Azazel se arrepienta de lo que hizo. Voy a tomar a ese demonio y voy a atravesar con una lanza esa jodida expresión suya. Lo moleré a golpes, le arrancaré las alas y romperé las piernas y luego de que atormente su miserable e infernal existencia, voy a hacer que él mismo se arrepienta de haber venido a Chicago.
El recuerdo de mi Aston Martin destrozado me enfurece y me llena de tristeza al mismo tiempo, pero me da la fuerza suficiente como para completar cincuenta dominadas trasnuca, mejor conocida como "cristo".
He entrenado día y noche, y no me importa las condiciones climatológicas que han cambiado drásticamente porque se avecina el invierno, cada uno de esos demonios me las pagará.
Reposo un momento sobre una banca, recordando específicamente las palabras del presidente de la corporación: "Tienes permiso para hacer lo que creas necesario para derrotarlos", y a pesar de que nuestra relación sigue algo tensa, puso una gran confianza en mí como para hacerlo.
Salgo del gimnasio de la corporación y me dirijo con paso firme hacia el laboratorio del doctor Smith, no lo veo a él, pero me encuentro con su linda y llamativa asistente.
—Abigail.
—Buenos días Jackson, escuché lo de tu auto y me siento triste por ti.
Son palabras sinceras, puedo notarlo.
—Descuida, ya ha quedado atrás.
—¿Y qué te trae por aquí? —pregunta viendo mi vestimenta.
Una bata blanca, guantes, botas y gafas de seguridad, la misma vestimenta de mis tiempos como químico.
—Voy a iniciar con la artillería pesada —me limito a decir.
—¿Cómo? —pregunta ella cuando ya la he dejado atrás y avanza con rápidos pasos hasta alcanzarme.
—Por todo este tiempo sólo aproveché mi fuerza y técnicas de pelea, lo que me hizo una bestia en el combate cerrado, pero no tomé en cuenta mi inteligencia y conocimiento de la química.
—¿Y cómo planeas hacerlo? —Esta chica es bastante curiosa, no se queda sin preguntar nada.
—Permíteme un laboratorio privado, y luego te mostraré.
Ella accede y me lleva al área química. Puedo ver todos los reactivos y compuestos, las máquinas de análisis y experimentación y finalmente me lleva a un pequeño espacio cerrado, donde me deja listo para experimentar. No sin antes hacerme decenas de preguntas de todo tipo. Abigail siempre se preocupa por todo, debo reconocerlo, y más aún si yo tengo algo que ver. Como persona, sabe ocultar bien ciertas cosas, como ciertos aspectos de su pasado de los que se ha negado a hablar mientras conversamos, pero no tiene ni idea de cómo esconder sus emociones, a decir verdad, por la forma en que se ruboriza cuando estamos juntos y por cómo me mira, me da a entender que le intereso.
Muy bien.
¿Por dónde voy a comenzar?
Salgo un momento y voy al área de reactivos, tomándome mi tiempo para observarlos e imaginar las combinaciones que podría crear con cada uno de ellos. Una pequeña sección está bajo protección, y enfocando mi vista puedo leer el nombre de uno de los compuestos allí ubicados y una magnífica idea llega a mí como gotas de lluvia durante una tormenta.
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La Doctrina de los dioses: Los Herederos del Caos
Science FictionLa doctrina de los dioses inicia en un mundo que sufre y está en decadencia. Puedes verlo cuando los frutos de los árboles pierden su sabor, cuando la sonrisa de los niños es reemplazada por el miedo de sus padres y las ganas de vivir se extinguen...