My Sweet Bodyguard

No me odia...

¡Esto no se va a quedar asi!- Dije para mis adentros.

Estabá recostada en mi cama, golpeando una almohada aladó mio.

Tome mi telefono y marque el celular de Karla.

- ¿Bueno, Hikari?

Se escuchaba el ruido de la musica alta, resonando por todo el lugar.

- Si, Karla ¿Me oyes?

- Espera...

Al parecer Karla entro al baño

- ¡Ya! ¿Dónde estás?

- Papá me cacho tratando de escapar y...

- Oh! lo olvide tu "papi" no te deja salir los domingos despues de las 8, perdona.

- Si bueno, no puedo hacer nada, oye Samuel no te ha preguntado por mi

- Ahora que lo mencionas si, pero no lo he visto desde que se fue por las bebidas

- Aghh!, y yo que compre un ZARA® que se me ve tan lindo, pero Samuel no lo vera.

- Pues lo siento amiga, en verdad, ya sera para la proxima.

- Si... Bueno te dejo para que te diviertas no te quito mas el tiempo, bye.

- Bye

Lanse mi telefono al sillon que se encontraba al otro lado de donde yo estaba.

Toc, Toc!

- ¿Que quieres?

- Es hora de cenar - dijo Daniel

- No tengo hambre

- Tu padre me ha mandado por ti

- Pues dile que NO tengo hambre

- ...

Toc, Toc!

- ¡Te dije que te largaras!

- Hikari, abre esta puerta!- La voz de mi padre retumbo en mis oidos

Me pare y abri la puerta de mala gana.

- ¿Que se te ofrece, Padre? - lo mire directamente, tratando de ignorar a Daniel

- Hija, tenemos que hablar

- ¿No podemos hacerlo ahora, aqui?

Papá fruncio el ceño

- NO!, VAS A BAJAR A CENAR

- Pero...

- ES UNA ORDEN!

Papá dio media vuelta y se fue

Me gire hacia Daniel

- ¡Vamos burlate!

-¿Porque deberia hacerlo?

- Me odias desde que me conociste, esto te ha de causar gracia

- No la odio

- Entonces que!

Daniel sonrio.

- Debo irme

- Oye espera!

Ya se habia ido, como odio cuando hace eso.

Baje y cene junto con mi padre

- ¿De que querias hablar? - Dije un tanto enojada

- Entiendo que no te lleves bien con Daniel, pero debes aceptarlo Hikari

- ¿Solo querias hablar de eso?

- Mañana entraras de nuevo a la escuela

- No hay problema

Me pare de la silla, y me fui a mi habitación, todo esto era tan presipitado, ojala y Papá nunca hubiese ganado las elecciones...