Epílogo

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PoV Theo

Chris ha cumplido. En estos siete meses de relación, de los cuales lleva cinco siendo lobo, no me ha marcado. Estoy tan orgulloso de él que me es imposible retener las lágrimas al pensar en este tema. Él se ha dado cuenta de que estoy llorando como una niña otra vez y se acerca a mí con una sonrisa dejando de lado la corbata que se estaba anudando.

- ¿Por qué lloras mi pequeño príncipe?- Me pregunta rodeándome la cintura con sus brazos y pegándome a él. Yo escondo mi cabeza en su cuello e inhalo su aroma para tranquilizarme.

- Ya sabes las hormonas de un embarazado.- Le digo separándome de él. Chris sonríe y acaricia mi aun vientre plano, ya que solo estoy de ocho semanas, con una sonrisa de felicidad y una delicadeza enorme.

- Aun no me puedo creer que vaya a ser papá otra vez.- Me susurra sin quitar los ojos de donde están sus manos. Pongo las mías encima y le sonrío, su mirada sube hasta la mía y yo me acerco a besarle. Él me responde sin ni siquiera parpadear. Me separo cuando la falta de aire se hace presente y le vuelvo a mirar a los ojos.

- Pues creértelo porque por no lo voy a cuidar yo solo.- Le digo mientras empiezo hacerle el nudo de la corbata, él asiente y vuelves a sonreír.- Ahora espabila que nos están esperando en una boda.- Le digo separándome y contemplando mi obra de arte.- Guapísimo como siempre, ahora allez, allez.- Le digo mientras le doy pequeños empujones hacia fuera de casa.  (vamos, vamos) 

- Me encanto cuando hablas francés.- Me dice antes de darme un casto beso en los labios y coger mi mano.

PoV Peter

Siete meses de tranquilidad en Beacon Hills, no tanta en casa, pero tranquilidad después de todo. Quizá la idea de meterlos a todos en una sola casa fue una mala idea y de eso Noah se dio cuenta, ya que a la que todo volvió a la normalidad él y su prometido volvieron a su casa.

Nuestra casa es un constate de gritos, peleas, llantos, reconciliaciones y más llanto. Tener a dos personas embarazadas en un mismo lugar es un caos, y eso que esta de pocas semanas, que si cambios de humor, vomito, antojos, ascos hacia las comidas. Es un sin vivir. Pero claro no me puedo quejar mucho ya que uno de ellos es mi prometido. Si, le pedí que se casara conmigo y si, puede, que lo dejara un poquito embarazado.

Un objeto volador no identificado pasa por al lado de mi cabeza y me devuelve a la realidad en menos de un segundo. Delante de mí esta Liam con la corbata sin anudar y una cara de enfado bastante importante.

- ¿Que pasa amor?- Le digo acercándome con una sonrisa un poco tensa, él me mira fijamente con el ceño fruncido y de repente se pone a llorar, tsk malditos cambios de humor.- Ven a mis brazos Li.- Le digo abriéndolos para que él venga, se acerca corriendo y se cuelga de mi cuello enredando a su vez las piernas en mi cintura.

- No sirvo para nada Pet.- Me dice llorando, yo aprieto mi agarre y acaricio su espalda con suavidad.- Si no se ni como anudar la corbata como voy a cuidar de el pequeño que está creciendo dentro de mí.- Me dice volviendo a soltar un sollozo, yo lo separo y lo miro a la cara.

- Liam vas a ser el mejor padre del mundo.- Le digo acariciando sus mejillas, él se suelta y se pone delante de mí.- Que no sepas anudarte la corbata no es el fin del mundo.- Él aparta la mirada y yo sigo hablando.- Cuando nuestro hijo nazca veras como todos tus instintos paternos/maternos, por que no se muy bien cuales se te activaran a ti, te saldrán a flote.- Le digo consiguiendo una sonrisa de su parte.- ¿Ahora, me dejas enseñarte cómo se anuda una corbata?- Él asiente limpiándose las lagrimas que aun caen por sus mejillas y me da una sonrisa que yo le devuelvo.

PoV Stiles

Ya han pasado los siete meses, estoy a media hora de casarme con Derek, media puta hora. Dios estos meses han sido difíciles por un simple motivo, me quede embarazado. Si y como los embarazos de los lobos solo duran seis meses hemos querido esperar a que el pequeño Dylan naciera para casarnos. Derek está muy feliz de que su primogénito sea un varón fuerte y sano, y por lo que nos ha dicho Deaton es un lobo. Al escuchar esa noticia un poco de desilusión se apoderó de mi cuerpo, porque me hubiera gustado que fuera un zorro como yo, pero no pasa nada mi pequeño Dylan será un lobo fuerte.

Acabo de ponerme la pajarita y me miro al espejo, Unas cuantas lágrimas caen por mi mejilla y sonrío. Es como lo había soñado, el traje se ajusta a perfectamente a mi cuerpo. Camisa blanca con un saco verde, del mismo tono que los ojos de Derek y una chaqueta y pantalón negra.

El llanto de un niño pequeño se escucha en la habitación y yo miro la puerta a través de el espejo. Allí está mi padre con Dylan en brazos, me da una sonrisa y se acerca a mí mientras que Dylan al captar mi olor en la habitación se calma de repente.

- Estoy tan orgulloso de ti hijo.- Me dice cuando me paro delante de él cara a cara, yo contengo mis lágrimas y asiento.- No solo te vas a casar con el mejor hombre que podrías haber encontrado, sino que también me has a dado un precioso nieto. Espero que te vaya igual de bien en tu carrera de policía.- Me dice sonriendo, yo dejo salir las lágrimas y él se ríe.

- Gracias papá.- Le dije limpiando mis lágrimas. Me acerco a él y con cuidado de no aplastar a Dylan le doy un abrazo.- Eres el mejor padre que alguien puede pedir y se que seras mejor abuelo todavía.- Él asiente con los ojos cristalizados y me sonríe.- Espero que te cases pronto con papa Jord's.- Le digo con una sonrisa, él suelta una risa y asiente dejando caer las primeras lágrimas.

- Eso no lo dudes.- Me entrega a Dylan y yo lo pego a mi pecho para que se acabe de calmar. Dylan abre los ojos y sonrío al ver esa característica diferencia que lo hace especial, un ojo verde, como los de Derek, y otro marrón, como los míos. Mi padre también sonríe al verle los ojos.- Es espacial sin duda.- Me dice acariciando su cara. Yo asiento y se lo devuelvo. Él vuelve a cogerlo y camino hacia la puerta.- Se lo voy a dejar a Jordan y en diez minutos estoy aquí para entregarte a Derek.- Me dice sin ni siquiera girarse, los nervios vuelven a salir y mi padre se detiene.- Tranquilízate, aun no me acostumbro a los nuevos olor y tu nerviosismo apesta hijo.- Yo sonrío y eso hace que me relaje. Mi padre fue convertido hace apenas un mes, ya que estando de servicio un ladrón le pego un tiro muy cerca del corazón. Los doctores no le dieron esperanzas así que Peter le mordió, para asombro de los doctores mi padre empezó a recuperarse rápidamente.

Suspiro y vuelvo a mirarme en el espejo. Aquí empieza mi nuevo capítulo, a partir de hoy seré un nuevo hombre, un hombre de familia y más importante, un hombre casado.

Nunca me iré (Piam y Theris)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora