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— De repente ella y yo dejamos de importar. No se preocupan por nadie más que no sean ellos, no sabe por lo que Isabella y yo hemos tenido que pasar, son ellos cuatro en su mundo, y pensar en lo que le hicieron hace dos semanas. ¿Te imaginas lo que hubiera pasado si yo iba también? Tal vez no me hubieran encerrado en el baño sino que me hubieran mandado a salir del apartamento para hablar de sus cosas, y yo sentada como una estúpida en las escaleras con mi teléfono en las manos y aguantando las lágrimas para no mostrarme débil enfrente de ellos.

Hablar tan rápido le había provocado una punzada en la garganta al tiempo que se le formaba un nudo por la impotencia que sentía en ese momento. Le dolía el saber que aquellos a los que solía llamar "amigos" le habían dado la espalda y ni siquiera muestran un gesto falso de que les importa.

— Isabella y yo siempre mostramos una imagen de que no nos importa el que nos dejen de lado, pero en realidad no saben cuánto hemos llorado por observar como nuestro grupo se redujo a cuatro personas, supongo que voy a tener que juntarme con el grupo de Camille para no sentir que ya no formo parte de una amistad que creí duraría para siempre.

— ¿Han hablado eso con ellos? —Jake mostraba un semblante de dolencia al ver a su amiga en ese estado frente a él.

Andrea negó con la cabeza mientras se secaba las lágrimas con la manga de su suéter. Cada vez que intentaba hablar con Barbara era la misma historia. Andrea trata de ser seria, de dejarle en claro lo que le parece y lo que no, y lo único que hacia su alguna vez "mejor amiga" era responder cortante y fastidiada. Desde la última discusión que tuvieron, la castaña no quiso intentar salvar una amistad que no tenía de donde agarrarse para volver a ser lo que era. Solo le quedaba Danielle, y ella vive a miles de kilometro de distancia y solo pueden hablar cinco minutos al día, pero igual sigue siendo la única que está ahí para Andrea cuando más lo necesita.

— ¿Consideras que estoy cometiendo un error en no intentar más?

— Si en algún momento tu y Barbara fueron buenas amigas, creo que pueden arreglar sus diferencias.

— Jake, casi la llevo a terapia de parejas, no tenemos arreglo, ella decidió dejar de hablarme de sus cosas y de confiar en mí después de la fiesta de dieciséis años de Bridgett, ya hace un año. Estoy casi segura de que Barbara sabe que está acabando con el poco cariño que aun le tengo, ¿crees que le importa? ¿La ves aquí apoyándome en estos momentos? No lo creo.

Andrea McCarthy tomó un trago de su copa de vino tinto. Contaba los días para no tener que volver a ver a esa rubia narcisista que antes era su secuaz en el mal, Barbara Bryce, alguien a quien le contaba todos sus problemas junto con Danielle Tisdale. Pero supongo todo cambia cuando uno prueba su primer cigarrillo o cuando una amiga intenta proteger a la otra, pero ésta se lo toma a regaño y decide no confiar más nunca en alguien que podía ser considerada una hermana.

— Tráigame la cuenta —volvió a la Tierra cuando oyó a su amigo hablar— ¿Estás bien? ¿Crees poder sobrevivir a esta tarde de películas?

— No estoy de humor para ser ignorada —sonrió débilmente.

— Bien —dijo con voz apagada y semblante triste.

Parece que la única dolida en esa mesa no era ella. Su queridísimo Jack-Jack Harris también estaba pasando por un mal momento.

— ¿Tu crees poder sobrevivir a una tarde de películas? —ella coloco su mano encima del puño de su pecoso amigo.

— En realidad no.

— ¿Quieres hablar?

— No.

— ¿Y si mejor tu y yo vemos películas en mi casa? —ella le sonrió radiante, ver a Jake Harris triste significa sentirse triste también y ella quería dejar de llorar.

¿Qué tiene de especial ella?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora