... esbozos de comicidad, brotan constantemente
de vuestros cerebros. El demonio os ha invadido;
es inútil ir en contra de esta hilaridad,
dolorosa como un cosquilleo.
Los Paraísos artificiales
Baudelaire
« es otro».
Arthur Rimbaud
Carta a Georges Izambard (13 de mayo de 1871).
INTRO
¡Ya basta!
-Maldita voz lacerante que penetra hasta el tuétano. No soporto ni un minuto más tus irritantes augurios. ¡Charlatán! ¡Despreciable zorro! ¡Calla! Tus asqueantes palabras por fin me colmaron. ¿Acaso no lo comprendes? No, claro que no ¡Necio!-dijo el profesor Ezkiel Montoya en un súbito paroxismo, y aprisionando con fuerza un cuchillo, la sangre resbaló por el filo; empañando la escarlata rabia que corría por sus venas, la cual, le hizo perder la razón. Trató de luchar en su contra pero le fue imposible. Era demasiado tarde.
-No te resistas- Escuchó una voz en su cerebro, como un doloroso murmullo.
- ¡Mi cabeza! ¡Mi cabeza! -chilló el profesor irguiéndose violentamente sobre su asiento, se llevó las manos a las sienes, y con todas sus fuerzas, apretó su arrugado y calvo cráneo. Era como si de pronto algo, se hubiese metido en su cerebro, y desde dentro, taladrara, reventando las arterias.
-No te resistas- Escuchó de nuevo la recalcitrante voz.
Una lucha se desató en lo profundo de su mente, no pudo más y se dejó llevar. El dolor estalló como una granada. Se había trasformado... ahora, sus sentidos se agudizaron. Pudo escuchar el apresurado y fragoroso latir del corazón de Raimundo. - ¡Oh, sí! ¡Puedo escucharlo danzar entre mis manos con trémulo ritmo! ¡Ah, lo atenazo con sabor!
Articuló con voz ronca, inhumanamente trinitaria.
-Tu marcada respiración me seduce, me atrae, me excita. El aroma a miedo que desprende tu materia es irresistible; exquisita, atrayente, apetitosa; ¡Podría percibirla a kilómetros!-dijo mientras cerraba sus sardónicos ojos que se iluminaban como ascuas ardientes. Se inclinó hacia delante, hartándose con el aparente olor que percibían sus dilatadas y profundas fosas nasales.
- ¿Qué? ¿Por qué retrocedes? ¡No temas, el cerrojo está puesto! ¿Recuerdas? - observó aquella entidad parecida al profesor Ezkiel, quien, de entre sus labios duros, pendía una sonrisa socarrona.
Raimundo, sacudido por una fuerte impresión, trató de escapar, echó a correr a través de unos muebles rancios, grotescos y cascados que esquivó con dificultad; no obstante, los movimientos del profesor, parecidos a los de un reptil, le cortaron el paso.
-Los vapores que emanan de tus poros me enloquecen- expresó el profesor en un estado de aparente enajenación, y tomando por el cuello a Raimundo, lo levantó con extraordinaria fuerza. Se inclinó de nuevo y comenzó a olfatear su agitado pecho, su angulosa nariz se ensanchó aún mucho más; de manera grotesca, anómala. Luego, echando la cabeza hacia atrás, exhaló. Raimundo, al percibir la fétida respiración que desprendía el profesor, como el de la putrefacción de la carne muerta, se horrorizó. Al intentar zafarse, alcanzó un cubierto en la mesa y se lo clavó en las costillas. Aquel demonio observó una herida reluciente y viva sobre su constado, cuya sangre emergió apenas como un finísimo hilo. El profesor, sensible ante la lustre llaga, pareció contorsionarse de placer. Apretó los labios con fuerza, pero no puedo contener un gemido seco y tortuoso, que subió por su garganta. Entonces, extasiado, notó la expresión de Raimundo, la cual, se desfiguró de dolor al comprobar el frío contacto del acero sobre su carne, blanca e insulsa. Y con movimiento lento, el profesor Ezkiel hundió más el puñal sobre la trémula garganta del infeliz Raimundo. Finalmente, el profesor disfrutó a largar y sonoras carcajadas el aborrecible acto. Raimundo, se desvaneció lento por sus manos, y antes de caer, se aferró a su entrepierna. Suplicó, pero no tardó en desplomarse, se ahogaba con su propia sangre, espesa y de un color rojo como lava volcánica.
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MALASANGRE
HorrorMalasangre en un relato de terror que se desarrolla en el puerto de Acapulco, México. La extraña muerte del Prof. Ezkiel de alguna manera se entrelaza con los prematuros asesinatos de personas en las playas, cuyos cuerpos mutilados escandalizan a l...