Capítulo 2: Parte I.

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Una nueva semana comenzaba, solo había tenido un día de descanso y ya debía regresar a sus actividades.
Ese lunes había comenzado mal, su cabello descontrolado, sus ojeras, su cuerpo algo debilitado por el cansancio y el haber dejado olvidados sus auriculares sobre la cama antes de salir. "Mierda." Pensó una vez que llegó a la estación y notó aquél olvido.

HoSeok ingresó por las escaleras del andén y pagó su pasaje. Para su suerte o mala suerte, quién sabe, no fueron más de tres pasos los que dio antes de divisar que su chico interesante ya había llegado, por lo que sonrió por primera vez en el día y disimuladamente se acercó un poco, apoyándose contra la pared a unos metros de él. Desde allí podía observarlo de reojo, y ya que no tenía como entretenerse, ¿qué tenía de malo intentar analizar un poco más sus constantes ritmos? Los días pasados cada vez que lo había observado, este ni se inmutaba así que ese día se sentía seguro.

El chico estaba sentado con una mochila entre sus piernas pero incluso mucho más inmovil de lo habitual, cosa que HoSeok notó al instante. ¿Por qué no estaba moviendo sus manitas como siempre? Pensó, y de repente el rostro del chico volteó hacia el lado de HoSeok provocándole un pequeño susto, ya que se sintió como un idiota que no dejaba de mirarlo y podemos decir que el bailarín no era muy disimulado cuando observaba algo en particular. Quitó su mirada simulando haber estado distraído mirando cualquier otra cosa y regresó la misma al reloj de su muñeca, por supuesto no queriendo volver a voltear hacia el joven.

¿Quién es? ¿Por qué nunca lo había visto? ¿Y por qué carajos se sentía tan obsesionado por saber quién era?

El tren llegó y notó que ambos subieron en vagones distintos. Allí encontró un asiento vacío y sin pensarlo dos veces se dejó caer, bufando, puesto que los viajes sin auriculares se le volvían super densos. Y mucho más con esas cuestiones molestando en su mente.

Pasaron dos minutos y una idea se le vino a su cabecita inquieta: ¿Por qué no intentaba seguirlo? Tal vez descubría a qué departamento pertenecía, o se veía con algún amigo que seguramente HoSeok conocía y luego podía preguntarle sobre él. De todas maneras ambos irían al mismo edificio y tenía tiempo como para ese día no ir corriendo y llegar super temprano, como hacía todos los días.

Estaba decidido.
Cinco estaciones más y bajó del tren.
Ya que muchos bajaban allí, se tomó la molestia de buscar a los lados hasta divisarlo entre la multitud. Se escondió entre las personas para que este saliera primero de allí y ni bien pasó, buscó apurarse para salir del montón de personas que intentaban salir de la estación tanto como ellos. Una vez ya en la calle, con cada persona yéndose para sus lados, logró ver a su personita de cabello negro y descontrolado caminando por el mismo camino que él mismo solía hacer "corriendo" todos los días. ¿También usaban las mismas calles para llegar y jamás lo había visto? ¿Era nuevo o qué? Seguía pensando mientras caminaba un poco más lento manteniendo cierta distancia y caminando por la calle de en frente para evitar cualquier contacto.

El chico caminaba lento, sin apuro alguno, al contrario de la naturaleza de HoSeok, la cual era caminar rápido sin poder evitarlo; por eso era que siempre parecía estar corriendo o apurado cuando solía llegar temprano a todos lados. Y esta vez, esto le jugó en su contra, ya que cuando no tuvo más remedio que cruzar de calle hacía la misma que el chico, para doblar y ya encontrarse a media cuadra del instituto, se topó en la esquina con él. Prácticamente a su par.

-Lo sientoooo.
Soltó de repente.
Si estaba intentando seguirlo, ¿Cómo pudo haberse despistado y casi chocado con él? ¿Dónde quedó la distancia que luchaba por mantener? Se sintió un completo idiota pero por dentro reía de si mismo. Realmente no servía para esas cosas.
A todo esto, ambos se quedaron estáticos allí mismo, quién sabe por qué.

-¿Acaso me sigues, Hope?
Su voz grave y densa, suponía que por ser tan temprano, resonó en sus oídos causándole cierto escalofríos, más que nada cuando este mencionó su apodo. ¿Ahora resultaba que lo conocía? Hasta sus profesores lo llamaban por su apodo, pero ¿alguien de otro departamento y que nunca había visto? Ya no sabía qué pensar.

-¡No! Claro que no, estaba distraído, disculpame, eh...
Y lo miró por un momento, como si estuviese esperando a que le dijera su nombre. Eso sí realmente apenado por el momento que estaba pasando. Aún así, HoSeok esbozó una pequeña sonrisa sin quitarle la vista.
Era la primera vez que veía su rostro completo. Su piel era más pálida de lo que le parecía, sus ojeras eran aún más grandes que las propias y su cabello despeinado le indicaba que este había tenido una mala noche.

-YoonGi.
Respondió neutral, provocando que HoSeok asintiera y ampliara su sonrisa.

-Ya, hasta luego...
Apuró HoSeok y corrió hacia la entrada, ni siquiera había esperado su respuesta. No quería avergonzarse más de lo que ya estaba, o peor, que aquél tal YoonGi descubriera que sí lo estaba siguiendo. Él era terrible para las mentiras, por algo nunca lo hacía, pero claro estaba que no iba a admitir algo como "Sí, te seguía, lo siento".

Su día siguió sin problema alguno, ya cuando ingresó se encargó de colocar música y entrar en calor un poco a medida que sus compañeros ingresaban y se le unían o simplemente se sentaban a ver y conversar.
De a ratos el recuerdo de haber chocado con aquel joven nuevamente se venía a su cabeza, y es que no entendía aún cómo había logrado sacarle un buen provecho a esa situación tan extraña de estar siguiendolo: al menos ahora sabía su nombre. Pero realmente agradecía que en su Instituto se le permitiera a sus alumnos usar las salas siempre y cuando no esten ocupadas por alguna clase. Era así tanto en las salas espejadas, como en los demás ambientes de todo el establecimiento. Así que se aprovechó más que nunca de ese detalle para empezar a concentrarse sobre las clases de ese día... sería un día largo realmente.

Propositum [Art School] YoonSeokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora