Estoy cansada, ha sido una larga noche, gané 500 dólares, eso está bien.
*Suena el teléfono* -¿Hola, quién habla?. Se escuchó un silencio al otro lado de la línea -Soy yo, Ana, Mamá de puso mal, sólo te llamo por si querías saberlo. A Katherine se le encogió el corazón al escuchar la voz de su hermana, hace años que no la escuchaba hablar. -Gracias por avisarme;dijo Katherine. Y colgó la llamada.
Se recostó de pronto desecha en su cama, tenía todo lo material cuanto había deseado, pero algo le faltaba, no estaba completamente segura de lo que era, aunque lo sospechaba. El dolor de hacia cada vez más y más fuerte, como si fuesen agujas clavandola por dentro, doloras agujas que la hacían sangrar. Allí lloró y lloró hasta que se quedó dormida.
Despertó decidida, vería a su madre, tomó el teléfono para pedirle a alguien su compañía, pero no fue sorpresa para ella que no tenía a nadie, sola, totalmente sola, además vacía, todo lo que ella sentía por dentro simplemente la estaba matando.
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La prostituta de la calle 13.
Teen FictionLa historia de cómo Katherine pasó de cristiana hasta llegar a la esquina de un cavarette.