—¿Qué es esto?Dejé de ver alrededor para ver lo que Sousuke me tendía. La habitación me seguía provocando un sentimiento incómodo pero, hoy era más calmado y claro que tenía sus porqués. En primer lugar ya no me parecía un lugar nuevo y extraño por lo que podía sentirme menos ansioso. También, acabábamos de llegar, ambos estábamos vestidos, por tanto no estaba tan expuesto como en la vez anterior, cuando sólo yo estaba desnudo. Por último, esta atmósfera agradable. A pesar de los momentos de discusión y la tensión cortante, con él las reconciliaciones eran fáciles, intentaba comprenderme, e incluso daba su brazo a torcer.
¿Cómo podía de esta forma resistirme a quererle?
Sousuke extendió mis manos hacia adelante y colocó aquellas tiras con hebillas ordenadamente para explicarme.
—Esta parte más ancha, es para que no utilices tus manos. El resto oprime algunas zonas de tu piel, principalmente alrededor de tus deliciosas gominolas.— paso sus manos por mi pecho describiendo por dónde irían aquellas correas. Sus manos estaban cálidas y proporcionaban esa misma temperatura con su roce. Un simple toque suyo era todo un regalo para mí.— Oh y esta parte irá por... aquí.— Sousuke deslizó un dedo desde mi nuca, bajando por mi espalda provocándome un dulce escalofrío a su paso.
Buscó mi reacción con una mirada felina y no tardó en sonreír de esa manera tan erótica que hacía cenizas mi cerebro. Espero que eso signifique que él también es débil con tan solo rozarme.
—¿Lo probamos ya, Tachibana? —dio un paso atrás y esperó por una respuesta.
Sousuke quiso darme un espacio después de nuestra discusión. Me explicó que no es conveniente hacer este tipo de cosas cuando no existe un entendimiento por ambas partes. Sin embargo, ambos nos habíamos disculpado y el día había ido bien.
Más que bien.
Fue tan... romántico.
Borré esa palabra de mi mente y le respondí con seguridad.
—Sí, amo.
—Uoh, uoh, uoh.— levantó sus manos pidiendo tiempo. —Me gusta. Siempre había preferido Señor Yamazaki pero... dilo de nuevo. — achicó sus ojos esperando una vez más escuchar mi voz.
Me gusta saber que con sólo decirle unas pocas palabras pueda perder la cordura.
—Por supuesto, mi amo. Cuantas veces lo desee. — sí, Sousuke estaba gozando esto y sus ojos trasparentaban todo lo que sentía.
-Mi Tachibana, —oh Dios, podría morir aquí mismo. — está usted de muy buena actitud hoy. Déjeme que le libere de la ropa, seguro que quiere usar esto cuanto antes.
Sousuke tiró con su chaqueta a un lado para después jugar a quitarme cada prenda. Me rozaba en lugares sensibles, pasaba su lengua por cada pedazo de carne que encontraba, cosquilleaba mi cintura antes de despojarme del pantalón. Sentía mi sangre fluir como un arroyo en primavera. Sus dedos eran pajaritos volando entre mis ramas. Su respiración el aire cargado de un aroma floral. Y él. Él era el sol agradable y placentero que lo colmaba todo.
—Siéntese de rodillas en la cama. —dijo una vez estuve totalmente sin ropa.
Poco a poco mi cuerpo fue rodeado por aquellos cinturones de cuero negro que él aseguraba a mi alrededor. Una parte del arnés rodeaba mis tobillos. Otra hacía lo mismo con mis manos. Alrededor del pecho se cruzaban más tiras de cuero. Una de ellas envolvía mi cuello y de ella salía una nueva correa que llegaba hasta mis pies. Tras un ajuste con las hebillas mis manos, sobre mi espalda, quedaron unidas a mis pies.
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Anastasia, Éstas Son Las Verdaderas Sombras [Free!] [SouMako]
Fiksi Penggemar¿Habéis leído "Cincuenta sombras de Grey"? Pues olvidad a Ana, mi nombre es Makoto Tachibana y esta es mi historia.