Dolor...¿porque viniste a mi?

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Los rayos del sol, chocaban con la manta de encima de mi cabeza. Me desperté sobresaltada, asustada y desorientada. Me dolia mucho la barriga y me sangraba la boca. Recordé todo lo previo ocurrido, dirigí mi palida cara y mis ojos hacia la puerta reventada. Estaba intacta, como si no huviera pasado nada.

Me levante atemorizada, las piernas me temblaban y mi cuerpo estaba alterado. A cada paso que daba, parecia que todo se apresurara, algunas hojas entraban por la ventana medio abierta, colocada a unas palmas de la mesa.

Sin pensarlo dos veces de nuevo, cogí aire profundamente y abrí la puerta aguantando la respiracion.

La piedra estaba en su lugar, no habia nada fuera de orden, como si yo no hubiera estado ahí. Me costaba mucho recordad los acontecimientos del pasado, pero... ¿es realmente necesario recordarlos?

El pulso comenzó a asosegarse, mientras yo daba un paso hacia adelante y contemplaba determinadamente el techo y toda la estructura. La puerta principal estaba cerrada con una cadena y candado. Seguí mirando y al recordando lo anteriormente ocurrido, mi pulso comenzo a acelerar, ese silencio tan acogedor, se convirtió en uno fastidioso.

Pise un cristal puntiagudo boca arriba, grite de dolor, la sangre comenzo a caer. El grito tan profundo y desgarrador desperto a el monstruo de su guarida. El cristal de la zona pasada, volvio a sonar.

Angustiada quite el cristal de mi pie y lamentada me puse plantada, el bicho se puso en el techo y me grito con sus ojos lechosos y sus dientes escalofriantes.

Sin pensarlo dos veces comencé a correr sin dejar de tener en mente esos acontecimientos. Sin ganas de volver a sentir que me rajan el cuello corrí hacia la entrada principal. El estaba detras de mi a unos pocos metros, mientras me gritaba yo cogí la silla y la estampe contra el cristal. 

El sol chocaba contra el suelo de piedra, en cuanto salí de ese sitió, sin dejar de correr dejando manchas de sangre el se detuvo. Se fué pero bichos igualitos a ese comenzaron a salir entre los arboles. Algunos mas altos que otros, mas feos o menos feos, con mas garras o mas dientes...

-Que...leñes...?-. sin pensarlo comence a correr despues de admirar eso (digo eso porque no se si nisiquiera merecen un nombre)

La sangre se expandia por mi pie y a cada pisada dejaba una huella. Las ramas de los arboles arañaban mi piel, ramas mojadas por la humedad de la noche, con liquenes en las ramas que algunas llegaban a acariciar mi piel. Las ramificaciones me hacian heridas no muy graves pero lo suficiente profundas como para hacer sangre. Esas heridas manchaban mi piel lentamente haciendo riachuelos por todo mi cuerpo.

Una cosa de esas apareció de un salto delante mio y yo asustada le aparte empujandole y poniendo mi brazo en la cara seguí corriendo. 

Sin ver por donde iba me caí por una colina hacia abajo terminando a la luz del sol y en un rio desmayada. Supuse que estos no iban a llegar a donde yo estaba.

Al cabo de un par de minutos alguien o algo me arrastraba por la orilla del rio. Sentia el agua correr por mi nuca y algunas gotas de fria agua, salpicar mi cara. Abri un poco los ojos y revisé a lo que me estaba cogiendo del pie. Apenas recuerdo nada, la caida me hizo una herida en la cabeza lo cual comenzo a sangrar, así que en un ultimo esfuerzo por mirar a la persona me desmaye de nuevo.


Una pesadilla sin fin (reanudada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora