Parte Tres

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Después de un largo paseo por la mayoría de lugares de Viena, entre ellos la catedral: San Sebastian. Matteo detiene a Matilde tomándola de la mano levemente, tiene unas manos finas y suaves, ella frunza el ceño y jala un poco de su mano.

-¡Óyeme!- intenta gritar pero no puede, Claire quien observa, se acerca.

-¡Oye tú! No hagas escándalo y suéltala- amenaza.

-Tranquila, llevare a tu amiga al Kärntner Straße- dice en tono tranquilo el muchacho, Claire no deja y agarra a Matilde del brazo.

-¿Y qué significa eso?- pregunta Claire.

-Claire, es la calle principal del centro de Viena, a una calle de aquí- responde Matilde, Claire tenía años de no escuchar a Matilde explicarle algo, olvidaba que su amiga sabía muchas cosas, la suelta lentamente.

-Le debo un abrigo a tu amiga, hace un par de días se lo arruine con mi late en Nueva York, y mira como da vueltas la vida, me la encuentro en mi país para recompensarle tal accidente- dice Matteo con la sonrisa que le brinda a Matilde.

-¿Él fue quien te ensucio el abrigo francés  hace tres noches?- pregunta Claire únicamente a Matilde

-Si… Es él- suspira ella.

-Ahora entiendo porque tanta mirada- resopla Claire.

-Claire, la llevare a su hotel temprano sólo iremos por un café y un abrigo, la regresaré donde se hospedan, descuida Viena es una de las ciudades más seguras del mundo, te lo aseguro, sale en Wikipedia- bromea un poco el chico, haciéndolo con acento británico lo que lo hace más divertido. Claire únicamente asiente y se acerca a la acera para tomar un taxi directo al hotel donde ambas se están alojando.

-Muy bien, te debo un abrigo y tú un café- le sonríe pero ella no.

-Debes estar bromeando- Matilde refunfuña.

-No, ven te daré una guía turística personal- él guiñe un ojo y da el primer paso.

Comienzan a caminar hacia Kärntner Straße o Calle Carintia. Matteo lleva una chaqueta de color negro de cuero, una bufanda y guantes de color rojo y botas de cuero. Encuentran una cafetería a la cual entran y toman asiento, ambos revisan el menú, pero Matilde observa con detenimiento a Matteo, ella se muerde el labio inferior por el nerviosismo que tiene de repente y él lo nota.

-Se me ha olvidado algo importante-medita el muchacho -¿Cuál es tu nombre?- se ríe con vergüenza, Matilde se sonroja, llenado su casi traslucida piel en un tomate, levanta la mirada y nota que Matteo también esta sonrojado.

-Matilde- responde con frialdad.

-¿Y apellido?-  Matteo levanta las gruesas cejas castañas.

-Matilde Gallagher- responde negando una sonrisa.

-Matilde Gallagher, me agrada, te va el nombre- confiesa mirándola, Matilde se siente cohibida. Ambos piden un café latte para cada uno; ella paga el de él y Matteo el de ella. -¿Has notado que en Viena hace más frio que en Nueva York?- pregunta, Matilde asiente. -Y tienes suerte. Estamos a punto de celebrar la año nuevo  todo está en rebajas- ríe. “O más bien yo tengo suerte” dice él para sus adentros.

-Si vives en Viena, una de las ciudades más seguras del mundo según Wikipedia. ¿Qué hacías en Nueva York?- pregunta sin rodeos ella, mirándolo con intriga, Matteo sonríe y se sonroja ya que no puede evitar que los ojos azul profundo y cejas gruesas le atraigan.

-Estaba de turista- responde - Soy uno de los novecientos estudiantes de la Academia de Bellas Artes- dice como quien no quiere la cosa. Matilde se sorprende “Vaya, otro artista” se queja en su mente. -En América existen grandes artistas, sobre todo del Pop Art- comenta revolviendo el azúcar de su café.

Un viaje inesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora