Draco, Ron y Harry Potter se encontraban en la torre de astronomía, cada quien sumidos en sus pensamientos, pensado por separado, queriendo resolver el dilema de sus vidas.
-Debo seguir con lo que él me encargo, chicos. Debo hacerlo solo.
-¿de qué hablas?-interrumpió Draco.-No te dejaremos solo. Estamos todos juntos en esto, desde primer año, lo sabes.
-Es verdad Harry, no te dejaremos en esto. Pero, ¿de qué estamos hablando?-pregunto Ron sin saber muy bien de que era lo que buscaba Harry.
-Se llaman horrocruxes, Voldemort antes de morir dividió su alma en 7 partes, 7 Horrocruxes, los cuales lo siguen manteniendo en vida, con nosotros. Cuando Salí con el profesor Dumbledore, estábamos buscando el primero, pero todo fue en vano, alguien más lo busco primero y en cambio dejo un falso. Estamos en punto ciegos, debo empezar de cero. –se volteo, y los observo impasibles.-Chicos, esto no es un paseo ni mucho menos, tendremos que buscar, no sé dónde ni como son, es una búsqueda a ciega, no se cuánto nos demoremos ni que pasara más adelante, lo único que tengo seguro es que cuando más horrocruxes destruyamos, Voldemort quedara más débil y poder cumplir con mi misión.
-Estamos contigo.-Hablo Draco mientras se acercaba y le palmeaba la espalda de modo fraternal.-Yo no dejar que ese siga vivo y dañando todo lo que yo conozca.
-Ni muchos menos yo.-se acercó Ron ya más presente de lo que hablaban, palmearon sus manos como los amigos que eran.-No te dejaremos solo.
-Ni yo.-se acercó Ginny detrás de una puerta a medio abrir.
-¡Ni lo pienses Ginevra Weasly! Tú te quedaras con mi madre. No te expondré.-grito enfurecido Ron, ¿Cómo se le ocurría aquella mujer irse de viaje con ellos? Algo malo podía pasarle.
-Ron, cálmate. Deja que ella hable.-interrumpió Harry con voz melosa.
-¡Que no Harry! Ginny no ira a ningún lado, ella debe quedarse en casa con mi madre. ¿Sabes lo que ella diría?
-Ginevra, eres mi hija, mi motor entre tantos varones, la princesa de papa y la adorada de todos tus hermanos. Te amo con mi alma y mi corazón, no quiero que nada te pase y preferiría tenerte en una perla de porcelana. Pero no decido en tu camino, sé que Ron sabrá cuidar de ti, como lo hará Harry y Draco que son hijos más para mí, sé que se vienen tiempos difíciles y es mejor para mí que estés asegurada lejos de aquí.-con lágrimas en sus ojos, Molly Weasly retiro algunas de su mejilla para agarrar su mano y besarla.-Eres mi tesoro pequeña, confió en ti y tu inteligencia, aparte de que serás de ayuda para estos muchachos, solo prométeme que llegaras sana y salva.
-¡Pero mam...!-Draco le mando un codazo a Ron para que se callara, pues Molly estaba perdiendo los estribos por la deconfianza de su hijo frente a la mujer de los Weasly.
-Lo prometo madre, volveré por ustedes.-Sonrió Ginevra mientras pegaba saltitos de aquí para allá, había logrado lo que quería, apoyaría a Harry en todo lo que necesitara, sería su base de apoyo, mantendrá a flote esos hombres, porque todo el mundo sabe que sin una mujer, un hombre no tiene mundo.
Harry estaba entre feliz y con miedo, debía cuidar alguien más en su búsqueda, nada malo le debía pasar a Ginny o Molly se las cobraría en vida y muerte.
-¡Iré!-chillo Ginny mientras se lanzaba a los brazos de Harry.
-Me dejaste perplejo Molly, me alegra que vayas linda.-comento Harry mientras la sostenía. Draco pensaba en su amor, mientras que Ron se moría de la ira por ver a su hermana saliéndose con la suya, además de que era algo peligroso, no iban de paseo, iban a buscar cosas que ni ellos mismos sabían, iba hacer difícil, y no, Ginevra quería ir solo para estar al rabo de Potter.
Draco Malfoy se encontraba en su hogar, debía despedirse de su familia, ante toda su hermana, pues emprendería a un mundo desconocido, y lo mínimo que quería es que algún mortifago le hiciera algo a lo que el más amaba. Con todo el dolor y pena, debía hacerlo.
-Hijo, baja. Ya está el té.-llamo su madre desde la cocina, Draco con pesadez y tristeza, le dio la última mirada a su habitación, sus cosas, pues pasaría demasiado tiempo antes de que volviera a pisar esa casa. Tomo su maleta y guardo cada cosa en su lugar, arrastro con las rueditas y a la sala llego. Descargo la maleta, y sin hacer mayor ruido se dirigió a la cocina, donde su familia se encontraban sentados dándole la espalda, Altaír, tan bella como siempre, con su cabello largo y laceo, estaba empezando a tomar más forma y más bella.
Su madre, de espaldas también, estaba más gordita, más lucida, más viva. Y su padre, Lucius, quien con mirada perdida, el cabello corto y lleno de algunas canas rebeldes que salían por sus orejas, la espalda ancha pero siempre delgado y su fina postura, era más que claro quién era el sangre pura de la familia, aunque no lo fuese como tal.
-Los extrañare.-susurro para sí mismo, y con alguna lagrima rebelde bajando por su mejilla, y antes de que alguno pudiera responder. -Obliviate.
Dio media vuelta en su eje, sonrió con tristeza y camino directo a la puerta de su antes, casa. Salió y hecho una última vista a su bello jardín, cuanto los extrañaría.
Finalizamos, nos vemos en unos dias mis amores <3
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Sangre Pura >Dramione< ∆PAUSADA∆
Fanfiction¿Y si todo fuera al revés? Piénsenlo. El apellido Granger fuera una de las mejores familias sangre pura de todos los tiempos. Y el apellido Malfoy, fueran solo sangre sucia...¿Como afectaría esto en la historia? Aviso, se basa mas en la vida de Her...