Esa mañana abre los ojos antes de que la alarma comience a sonar fuertemente. El calor que le brindan los brazos que lo rodean y la comodidad del colchón lo incitan a quedarse dormido nuevamente, pero tristemente, sabe que no puede hacer eso. Tiene todo un día por delante todavía. Se gira entre los brazos que lo aprietan dulcemente y se encuentra con el rostro que podría admirar por una hora completa si tuviera la oportunidad. Mira el reloj en uno de los buros de la esquina y nota que le quedan tres minutos antes de que el ruido estrepitoso despierte a Baekhyun. Suficiente para él. La misma emoción de todas las mañanas le recorre el cuerpo y los dedos comienzan a picarle. Sabiendo que puede y necesita hacerlo, su mano recorre la mejilla del hombre mientras su mente se pierde entre sus pensamientos, tomándose un momento para recordar.
El mundo poco a poco estaba volviendo a la normalidad. Aunque el sistema hubiera sido eliminado, todavía existen personas que se encuentran totalmente en contra. De clase alta, por supuesto. Gente terca que continúa pensando que por el solo hecho de tener dinero, son superiores. Ni la noticia del secuestro de Junmyeon y la infiltración de Kris en el gobierno, logro cambiar sus ideales. Afortunadamente, este grupo es pequeño y siempre y cuando se mantenga de esta forma, Yixing piensa que todo estará bien. Es solo cuestión de tiempo para la aceptación. Ninguna persona merece morir porque simplemente no nació en una cuna de oro.
El conocido ruido del despertador animándolos a levantarse se hace presente y detiene la caricia de su mano, esperando para que Baekhyun despierte.
—¿Por qué te detienes?—dice el pelinegro repentinamente, reprochándole. Su voz suena un poco gruesa e inconscientemente sonríe. Absolutamente despierto ahora.
—¿Desde cuándo estas despierto?—pregunta, inclinándose para dejar un beso en su mejilla, dándole los buenos días.
—Hace poco, en realidad. —responde, aun sin abrir los ojos. El castaño hace el intento por separarse, pero los brazos en su cintura lo detienen. —. Quédate así solo un poco más.
Sabe que probablemente sea una mala idea, sin embargo, se rinde. Quizás cinco minutos más.
Algunos meses después de la eliminación de El Dorado, cuando se pudo decir que la sociedad había alcanzado la estabilidad y ya existía un lugar para ellos, Baekhyun tercamente dejo a su gente marcharse. Yixing es consciente que fue difícil para él. Le costaba confiar. Sin embargo, entro en razón, pues vivir entre cuatro paredes por el resto de una vida, no era vivir. Así que los dejo ir. Además, todavía podían encontrarse con ellos ocasionalmente, estando todos dentro de una zona. Tal y como el presidente prometió, les brindo seguridad. Y lo más importante de todo, un lugar al que pudieran llamar hogar. Los recursos todavía seguían siendo escasos. Yixing no va a mentir, el mundo apenas y ha dado medio paso adelante en ese asunto. No obstante, la cosa fue justa y como debió haber sido desde un principio, los recursos se repartieron. El progreso es lento, pero va en marcha.
—Usare el baño primero. Levántate ya, perezoso. —avisa el castaño, soltándose del agarre para acercarse a la orilla de la cama.
—¿Cómo me llamaste?—advierte el hombre y esa es su señal para huir hacia el baño.
Diez minutos después, sale totalmente fresco y listo para uniformarse. Baekhyun le da una mirada coqueta y se apresura al armario para cambiarse, porque no pueden perder más tiempo. Escucha un bufido antes de que sienta unas manos tomando su cintura y un beso en su nuca, haciéndolo estremecerse. El contacto es tan rápido que cuando se voltea, el pelinegro ya se ha encerrado en el baño. Resopla, sabiendo que esta es su venganza por llamarlo perezoso. Una vez cambiado, se acerca a la cocina y decide preparar algo rápido para los dos.
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The Comfort Zone - BaekLay
FanfictionRegla 1 Queda absolutamente prohibido suspender/reprobar alguna clase de la curricula. "Los alumnos de nuestras instituciones son personas privilegiadas, por lo tanto, es imprescindible que aprueben todas las clases impartidas." Regla 2 Respetar...