Parte única.

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DongHyuck está mirando muy atentamente el rostro de Mark. Siempre le ha gustado, desde que tiene catorce años y de eso ya serán casi cuatro años.

Cuando se lo dijo a su madre, allá, años atrás. Le dijo que le parecía tierno, pero su hermana le había confesado que ella también creía que era un capricho suyo.

DongHyuck se había encaprichado con ser idol, con ser un bailarín, con ser un cantante. ¿Que tan raro sería que se encaprichara con un pobre canadiense que no tenía ni idea de cómo era el verdadero carácter del muchacho de ojos brillantes?

A él le había molestado que lo trataran como si solo fuera un niño haciendo una pataleta porque el joven rapero se negaba a tomar en serio sus sentimientos.

A él de verdad le gustaba Mark Lee.

Le había gustado en el primer momento en que lo vio y cuando éste le saludó, pensó que estaba destinado a estar al lado de aquel chico tímido.

No sabía explicarlo, era un sentimiento extraño. Solo sabe que su corazón se contrajo y se sintió como haber recibido algo muy querido que no sabía que estaba esperando.

Sus dedos se estiraron cautelosamente, tocando tan suavecito como podía la piel del muchacho. Una sonrisa se le escapó.

Cuatro años después, ya nadie decía que fuera un capricho. Ni siquiera el propio Mark, que había insistido tanto en que era solo un niño buscando romper todos los límites que la sociedad le imponía.

DongHyuck se sabía querido por Mark.

Se removió para poder besar su rostro y así despertarlo. Besó su lunar, besó la punta de su nariz, besó las ojeras que eran más visibles sin maquillaje, besó su frente y su sonrisa creció.

Cuando iba a besar sus labios, una mano se apoyó sobre su nuca y fue Mark quién lo besó. Fue corto y simple, pero le robó el aliento.

Desde hacía un tiempo, Mark tenía mucha más confianza en sí mismo y eso se trasladaba a todos los aspectos de su vida. Su baile parecía más audaz, su mirada se había cargado de más poder y ahora todos podían adivinar qué se sabía dueño del escenario por la forma en que se comportaba.

DongHyuck pensaba que también se sabía dueño de él, por la forma en la que había comenzado a besarle.

Adoraba al Mark tímido de las mejillas rojas y los leves tartamudeos.

Pero también adoraba a éste Mark, el que le sonreía en la penumbra segurísimo de haber alocado su corazón.

Suponía que eso era parte de crecer y estaba contento de poder presenciar todas las facetas de aquel muchacho.

— DongHyuck-ah...

El aludido sintió escalofríos ante la voz ligeramente ronca y un poco más profunda de lo usual.

Estaba distrayéndose jugando a dibujar círculos sobre el ínfimo espacio que separaba sus cuerpos en la pequeña cama.

— ¿Mh?

— Mírame.

Con las mejillas encendidas, DongHyuck levantó la mirada hasta toparse con los ojos que tanto amaba. Y lo odiaba. ¿Por qué tenía que mirarlo de ese modo? Odiaba cuando lo miraba como si fuera lo único existente en la habitación.

— ¿Qué quieres que hagamos por tu cumpleaños? — su voz sigue estando espesa y grave por haberse despertado recién.

— Quiero tener un fanmeet para mi solito.

Mark pone mala cara y DongHyuck suelta una carcajada.

— Quiero pasar todo el día contigo, es lo único que necesito para tener un feliz cumpleaños.

DongHyuck se acerca todo lo posible, hundiendo su rostro en su hombro y sintiéndose contento cuando Mark lo rodea con sus brazos.

— Podemos pedir carne de cerdo para ti.

— Estaré bien con un poco de kimchi se TaeYong.

Mark pone mala cara de nuevo, ha estado sosteniendo esa política de querer llenar a DongHyuck de comida y el menor se sigue negando y nadie sabe quién de los dos es más cabeza dura.

Mark acaricia su espalda por sobre su remera, DongHyuck durante algún tiempo, a principios de año, estuvo un poco receloso de tener las manos del canadiense sobre él.

A diferencia de todo el mundo, Mark no había mostrado mucho entusiasmo en su actual "belleza". Así que había pensado que ya no le gustaba tanto.

Recordó con cierta añoranza cuando Mark hundía sus dedos sobre sus caderas y el mayor parecía fascinado con su existencia.

De alguna forma, su resistencia y alejamiento había hecho que Mark estuviera rondando más cerca alrededor de él. Dispuesto a ejercer presión hasta que DongHyuck dejara sus mañas y volviera a dormir entre sus brazos.

Cuando Mark entendió que probablemente se trataba de que sus intentos de no fomentar ninguna dieta extrema habían surtido el efecto contrario, pronto se encontró intentando revertir eso.

Y DongHyuck amaba mucho más al Mark que, con ojos brillantes, se preocupaba por él, enseñándole lo pura que era su alma.

— Hyuuuung.

Mark lo miró un tanto curioso, DongHyuck solo lo llamaba así cuando estaba queriendo algo.

— Hyung, te amo — susurró, haciendo un puchero mientras cerraba sus ojos, buscando un beso.

Mark se rió entre dientes.

— En serio eres un demonio — masculló el mayor, rozando sus labios, atrayéndolo hacia sí.

Lo besó lentamente, contrastando con el lindo puchero del menor, él movió sus labios haciendo que DongHyuck se derritiera entre sus brazos. Colocó sus brazos alrededor de los hombros del rapero, empujándolo encima de él.

Mark buscó su oído.

— También te amo.

El mayor escondió su rostro en su hombro, estrechando a su novio entre sus brazos. Le hubiera gustado quedarse ahí, apreciando la calidez del menor y con sus manos acariciando su cabello, pero un toque sobre su puerta los hizo separarse de un brinco.

— ¡Chicos, prepárese para salir que tenemos una agenda llena hoy! — exclamó TaeYong. — Y no finjan estar dormidos.

— El deber nos llama — susurró DongHyuck. Mark se quedó ahí, aspirando con fuerzas.

DongHyuck lo empujó, al propósito sentándose encima de él en su paso para salir de la cama. Mark jaló de él, haciendo que volviera a terminar donde correspondía, entre sus brazos.

soulmate / markhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora