II

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Boruto y Himawari estaban Justo donde su padre los había dejado con Shikadai, Hinata había sido llevada al refugio por Shikamaru por orden de Naruto, ella insistía en que no era necesario ser llevada al refugio, pero desde lo de Toneri, Naruto prefería tener a Hinata extremadamente protegida, por eso siempre estaba con ella su mejor guardia.

Shikadai observaba a ambos príncipes susurrarse cosas y el solo movía la cabeza en forma de negación mientras se rascaba la nuca.

-Que fastidio- expresó Shikadai- Boruto deja de querer jugar a ser al héroe, sabes que no te dejare ir, tu padre me mataría, mejor hagan lo que les dijo.

La forma familiar con la que Shikadai se refería a ambos se debía a la gran amistad que se había formado.

-Boruto, Shikadai tiene razón- decía Himawari- hagamos lo que nos dijo papá, es mejor, además tenemos que cuidar de mamá.

-¿¡No lo entiendes Himawari!? Esto no parece un ataque normal, ¡papá nunca sale! ¿Acaso quieres que muera?- Boruto alzaba la voz.

Himawari bajo la cabeza y meneo la cabeza hacia ambos lados en forma de negación mientras se mordía sutilmente el dedo índice.

Boruto arrepentido de haberle gritado a su hermana, le quitó el dedo de la boca y le miró a los ojos.

-Oye Hima, vamos, mamá está con Shikamaru, ella estará bien. Pero ya sabes que a papá le gusta alardear. Necesita de nosotros y nosotros de el- Boruto le sonrió para infundirle valor.

Ella no hacía ni decía nada, estaba pensando. Al contrario de Boruto. Ella no era las típicas personas que avientan una moneda al aire para tomar una decisión, ella siempre lo piensa bien.

-¿Que no me escuchaste Boruto? ¡Tengo ordenes de no dejarlos ir!- Shiakadai se masajeaba el entrecejo.

-Solo piénsalo Himawari. ¿Quieres volver a ver a papá?- Boruto ignoro por completo a Shikadai.

-Claro que quiero- Ella hablo casi en un murmuro.

-¿Entonces que esperamos?- Le dedicó una sonrisa.

Ella asintió y sonrió.

-Me parece muy emotivo este momento. Pero Boruto ya te dije que no...

-Que no nos dejarás ir, me ha quedado claro Shikadai- Completo la frase Boruto- pero ¿quien dijo que te pediríamos permiso? Lo haremos a la fuerza si es necesario.

El rubio golpeó su puño contra su palma.

-Que fastidio y yo que creí que hoy sería mi día libre- puso los ojos en blanco Shikadai.

Los tres se pusieron en posición de combate, ellos tenían la ventaja, eran dos, sin embargo Shikadai al igual que su padre era un genio. Por algo su padre se los había confiado.

-Himawari, ¿ves el arco de ahí? Tómalo y distrae a Shikadai, intentaré llegarle por la espalda- le susurró Boruto a su hermana- Uno, dos....

Antes de que Naruto dijera el número tres, Shikadai se lanzó a Boruto y lo estampó contra el árbol donde había quedado estampada una flecha con una manzana anteriormente.

Shikadai sacó dos estacas de madera gruesa y clavó una en la manga de la camisa de Boruto dejándole inmóvil el brazo de derecho y clavó la otra en la tela que sobraba del pantalón dejándole inmóvil la pierna izquierda. Boruto no podía quitar las estacas y vencido de no poder zafarse de tan simple agarre grito:

-¡Himawari, ahora!- Boruto frunció el ceño. Ella empezó a correr a la salida.

-Ni si quiera lo pienses- exclamo Shikadai, después tomo un arco y una flecha la cual tenía atada una cuerda al final. Shikadai disparó al tobillo de la peli azul enredándole el pie haciendo que cayera. Shikadai apretó el agarre de la cuerda jalándola así el. Himawari solo se quejó del dolor e intentó zafarse de la cuerda que estaba comenzando a cortar su circulación y su cara estaba estampada en el piso lleno de pasto le empezaba a dar comezón.

Ser herederos es complicado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora