Perfección

1. Ojos Color Cielo

Es el primer día de escuela. Estoy emocionado, pero al mismo tiempo nervioso, pues, a pesar de ser el primer día de escuela, es mi último año en la misma.
Mi nombre es Tyron Soler tengo 17 años, y este es este es mi último año de preparatoria ¡Al fin!

Me miro en el espejo de mi cuarto una última vez. La camiseta de linterna verde que llevo hoy combinan con mis ojos del mismo color del personaje de mi camisa. Mis pantalones negros un poco ajustados hacen contraste con mis tenis blancos, y mi gorra negra tapa mi rebelde cabello del mismo color que esta. Me veo bien. Tomo mi mochila y salgo de mi habitación para despedirme de mi madre e irme al bus de la escuela.

En el bus vi mucha gente que no conocía, pero no me importaba, porque no planeaba socializar con estos. Solo me puse mis audífonos y me introduje a mi mundo con la música de un chico inglés que toca ukelele y tiene voz como de chica. Cerré los ojos y solo me centré en la música. Luego de una parada alguien me toca el hombro, miré a mi izquierda dispuesto a lanzar una mirada de odio a quién interrumpió mi momento de intimidad con mi música. Pero mi expresión fue de sorpresa al ver a dicha persona.

Era una chica. Hermosa. Ojos azules como el cielo y cabello anaranjado como una zanahoria. La chica pequeña de estatura hacia gestos con la boca, pero yo no escuchaba, porque el mundo había enmudecido gracias a la hermosura de sus ojos, solo podía escuchar resonar la música en mis audífonos... ¡Espera, audífonos!
Rápidamente me quito los audífonos para escuchar lo que me quiere decir la hermosa chica parada a mi lado que ya parecía malhumorada por mi indiferencia ante sus palabras, o por mi cara de bobo al contemplarla.

- ¿Decías algo?- Pregunté estúpidamente.

- Que si me puedo sentar a tu lado. - Dijo un poco cansada.

- ¡Ah! ¡Claro! Adelante - Hice ademán de que tomara asiento, ella rápidamente lo hizo. Nos quedamos callados unos minutos, yo con un auricular en mi oreja derecha y desierto en la izquierda. Por algún motivo sentía el impulso de hablarle a esta chica. - ¿Eres nueva?

-Si, este es mi primer año en este instituto. ¿Y tu? Pareces nuevo - Eso me sorprendió.

-¿Por qué piensas eso? ¿Parezco alguien que usa ropa nueva y está entusiasmado por hacer nuevos amigos en un lugar lleno de hipocresía?- Le hablo en mi típico tono sarcástico, pero divertido que mucha gente se toma mal. Pero al parecer le gustó, porque sonrió ante aquella acción.

- No, más bien pareces nuevo porque estás solo escuchando música seguramente depresiva, como si pensaras que esta nueva escuela apesta y no quieres hacer amigos. - Eso me hizo sacar una sonrisa sincera, en parte tenía razón, pienso de esa manera.- Además tienes camiseta de linterna verde, normalmente lo usan las personas que no les importa su reputación o quieren encajar en un grupo porque son nuevos.

- Sabes que tu argumento de que no quiero amigos y de que quiero encajar en un grupo se contradicen ¿no?

-Cállate, déjame disfrutar el momento. - eso me hizo agrandar mi sonrisa. - Y tu ¿crees que soy nueva porque me veo con entusiasmo por hacer nuevos amigos y estar feliz por entrar a una nueva escuela? - Hizo cara de ofendida, la mire detenidamente apreciando su belleza y la mire a los ojos.

- No, solo pienso que recordaría haber visto unos ojos tan lindos como los tuyos en cualquier parte de esta escuela. - Noté un poco de rubor en sus lindas mejillas, pero escondió su rostro entre su anaranjado cabello, por lo que no pude ver bien ¿Cómo una persona puede verse tan linda con tan solo una acción como esa?
-Tyron.

-¿Eh? - Tenía rostro de confusión.

-Mi nombre es Tyron.

- Lindo nombre- Sonrió. Nos quedamos callados algunos 30 segundos y yo esperando su respuesta. -¿Qué? - Interrogó ella.

- Se supone que después de que alguien diga su nombre, la otra persona debe presentarse ¿no?- Sonrió hermosamente, como si lo que yo dije fuera lo más tonto del universo.

- Conformarte con saber que soy la chica nueva de último año.

El bus llego a su destino y nos bajamos.

-¿Estás en último año? - Pregunté para saber más.

- Sip ¿Tu también lo estás?

- No. - Miento. - Me hubiese gustado estar contigo, habría sido divertido.

-Si, es una lástima, aunque puedes observarme desde lejos y creer que saldrás con una chica como yo, lo cual nunca pasará. - ¿Alta autoestima? ¿Dónde?

-¡Oh por Dios! ¡Cuidado, que se te cae! - me agacho para "recoger" algo del piso.

-¿Eh? ¿Qué se me calló? - Estaba confundida.

-Tu humildad maldita Hahahahaha- Exploté de la risa por hacer la broma más infantil que yo jamás había hecho, pero a ella no pareció agradarle, pues me lanzó una mirada de odio.

-Eres un idiota - Noté la pequeña sonrisa que se le quería escapar detrás de su fingido enojo.

-Lo se, pero tu eres la tonta que se enamorará de un idiota. - Mi expresión es divertida y retadora.

-¡Por Dios! ¡Tyron! ¿Me acabas de conocer y ya me estás coqueteando? - Finge un rostro de sorpresa que en el fondo es real.

- Usted empezó señorita... - Me hago el pensativo- Sin nombre.

-Investigalo por tu cuenta, señorito... - Piensa por unos segundos- Tyron sin apellido.

Pienso un poco y le sigo el juego. - Investigalo por ti cuenta. -

Sin darnos cuenta ya estábamos dentro de los grandes pasillos de la escuela y estábamos frente a la puerta del salón de química.

-Aquí me quedo yo- Dice un poco desanimada la pelirroja frente a mí.

-Que mal, me hubiese gustado saber al menos tu nombre.

-Te dije que lo investigues por tu cuenta... Pero puedo darte una pista.- Su sonrisa es juguetona.

-¿Ah si?

-Sip. Soy una piedra preciosa. Con eso lo digo todo.

-Para mí eres más como el cielo... Tus ojos son del mismo color que un día de verano.

-Que peculiar forma de verlos.

-Lo sé, así que aquí me despido, ojos Color cielo.- Me acerco rápidamente y le doy un corto beso en la mejilla para despedirme.

Vi sorpresa en su rostro, pero no tardó en aparecer un hermosa sonrisa.

- Hasta pronto.