Chica Suicida - Joel Pimentel

No todo está perdido.

Alice Pov's

-¿Y...? ¿Cómo está ella? -estaba detrás del doctor preguntando por Esme, ¡Nadie sabía decirme nada!

-Bueno, del impacto tiene un fuerte golpe en la cabeza y una fractura en el brazo izquierdo. Necesitamos que ella se quede al menos unos dos días en observación, por si el golpe en la cabeza causó daños o no. También tratamos unas heridas recientes en los brazos y nos dimos cuenta que la chica está muy débil, y al parecer por su físico, no se alimenta bien. Eso es todo -dijo por último y se retiró.

-¿Heridas? -me giré para mirar a Chris y el se mostraba inexpresivo.

Ella me prometió no hacerlo más.

Esmeralda Pov's

Abrí mis ojos poco a poco con una gran pesadez, para después ser encandilada por una luz blanca arriba de mí.
Miré a mi alrededor y me di cuenta que me encontraba en una habitación de hospital, las paredes eran de un color beige y unos cuantos cuadros.

-Hola... -escuché una voz conocida y giré mi vista a la izquierda y eran Chris y Alice que iban entrando.

-Hola... -respondí tímida.

-¿Cómo te sientes? -me preguntó Alice, se notaba seria pero a la vez preocupada.

-Bien... creo -bajé mi mirada pero de repente me sentí incómoda, sentía la mirada de Alice en mí. Miré hacía arriba y ella tenía su mirada en mis brazos.

-Prometiste que ya no lo harías... -dijo en un susurro casi audible. -Lo prometiste...

-Tu no entiendes...

-¿Entender qué? Esmeralda, esa no es forma de resolver los problemas, en realidad es estúpido ¿Sabes?

-¿Por qué te importa tanto? -pregunté como si nada, nunca jamás alguien se había preocupado por mí y era muy raro que alguien lo hiciera ahora. Muy... raro.

-¡Tú me importas! Hace poco quisiste quitarte la vida, pudimos perderte ¿Sabes? Y luego me entero que te cortas y prometiste no hacerlo más... y fue lo primero que hiciste ¡Eso es de cobardes!

-Amor, tranquilízate -Chris tomó su brazo y ella lo alejó. -No tienes por qué reclamarle nada. Está bien y sigue aquí que es lo que importa.

Fruncí el ceño y levanté mi vista hacia ella y una lágrima cayó por mí mejilla, la cual la limpié con cierta brusquedad.

-Tu no me conoces por completo y no sabes lo que he vivido -las lágrimas  seguían picando mis ojos pero hice el mayor esfuerzo de no soltarme a llorar más, como una dramática.

Ella me miró por última vez y salió de la habitación.

-¡Alice! -gritó Chris y fue a la puerta, se quedó unos segundos parado ahí pero luego se regresó.

-Ve con ella Chris, no es de a fuerzas que te quedes aquí conmigo.

El no me hizo caso y tomó una silla y se sentó.

-Bien... ¿Quieres hablar de eso? -señaló con los ojos mis cicatrices.

Solté un leve suspiro y en mi mente tuve un pequeño debate sobre si contarle o no y al final decidí hacerlo, no quería hacerme la difícil y por fin desahogarme con alguien.

-Llevo mucho tiempo haciéndolo... no he tenido una vida fácil ¿Sabes? O sea, de niña no recibí mucho afecto de mis padres, cumplían con cuidarme y mantenerme con lo poco de dinero que ganaba mi padre. Y Desde que cumplí los 15, todo se fue al carajo -solté una risita nerviosa. -Comencé a recibir muchos insultos y golpes por parte de ellos, me hacían sentir menos, solo decían que era un estorbo y un error. Actualmente, veía la escuela como mi "escapatoria" dónde podría descansar un poco de ellos, pero resultó ser lo contrario, pues fue lo mismo, hay una persona que a diario me molesta y el peor error que pude haber cometido, fue enamorarme de esa persona.

-¿Quién? -preguntó curioso. Y un debate volvió a surgir en mi cabeza si decirle o no pero.. ¡Ja! ¿Qué más da?

-Joel... -al momento de decirlo, noté como se tensó y hasta se colocó más recto.

-Joel era mi mejor amigo -yo fruncí el ceño en ese momento. -El no se comportaba así, nos llevábamos súper bien pero... comenzó a comportarse como un idiota y yo me alejé de él. Pero bueno, no quiero que hablemos de eso.

Asentí.

-En fin, lo siento mucho, siento que hayas tenido que vivir todo eso, es horrible crecer sin el amor de tus padres y que ellos no te tomen en cuenta. -bajé mi mirada al escuchar eso. -Pero ahora nos tienes a Alice y a mí.

-Pero ahora ella está molesta conmigo y bueno, tiene razón, soy una cobarde. -el negó.

-Ella se preocupa mucho por las personas que quiere y que le importan mucho, yo hablaré con ella, no te preocupes. Y lo de Joel... -hizo una pausa. -No dejaremos que te haga daño.

Eso me hizo sentir más tranquila, saber que los tenía a mi lado.

-Esmeralda...

-¿Mm? -lo miré.

-Pero ahora tienes que prometer que no volverás a cortarte, por favor, busca la manera de cómo desahogarte, pero no de esa forma... no todo está perdido, Alice y yo estaremos para tí.

Bajé mi mirada hacia mis dedos y respiré hondo para volver a mirarlo.

-Está bien... -la verdad es que no sabía si podría cumplir esa promesa. -Intentaré -o no.

La plática fue interrumpida por una joven enfermera que había entrado a la habitación. Gracias enfermera.

-Joven, le pediré de la manera más atenta que por favor se retire, le haremos unos estudios a la paciente y luego tiene que descansar.

-Claro. Hablaré con Alice y volveremos mañana saliendo de la escuela ¿Va?

-Va... -el se levantó de la silla y se dirigió a la puerta, pero antes de salir lo llamé. -Muchas gracias, digo... por estar conmigo y tratarme bien en el poco tiempo que los conocí.

-No agradezcas... -sonrió de oreja a oreja y salió.