Viernes Rojo

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*Corre...más deprisa...ya casi, sólo falta poco* estaba cansado, jadeaba tratando de llenar de oxígeno mis pulmones, mi frente comenzaba a sudar y sentía que mis piernas cederían en cualquier momento... aun así no me detuve. Cada mañana era lo mismo, a sido así desde hace poco mas de seis meses. Las puertas del tren comenzaron a cerrarse y con el último esfuerzo que hice logre entrar. Tratando de controlar mi respiración y limpiando el sudor de mi frente comencé a buscarlo con la mirada, lo cual no me tomo mucho tiempo.

Lo vi el mismo día que entre a la universidad, de eso ya hace seis meses. Ese día estaba platicando con el profesor Fukushima acerca de conseguir un ayudante, algo que no tomo con mucho agrado

*Flashback*

-Entiendo que usted es lo suficientemente capaz de llevar acabo tal responsabilidad Tatsumi-kun, pero entienda que es mucho trabajo para una sola persona.

-Aprecio su preocupación profesor, pero hasta ahora ninguna de las personas que me han sido asignadas me ha sido de mucha utilidad por lo que no se puede avanzar mucho

-Si las personas que le recomendé no han cumplido con sus exigencias y no pueden llevar su ritmo, en ese caso lo mejor seria que usted mismo sea quien elija a su propio kouhai. Estoy seguro de que le llegaran muchas solicitudes por lo que no tendrá ningún problema en escoger al correcto para usted

-Lo tomaré en cuenta

*Fin del flashback*

Ese mismo día fui a buscar a los que aun eran sus asistentes para pedirles algunos consejos. Una vez con la información necesaria me entregaron una solicitud la cual tenía que llenar y entregar junto a mi currículum. Envié mi solicitud la cual fue rechazada, aún así nunca me di por vencido
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Por un momento creí que no lo vería, sin embargo...aquí estaba. Lo vi abordar el tren bastante agitado, sus mejillas sonrojadas por el esfuerzo que seguramente hizo por llegar a tiempo a tomar el tren, su pelo húmedo a causa del sudor lo hacían lucir atractivo *¡MIERDA!* sentí mi cara arder por tan minuciosa evaluación física.

Nunca fui del tipo de persona que se interesara en nada que no fuera los estudios y mis experimentos, para mí mi vida era el laboratorio el cual consideraba como mi segundo hogar. Toda cosa acerca del amor y relaciones no eran mas que una inútil perdida de tiempo, algo sin importancia que no te daba beneficio alguno. Cada que alguna tipa venia a confesarme sus sentimientos era rechazada de la forma mas hostil que podía, esto con el fin de que no les quedaran ganas de volver y molestarme con sus ridículas confesiones de amor que para mi no eran mas que frases vacías sin bases ni fundamentos. Conforme pasaba el tiempo me di cuenta que nunca sentí atracción por ninguna mujer lo que me hizo dudar de mi sexualidad y pensar que la razón por la que las mujeres no me atraían se debía a que quizás era homosexual, una idea que fue descartada al darme cuenta que ni los hombres me interesaban. Simplemente ese tipo de cosas no era lo mío. Al menos no hasta ese día.

*Flashback*

Caminaba en dirección al laboratorio, la plática con el profesor Fukushima me dejo bastante molesto, no necesitaba a ningún inútil estorbándome en el laboratorio ni cometiendo error tras error, podía hacerme cargo de todo el trabajo yo mismo. Estaba por llegar al laboratorio cuando lo vi. Estaba sentado recargado sobre la puerta, inclinando su cabeza hacia atrás y sus ojos los mantenía cerrados, en sus manos llevaba unas hojas las cuales abrazaba fuertemente. Poco a poco fue abriendo sus ojos y bajo la mirada a aquellos papeles, sus ojos brillaban de tal manera al mirar aquellas hojas en sus manos, como si de un tesoro se tratara y en su rostro se formaba una gran sonrisa, se levanto de aquel lugar sin dejar de mirarlos y se fue de ahí.

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⏰ Última actualización: Aug 24, 2018 ⏰

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