Hierro, discusiones, y una confesión de amor
2 de octubre de 2017
Aquí vamos de vuelta. 9 a.m. del lunes. Segunda dosis de hierro endovenoso. 30 min. de tortura. María era la enfermera, tuvo que pincharme cuatro veces para encontrarme la vena, y como estaba anticuagulada, empecé a sangrar mucho. Cerraba los ojos ya que el dolor que me causaba era insoportable y cuando los abrí, vi a Mía adelante mío, empecé a llorar mientras ella se burlaba de mi dolor. Vestida igual que yo, ese día pantalones de jean boyfriend, musculosa blanca dentro del pantalón y zapatillas blancas Adidas. Cuando empecé a llorar María me pregunto: «¿Te duele?», le dije que no. Y mi mamá añadió: «Es que ella sufre alucinaciones». Más tarde entró mi tía y dijo: «¿Qué te pasa mi amor?» Mi mamá sin ningún problema le dijo: «Es que Agus tiene una compañera, que solo ve ella y que se llama Mía». En ese momento me enojé, yo iba a decidir quién podía saber que yo deliraba. No faltó el clásico de mi mamá: «Agus, solo estamos María, tu tía yo, no hay nadie más acá». Me enojé aún más cuando mi mamá volvió a violar mi secreto y le contó a mi papá, por mensaje de audio, que me había alterado y que estaba alucinando. No tenía ningún derecho a contarle a nadie, eso tenía que salir de mi boca y solo de mi boca, de nadie más. Me pasé el día enojada con ella sin decírselo, pero demos
73
trándole que estaba muy molesta. Siempre que paso un mal momento o me enojo, me termino descomponiendo. Cuando del hospital llegué a casa, Guada tenía la música muy alta. Estaba cocinando unas papas, limpiando las habitaciones y por ir al almacén a comprar, cuando me ofrecí a acompañarla; me dijo que sí. Estuvimos mucho rato ahí, el hombre del almacén no dejaba de hablar y empecé a sentirme mal. Cuando salimos no podía caminar, se me había hecho un trombo en la pierna derecha que no me dejaba moverme. Me apoyé en la pared del almacén y mi hermana salió a buscar a mi mamá para que viniera a buscarme con el auto. Empezó a faltarme el aire y hacía un esfuerzo sobrehumano para no desmayarme, me quemaba el estómago, estaba mareada, me daba vueltas la cabeza. Mi mamá me ayudó a subir al auto, me vi en el espejo y estaba tan blanca que parecía un fantasma, los labios los tenía de color gris. Cuando llegué a casa, me conecté a Wall-e, luego me acosté en el sillón y dormí profundamente hasta las cuatro y media de la tarde. No entiendo la necesidad de mamá de contar mis cosas a todo el mundo. Ya tengo 21 años, yo decido a quien contar cosas mías. Yo había decidido que supieran de Mía solo Guada, Augusto y mi mamá. Mala elección. Nunca debí contarle nada. Porque ahora lo sabe mi tía, así que si lo sabe mi tía, lo sabe mi tío, lo sabe mi abuela y lo saben sus compañeras de trabajo. Tampoco quería contarle a mi papá, él tiene la mente muy cerrada en estas cosas, cuando me diagnosticaron depresión, me dijo: «¡No entiendo porque estas deprimida!». Mi papá, con todo el cariño del mundo, es un bruto cerrado. No entiende de estas cosas, por lo que tampoco iba a entender la existencia de Mía. Estaba demasiado molesta con mi mamá por contarle a papá pues no quería que
Agustina Pringles Pardini | Mía y yo
74
supiera. Estaba negada a que se enterara de Mía, nunca tendría que haberle contado a nadie de ella. Tendría que haber sido un secreto entre Laura y yo, y nadie más. Ahora me arrepiento de haber hablado. Ese mismo día le escribí a Gabriel, estaba desesperada por saber de él, le escribí un mensaje con una confesión de amor...
De: Agustina Enviado: 2/10/2017 06:26 p.m. Para: Gabriel Asunto: Re: la chica con oxígeno de Omegle.
Querido Gabriel: Espero que te encuentres bien, hace mucho no se de vos, y pienso debes estar ocupado con la universidad y el trabajo, pero Gabriel. Estas semanas se me ha sido imposible sacarte de mi cabeza y mi corazón. Aunque te cueste trabajo creerlo. Sueño casi todas las noches con vos, simplemente no puedo sacarte de mi cabeza. Todos los días me despierto con la esperanza de recibir un mensaje de mi salvador. En fin, eso quería confesarte. A veces me dan ganas de tener mucho dinero y huir a España para estar junto a vos.
PD: ¡BESOS Y ABRAZOS! PD2: ESPERO CON ANSIAS TU RESPUESTA, ESPERO QUE ESTÉS MUY BIEN. ———————————————
La foto que me había enviado ocupaba lugar en mi celular como mi protector de pantalla, no me cansaba de verlo, es tan
75
hermoso. Era oficial, me había enamorado de un hombre que vivía en otro continente y ni él ni yo contábamos con el dinero para viajar a conocernos. Listo, ya pueden decirlo. ¡Soy patética!
ESTÁS LEYENDO
MIA Y YO (TERMINADA)¡ PRONTO EN LIBRERÍAS!
Teen FictionSi atravesar la adolescencia es complicado para todos, no te imaginas como lo es para Agus que, encima de padecer una rarisima enfermedad, de la que no todos entienden y nadie cree que exista; Carga con alguien mas en su cabeza , una voz que resulta...