Muchos dicen "Al mal tiempo, buena cara." Yo jamás tengo una buena cara, estoy siempre enojada, me vuelve loca cada comentario, cada gesto, etc. Así que no me vengan con eso.
Era un día miércoles, según recuerdo, y tenía la clase que más odiaba, tecnología, pero mi pregunta es, ¿por qué enseñarle tecnología a la generación que nació con ella? Es algo que jamás voy a entender, ¿para que enseñarme PowerPoint si todas mis tareas desde hace 4 años las entrego en ese formato? Decidí saltarme la clase para ir por comida y me enteré de cierta pelea entre dos niñas de la escuela peleando por el amor de un... ¿hombre?... no, realmente es un niño, no le puedes decir hombre a un güey de 15 años que tiene más de dos novias y luego las hace pelear entre ellas a base de chismes e hipocresía. Decidimos (mis amig@s y yo) salir de la escuela para ver la pelea en el parque, ¿qué épico es ver una pelea? Es tan "Niño de preparatoria " que es emocionante o sea ¿por qué pararlo cuando puedes grabarlo? Lógica de puberto. Regresamos y ahí empezó todo, estaba parada sintiéndome muy incomoda por una mirada, una mirada tan penetrante que aunque estes de espaldas y no la veas te pone a temblar. Voltear no era una buena opción pero yo no tomo buenas decisiones, así que lo hice y te vi.
Un cigarro, ojos miel, pestañas largas, cejas muy pobladas pero con una perfecta forma, cabello hacia atrás recogido en un pequeño chongo y una nariz prominente pero perfecta para la cara. Todo tenía sentido, todo estaba en sincronía y yo quede hipnotizada por tu imagen. No despegabas la vista, no te daba miedo mi mirada cuando la mayoría huye de mis ojos, sabías que querías y yo estaba aterrada de ti. Pensé que el descaro tenía un límite pero tú no conocías los límites y tu mirada tampoco, pensé que después de algún tiempo, dejarías de mirarme pero no lo hiciste y vaya que eso me gusto. Luego apartaste la vista como si te aburriera lo que veías y simplemente te fuiste, y jamás me miraste de nuevo, incluso cuando yo quería que lo hicieras. Ahí supe que ibas a ser mi delirio y que tú no ibas a ser un juego, yo iba a ser el tuyo.
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Hilo rojo.
RomanceUn hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar tiempo, lugar o circunstancias. El hilo se puede estirar o contraer, incluso enredarse, pero nunca romper.