Capítulo 30

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Noah

Me siento en el suelo formando un circulo. Hacen girar la botella y apunta a Charly y un chico de cabellera rizada que no conozco, ni distingo de alguna de mis clases, probablemente me lleve unos años. Charly escoge verdad y le pregunta si es verdad que tiene piercings en los pezones. Se levanta la pequeña blusa que lleva y nos muestra a todos dos argollas que le cuelgan de los pezones. No puedo evitar desviar la mirada. Las siguientes rondas pasan de forma similar. Tonteando entre ellos. Alex se ha unido ya a la cola de retos estúpidos y yo estoy a punto de levantarme y buscar algo mejor que hacer, cuando la botella nos apunta a Alex y a mí. El centro de atención cambia abruptamente a mi dirección. Me remuevo incomoda. Incluso los ojos de Stefano están pegados a mi cara.

—¿Verdad o desafío? —me pregunta

—Verdad— contesto

—¡Como no! — se burla Stefano. Todos se ríen sobre su comentario borde, incluido Alex.

—¿Eres virgen? —la pregunta me toma desprevenida haciéndome atragantar con mi propia saliva. Siento las miradas de todos sobre mí, y oigo murmullos sobre que era completamente virgen.

—No— afirmo dejándoles con la boca abierta. Incluso Stefano parece sorprendido.

La siguiente ronda le retan a Stefano besar a Molly, quien ni corta ni perezosa se sube sobre su regazo y lo besa. A Molly le retan beberse un vaso de cerveza que se encuentra a poca distancia de dónde está sentada. Hace una mueca de asco y se lo bebe de un solo trago.

Cuando vuelve hacer mi turno, me toca preguntarle a Alex.

—¿Verdad o desafío?

—Desafío, claro— responde. Imagine que iba a escoger verdad porque hasta ahora no lo había hecho. Vi a mi alrededor buscando algo en que retarle, pero nada parecía bueno. No quería darle más cuerda a las burlas de Stefano. Cuando iba hablar, Molly lo hizo por mí mirándome con desagrado.

—Quítate la camiseta

—¡Vale! — ríe mientras se saca la camiseta por la cabeza

Pasan rondas y rondas hasta que vuelve hacer mi turno.

—¿Verdad o reto? — pregunta el chico de cabellera rizada. A punto de decir verdad, me detengo observando a Stefano que se encuentra preparando su siguiente comentario borde sobre que soy una niñata.

—Reto

—Bebe— me reta pasándome un vaso que acaba de llenar con vodka

—Nunca debe haber probado alcohol en su vida— dice Stefano, pero ya no tiene el tinte de burla con el que me estaba buscando las cosquillas hace un rato.

—Siento decepcionarte— le espeto. Mis respuestas parecen sorprenderles a todos, pero lastimeramente ya no soy la misma Noah que llegó hace un año a Madrid. No soy la misma chica buena que nunca había besado siquiera a un chico, y obedecía todas y cada una de las normas que su madre le imponía.

Había bebido, y roto todas mis promesas. Me había metido en cosas que los chicos que me rodean ni siquiera se imaginan.

Huelo el vaso y hago una mueca de desagrado antes de llevármelo a los labios. El líquido me pasa ardiendo la garganta, pero termina después de tres bocados más.

Alex me pregunta si me encuentro bien y asiento regalándole una sonrisa. Stefano se encuentra serio con la mirada perdida y Charly se ha sacado el sujetador con Molly.

Destinada a ti (Continuación de mi círculo vicioso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora