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[Aclaración: lo que está en negrita son los recuerdos del pasado.]

Desde que comenzamos a salir no he dejado de pensar en lo afortunado que soy, claramente no soy un tipo cursi pero es que simplemente me sorprende el que haya accedido estar junto a mi.

Lo veo dormir, su expresión antes dulce comienza a transformarse en una mueca de incomodidad, frunce sus labios y su respiración se torna errática.  Acaricio sus cabellos mientras le susurro que todo estará bien, que estoy a su lado.

Ha sido difícil, esta es la tercera vez que Shoto se queda a dormir en la habitación que me corresponde dentro de la UA.

Por alguna extraña razón, para el resto de nuestros compañeros, Shoto no suele quedarse en su habitación, generalmente vuelve a casa luego de clases. Algunos creen que se debe a que Endeavor se niega a la idea de que su hijo comparta un espacio con sujetos que no estén a su altura. No es una idea del todo descabellada pero no es precisamente el motivo.
Llevamos cuatro meses estando en pareja.


— Shoto, te quiero. -Me confesé, dejé al descubierto mi corazón y expuse aquello que ya no podía callar.

— Eso no tiene sentido. -Espetó sereno, imperturbable. Como si no acabara de exponerme al desnudo y por completo ante él.
Le era indiferente, ni siquiera se había dignado a verme. Solo contemplaba el cielo mientras yo le hablaba de mis sentimientos.-

— Déjame estar cerca de ti… Por favor. -Adiós al último rastro de mi dignidad.
Esta era la única forma en la que podía acercarme. Shoto solo se alejaría si comenzaba a insistir de manera agresiva.
Lo he estado observando, hay algo en él que es diferente a los demás.-

— Te arrepentirás de esto. -Murmuró mientras se abrazaba a sus rodillas y ocultaba su rostro sobre las mismas.

Estábamos sentados en el césped del campus.

  — ¡Jamás! ¿Me oyes? ¡Jamás me arrepentiré de quererte! -Sentencié.-

Yo lo sabia, no había retorno, lo amaba.

Había descubierto que Todoroki no solo era poseedor de un doble quirk y de una dualidad en el color de sus ojos y cabello.

Tal y como su habilidad lo daba a relucir, él era la combinación perfecta de lo frío y lo cálido.

Shoto padecía del horrible trastorno bipolar, enfermedad que había heredado de su madre.

Estar junto a él era como subirse a una montaña rusa de emociones. A veces éramos la pareja más amorosa y feliz. Él se comportaba intrépido, era mucho más charlatán (tanto que a veces resultaba fastidioso) y que decir de su lado pasional.

Bakugo… Gracias por estar conmigo. -Susurraba conforme lo abrazaba luego de dar por finalizado nuestro primer beso tras haber iniciado la segunda semana de nuestro noviazgo.
Sí, no era fácil hacer ceder a mi chico, había días en los que ni siquiera me dejaba verlo. Utilizaba múltiples pretextos e incluso a veces se tornaba demasiado frío y distante.-

No agradezcas. -Mencioné sin apartarme de su lado.
Él había comenzado a acariciar mis cabellos. Era la primera vez que tenía algo de iniciativa.

Sabes… Hay algo de mí que debo decirte… Solo no sé como hacerlo, pero creo que la sinceridad es muy importante.

Estaba loco por él, por sus besos, por su risa. Sí, aunque nadie pudiese creerlo Todoroki podía reír y mostrar una expresión de radiante felicidad. Amaba pasar esos momentos a su lado pero como todo, lo bueno también tiene su contraparte.

Fuego de noche, nieve de día [BakuTodo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora