Epílogo

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El viaje se le hizo eterno, llegaron casi al anochecer y todo lo que hizo al llegar fue encerrarse en la habitación que tenía en la casa de su abuela. Justo cuando se iba a bañar por la desesperación escuchó el sonido de la puerta.

-Ya está la cena Taehyung -habló su madre detrás de la puerta.

-No quiero bajar mamá -le respondió Taehyung caminando hasta la puerta y recostandose en ella. No quería abrir aquella puerta, no quería que su madre supiera que había estado llorando desde que llegaron.

-Por favor.. No has comido nada, ven con nosotros -su madre esperó una respuesta pero solo estaba el silencio de las palabras de su hijo, cómo siempre- abre la puerta ¿Quieres?

-Lo siento mamá -dijo Taehyung alejándose de la puerta y entrando al baño.

No quería que nadie lo viera, que nadie vea sus lágrimas; porque temía que si alguien miraba sus ojos vieran todo el dolor que en ellos había, temía que se reflejará el dolor de su alma.

La mamá de Taehyung se quedó recostada en la puerta hasta que escuchó el agua de la bañera. Sabía que su hijo no estaba bien, sabía que estaba sufriendo; pero el silencio era mejor que las acciones.

-¿Dónde está Taehyung? -preguntó Taeyang al ver que su esposa llegaba a la mesa sin la compañía de su hijo.

-Está dormido -mintió aquella mujer por su hijo porque si decía que su hijo no quería cenar sabía que Taeyang se molestaría.

-Estás mintiendo, escuché cuando le pedías que bajará a cenar -dijo la mamá de Taeyang mientras se sentaba en la mesa.

-No me gustan las mentiras -habló Taeyang mirando fijamente a su esposa, levantándose de la mesa y caminando hacia la habitación de Taehyung.

-Papá espera, porque no cenamos y después...

-Cállate, no te entrometas Hoseok - dijo la abuela de aquellos chicos.

-Taeyang por favor, no está noche, por favor por favor -suplicaba la madre de los chicos, desesperada agarrando el brazo de su esposo.

Taehyung escuchaba todo, escuchaba los gritos y las súplicas a pesar de estar bajo el agua de la bañera. Salió del agua y caminó hacia su maleta, buscando así las pastillas que su madre le venía comprando desde hace años para combatir la ansiedad, claro, a escondidas de su padre. Vió el frasco de pastillas y se tomó dos mientras oía cómo los golpes en su puerta se hacían más fuertes.

-Taehyung abre la puerta -gritaba Taeyang golpeando la puerta una y otra vez.

Taehyung vió de nuevo aquel frasco pero antes de poder tomarse otra escuchó el sonido de su teléfono.

-Me dijiste que me llamarías desde que llegarás pero supongo que llegaste hace horas.

-Perdón...

-¿Qué son esos golpes y gritos? -preguntó Jungkook preocupado por todo el alboroto que se escuchaba a través de la llamada.

-No son nada bebé, todo está bien.

-MALDICIÓN ABRE LA MALDITA PUERTA.

-¿Taehyung? ¿Qué está pasando? -preguntó Jungkook casi gritando.

-No quiero que pienses que soy el típico adolescente depresivo que cree que nadie lo entiende pero bebé estoy enfermo, estoy jodido.

-¿Qué me quieres dejar dicho con eso amor? No estás enfermo.

-No sé si es muy rápido pero siento que te amo Jungkook.

-VOY A TUMBAR LA PUERTA SI NO LA ABRES MALDITO BASTARDO.

-Amor ¿qué pasa? -pregunta Jungkook al borde de las lágrimas.

-Te amo, ¿Tú me amas?

-Taehyung escucha, confío en ti, lo he hecho desde siempre y sé que vives en un infierno pero creo en nosotros y sé que pasaremos cualquier cosa juntos, así que por favor no te despidas porque yo también te amo, yo también te necesito.

-Gracias por llegar a amarme Jungkookie y por favor perdóname pero ya no puedo aguantar, mi cuerpo ya no aguanta más, mi corazón ya no aguanta más. Estoy muerto por dentro bebé pero tú me hiciste vivir en estos meses, tú me hiciste sonreír, me hiciste fuerte por momentos; pero bebé, si no lo hago ahora mi padre lo hará por mi, tal vez no ahora pero créeme que ese momento llegará sino hago algo al respecto.

Sin esperar respuestas colgó y apagó su celular, cogió el frasco y se entró al baño mientras escuchaba los gritos y las patadas que su padre le daba a la puerta para romperla.

Cerró la puerta del baño con seguro y sacó las pastillas del frasco, eran muchas porque el frasco apenas fue comprado hace cinco días, unas veintidós más o menos. Tomó el mismo frasco que antes contenía las pastillas, lo lleno con agua del grifo y se bebió las pastillas lentamente.

Apagó la luz del baño justo cuando se escuchó el fuerte golpe de la puerta de la habitación, al parecer su padre ya había podido romperla.

Fue hacia la bañera y se adentró en ella, recostando su cabeza en la pared mientras movía sus manos bajo el agua. A pesar de lo que estaba haciendo no sentía remordimiento, se sentía bien al saber que estaba tomando esta decisión, se sentía bien al saber que ya no iba a sufrir, se sentía bien al saber que ya no iba a estar decepcionando personas.

Oía cómo su padre gritaba, como su madre intentaba detenerlo y cómo su hermano gritaba pidiéndole a su abuela que haga algo.

Taehyung se adentró al agua abriendo sus ojos, aunque estuviera debajo del agua él quería llorar. De pronto se acordó de cuando su sueño era ser libre pero se sintió triste al ver su realidad.

Sólo era un niño cuando el hombre que creía un héroe lo golpeaba hasta dejarlo sin respiración, sólo era un niño cuando su madre lo ignoraba mientras él le pedía ayuda, sólo era un niño cuando veía a su hermano llorar y gritar desde lejos por él, sólo era un niño cuando ya era odiado y criticado por su familia.

El hecho de haber nacido en un mundo donde te enseñan que lo normal es lo heterosexual es algo que afecta de gran manera porque las personas juzgan demasiado y él no fue la excepción.

Él solo necesitaba amor, a veces no necesitaba de un largo discurso, lo único que quería era amor, pero en ese mundo si eres gay estás enfermo, no eres normal, no es natural; eso era lo que su padre y su familia le repetía una y otra vez cuando apenas tenía diez años hasta ahora.

Pero lo normal en fin es subjetivo, no existe una definición de lo normal. Ya sea hombre o mujer no importa, tu género no define tu orientación sexualidad, solo somos personas amando a personas.

Sintió su cuerpo tensarse bajo el agua y fue asaltado por pequeñas convulsiones, sus puños se cerraron con fuerza y sintió la necesidad inmensa de respirar al sentir sus pulmones arder; pero no salió del agua. El baño se hacía pequeño y sentía que podía tocar esa oscuridad que lo llamaba, cerró sus ojos y se dejó envolver por esa oscuridad mientras sentía como todo se desvanecía...

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Gracias por leer.

El silencio de sus palabras •VKOOK•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora