Miraba el techo sin apenas pestañear, no se cuánto tiempo llevaba así, agarré el colgante suspire angustiada cuando vi que eran las 4:00 am y aún no podía dormir acaricie el colchón pensando en como sería si John estuviera aquí conmigo, no podéis imaginar cuánto lo extraño.
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—George por favor te lo suplico, tienes que ayudarme.—decía metiendo sus pertenencias en unas maletas.
—John sabes que es inútil no puedes irte ahora, además a mi no me metas en esto no quiero saber nada.—comentó moridiendo una manzana.
En ese instante entró Ringo junto con Paul estos charlaban entre si y parecía hacerles gracia lo que comentaban, John corrió hacía ellos.
—¡Chicos!—exclamó nervioso—tengo que irme está misma noche, ¿Podéis.....
—¡Eh! Hermano tranquilo, relajate, no seas ansioso.—interrumpió Ringo.
—¿Qué ocurre johnny?—formuló Paul.
—¿Podéis ayudarme? Tengo que estar fuera dos días.
—Y que inventaremos está vez John, estamos cansados, tienes que dejar de verla, cualquiera día esto te explotará en la maldita cara.—decía desde atrás George.
—miró a George.—No puedo, llevo 4 meses sin saber nada de ella, ni llamarla he podido, joder tenéis que comprenderlo.
—¿Ella sabé que vas?—preguntó Ringo.
—¡No! Quiero darle una sorpresa.
—¡Ooooooh! ¡Que romántico!—exclamó Paul.—Anda vete pesado ya inventaremos algo por ti.
John terminó de recoger sus cosas y salió corriendo.
—¡Gracias! ¡Sois los mejores chicos!—gritó John desde el umbral de la puerta.
—¡Lo sabemos!—dijeron al unísono.
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Pulse como diez veces el botón y nada la batidora oficialmente había muerto, mire el reloj.
—Hora de la muerte 10:00 am.—musité Arrojando el contenido en un bol.—¿Y ahora Que?
Cogí el recipiente y salí al apartamento de enfrente, dí unos toquecitos a la puerta y esperé, está se abrió lentamente dejando ver una cabezita.
—Oh buenos días siento molestar sería tan amable de prestarme su batidora.—le dediqué una amplia sonrisa mostrándole el bol.
La señora me miró por un momento de pies a cabeza, colocó una cadenita y se perdió detrás de la puerta pasados unos segundos volvió sacando la licuadora.
—Gracias señora se la devol....
Cerró la puerta sin darme opción a terminar.
—Hice una mueca de desprecio—Que vecina tan antipática, raro que me la deje.—dude mirando el aparato.
De vuelta en la cocina la enchufe pulse el botoncito, la fruta comenzó a triturarse, incorporé un vaso de leche y un poco de azúcar mezclada con canela, lave el trasto y volví a tocar la puerta de aquella señora tan "simpatica"
—Gracias es usted muy amable.—agradecí muy sería.
Ella dio un portazo, me dí la vuelta hacía mi apartamento no pude evitar soltar una carcajada, fui corriendo hacia el sofá y de un saltó me acosté en el, estire mi cuerpo hasta sentir unas cosquillas muy agradables por mi espalda, suspire recordandolo, sólo dios sabe cuánto lo extraño, volví con Will, pero sólo por él, sentía compasión, sobresalte de mis ensoñaciones con John, al escuchar el timbre, me levanté bufando abrí dejando ver a...
—¡Will! Que sorpresa ¿No tenías trabajo?— formule y exclame dejándolo pasar.
—No cariño me dieron el día libre por las horas extras del otro día.—respondió dandome un beso con ímpetu.—¿Qué hacías?
Se sentó en el sofá en el que minutos antes recordaba al hombre que mueve mí universo con solo una sonrisa, él hizo un gesto para que me sentará a su vera eso hice algo incomoda.
—¿Quieres que salgamos a comer? ¿Ir al cine?—acariciaba mis piernas.
—No me apetece Will, quiero estar en casa todo el día.—dije a la vez que simulaba un falso bostezo.—Estoy muy cansada ayer me llamaron de la tienda estuve todo el día.
Él hizo un puchero abrazandome y haciéndome cosquillas me retorci en el sofá le pediría que parará pero el ring del teléfono lo hizo por mí, lo miré desafiante y di unos pasos hacía el aparato.
—¿Diga?
—Salvada por la campana.—decía acomodandose en el sofá.
—Shhhhh calla.—susurre.—Si no contesta colgaré ¿Quien es?—hice énfasis en eso último.
—Que descarada nena ¿Así es como me tratas después de todo el placer que te ofrezco?. —emitió una sensual risa.
—¿John? ¡John!—dije incrédula.
—Cariño ¿Quien es John?—Quiso saber Will.
—John me estás haciendo esto ahora de verdad.—lloré—¿Por qué ahora? ¿Crees que estaré a tú disposición cuándo te plazca? ¡joder te odio!
—Nena ¿Pero que te ocurre? —formuló confuso.—Estoy aquí ven no tardes por favor, estoy ansioso por llenarte de orgasmos.
—No, vuelve por donde viniste, ahora voy a colgar.—lo hice impensable pero lo hice.
Sabía en mi interior que no lo haría acabaría cogiendo el coche desesperada por sus besos su olor su sentir en mi deseo insaciable por él.
—¿Quién era?
—Nadie Will nadie.
Pasé el resto de la tarde con Will pero mi mente estaba con John y esa llamada, al llegar la noche le roge que me dejará sola para descansar, se fue dándome un beso y prometiendo que mañana volveria con un gran desayuno, con el portazo y su despedida me acosté en la cama suspirante, dí vuletas y vueltas.
—Eres una estúpida.—Me susurre enfadada.
Fui corriendo hacía el armario me volví a vestir con su vestido favorito llené mi cuerpo con su perfume.
Él sonido de la gravilla delató mi presencia apague los faros al hacerlo divise luz en el interior, el corazón palpitaba tan fuerte que dolía, las manos resvalaban del volante mi respiración se agitó, después de 4 meses estaba ahí a unos pasos de mi, de repente la puerta se abrió la luz de la luna sólo me dejaba ver la mitad de su figura, apoyo su espalda en el marco de la puerta, sali de mi coche intensa y temblorosa cada paso que daba era un infinito escalofrío en mi alma, él al verme más cerca se posicionó en el comienzo de las escaleras, las subi sin apartar mi vista de su mirar, estiró su mano para que la cogiera al hacerlo sentí desvanecer mis piernas flojearon, él lo noto y me tomó entre sus brazos yaciendo yo inerte.
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Lucky ones | John Lennon. ×Corrigiendo×
FanficMe daba miedo, pensé que nadie podría salvarme, Llegaste tú y me recogiste cual bebé... Todos los ahoras y después, las estrellas se alinean, Un chico y una chica se encuentran por obra del gran plan, ¿Es posible que seamos tú y yo los afortunado...