Keila
Me sorprendió mucho la acción de Roger, me quedé sin palabras y pude sentir como rápidamente me sonroje, no podía creer lo que había pasado ya que Roger se me hacía un chico muy atractivo, y no sólo por su físico como lo son sus grandes ojos azules turquesa o su mirada de ángel, sino también por la manera en cómo era conmigo, era algo completamente diferente, nunca lo sentí antes, mucho menos con Paul McKenzie, mi ex novio.
Sólo comencé soltar pequeña risa y sólo abracé a Roger.-Disculpa Kei, estoy muy avergonzado.- dijo Roger cubriendose el rostro con las manos.
-No te apures Roger, sé que aún no nos conocemos mucho, -dije estando bajo la lluvia- pero sé que eres una persona maravillosa y me encantaría conocerte mucho más, porque realmente y perdón por el atrevimiento pero me gustas, eres una persona que ha conquistado mi ser.-
Roger abrió grandemente los ojos y sonrió
-¿en serio Kei?-
-Muy en serio Roger, ¿qué te parece mi propuesta?-
-Es completamente perfecta para mi, sin duda hay que conocernos poco a poco-
-Así es Roger, pero ya ahora que estamos empapados es muy probable que tengamos un resfriado.-
.
Roger y yo comenzamos a caminar sin dirigirnos a algún lugar, todo era tranquilo y más su dulce sonrisa que me podía matar.
-¿A dónde vamos?- preguntó Roger-
-No lo sé, pero si quieres puedes venir a mi casa, no está muy lejos de aquí.-
-Está bien Kei.-
Cuando llegamos a mi hogar no había nadie ya que papá y mamá trabajaban.
Llegamos al living y le pedí a Roger que tomará asiento, y fui a la cocina por un par de vasos con sods.-¿tienes hambre?- preguntó Kei a Roger.
-Un poco, no te apures.-
-Okey, todo dicho, pediremos pizza.-
Cuando esperábamos la pizza Roger me observó y fue inevitable no sonreír y sobre todo sonrojarme, yo me acerqué lentamente y besé su nariz, y él soltó una pequeña risa. Estábamos sentados en una alfombra y él tomó mi mano, no sé que demonios sucedió dentro de mi pero sentía química y muchas chispas.
En ese preciso momento sonó el timbre de la casa sin duda era la pizza, la recibí y Roger me ayudo, volvimos al living prendiendo el televisor, nos quedamos un momento en silencio y era momento de la tensión que sentíamos se rompiera, suspire, me recargue en su hombro, el acaricio mi cabello y yo no podía explicar lo hermoso que fue ese preciso momento, él de nuevo me besó y yo no puse oposición me gustó el sabor de sus labios, y los movimientos que parecían de mar dentro de mi, sin duda fue más allá de lo que imaginé, abracé a Roger, él podía sentir que el aire faltaba entre nosotros pero eso tampoco nos importó.