Capítulo 21

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-¿qué cosas son distintas ahora? -su expresión es de asombro

-días después del sepelio de mi padre, mi mamá no volvió a hablarme, ignoraba todo lo que tenía que ver conmigo, mi hermana vivía haciéndome desprecios y reclamos acerca de su muerte y yo extrañaba a ese hombre como loca, dentro de mí sólo había culpa y sentimiento.

Solo quería volver a verlo y abrazarlo me hubiera gustado agradecerle que haya confiado en mí y que siempre haya creído que soy buena persona, una persona que me educó, me apoyó y me ayudó en todo lo que necesité se me fue para siempre, mi papito no volvió a abrazarme nunca, no volvió a defenderme delante de los demás en especial de que mi madre siempre me creía culpable de todo. Nunca más vi la sonrisa del hombre al que admiraré para siempre -mis lágrimas caen sin querer y Javier las limpia con una servilleta

Además de eso mi madre logró meterme a la cabeza que fue mi culpa ¿sabes? si no hubiese llamado a mi padre a esa hora quizás estaría vivo y todo eso me deprimió demasiado hasta el punto de querer quitarme la vida tomando una sobredosis de píldoras para dormir, no sé como pasó pero mi tía apareció y me llevó al hospital, de no ser por ella, en realidad hubiese cumplido mi objetivo y aunque sé que estuvo mal lo que hice me di cuenta que mi mamá tomó un gran rencor contra mí, su odio fue tanto que llegó a desear verme muerta

-perdona pero eso si no te lo puedo creer ¿cómo le deseas la muerte a tu propio hijo?

-cuando estaba recuperandome en el hospital, mi madre me hizo una sola visita, entró me vió con odio y dijo "nadie te querrá viva, ya muérete de una vez por todas" fue ahí cuando me di cuenta de que tenía que apartarme de ella, mi presencia le hacía daño, no estaba tranquila.
"no eres buena ni haciendo el intento de quitarte la vida" Dijo decepcionada y abandonó la habitación. Salí del hospital después de unos días y pedí a mi tía que me llevara a mi casa a recoger mi ropa y luego me dejara en el aeropuerto, no volví a ver a mi madre ni a mi hermana desde ese día

-¿nunca te han buscado?

-creo que no, le pedí a mi tía que mantuviera en secreto de que fue ella quien me dejó en el aeropuerto y que negara saber algo de mí

-¿y has visto a tu tía desde entonces?

-hemos hablado por teléfono pero no la he vuelto a ver, yo no he planeado viajar porque no me gustaría reencontrarme con ellas, yo sé que sentía odio, rencor y sé que su corazón dolía pero no comprendo como después de todos estos años jamás ha querido saber como me encuentro

-¿cómo se te ocurrió viajar hasta acá?

-la familia de mi amiga tenía una casa por acá y fue mi única opción

-¿eso quiere decir que viajaste con tu amiga? ¿dónde está ella ahora?

-seguramente en su casa, furiosa porque fuiste por mí justo cuando quería hablar conmigo

-¿qué dices? Te refieres a que entonces...

-ahora Thara también me ha dejado sola -mis lágrimas caen de nuevo

-tranquila todo está bien preciosa, debes comprender que hay cosas que no se pueden evitar aveces -se acerca a mi silla y me abraza

-lo trato de comprender todos los días, pero hay muchas cosas que no me dejan estar tranquila -lo abrazo fuertemente y él a mí

-no sé que decirte, imagino lo duro que debe estar siendo para ti todo esto, quisiera hacerte sentir mejor pero no tengo idea de como hacerlo. Solo quiero que tengas en mente que me tendrás a mí desde ahora -dice sin soltarme

-gracias Javier, gracias por esto.
Ahora cambiemos de tema, no vine aquí a llorar ¿cierto?

Comimos tranquilos y hablamos de tonterías, así fue como pasamos el tiempo. Bastante viento corría por allí y al andar con Short sentía mucho frío.

-¿tienes frío? -preguntó

-solo un poco pero ya llegaremos a tu auto

-espera -camina rápidamente y saca un abrigo que tiene en su auto
-esto te dará un poco de calor -lo coloca detrás de mí

-gracias, me hacía falta -respondo con media sonrisa

Nunca Fui Tan Feliz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora