Capítulo 22

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-¿Puedo llevarte a un lugar más? -pregunta cuando estamos de camino a casa

-solo si me dices cual

-tómalo como una sorpresa, sé que te gustará mucho

-no seas tan cruel, nunca me ha gustado estar con dudas

-pero esta vez si preciosa, no te diré solo disfuta el paseo

-Javier, dime a dónde vamos

-no te lo diré, así que no insistas mucho porque será en vano

-está bien, solo si no me llevas a un lugar en el que me pueda dar hipotermia porque tengo mucho frío -digo en broma

Al escuchar mis palabras pisa los frenos repentinamente y se desvía del camino hacia otra entrada

-¿qué haces?

-lo lamento, tengo que ir al centro comercial a comprarte ropa, en el lugar al que quiero llevarte corre bastante viento

-pero no traigo dinero

-lo sé, yo te lo voy a obsequiar

-aunque también puedo ir así y cubrirme con tu abrigo

-yo también necesito algo con que abrigarme -ríe y me ve un momento

-es cierto, no pensé en eso -digo un poco apenada

-está bien, voy a comprarte algo con lo que te sientas cómoda -estaciona su auto, quita su cinturón de seguridad y baja del vehículo, abre mi puerta, toma mi mano y me ayuda a bajar

-¿y me dirás a dónde vamos? -estoy parada cerca del coche

-no, pero lo sabrás en un instante -cierra la puerta y se acerca a mí dejando sólo unos pocos centímetros entre nosotros, mientras yo lo observo a los ojos

-deberías usar mi abrigo -dice sin quitar su vista de mí

-S-si creo que es lo que voy a hacer -digo bastante bajo y un poco nerviosa por la cercanía que tenemos

-está bien -sonríe y vuelve a abrir la puerta para bajar el abrigo y colocarmelo sobre los hombros muy tiernamente

Caminamos al centro comercial, derrepente toma mi mano y la entrelaza con la suya. Entramos en una de las primeras tiendas que vemos aún tomados de la mano, Javier se sienta en un sofá y me dice que vea lo que más me guste, evito tardar mucho así que simplemente tomo un suéter color gris y un pantalón de tela negra. Javier paga lo que he tomado y cuando ya estamos listos reanudamos nuestra marcha. Subimos al coche y después de media hora llegamos al lugar.

-es aquí donde trabajo -me dice abriendo las puertas de su oficina

-así que esta es la famosa inmobiliaria Casteló's

-así es

-ya había estado en este edificio alguna vez

-¿hablas enserio?

-por supuesto, puede ser que incluso hayamos cruzado palabras

-no lo creo

-pudo haber pasado

-claro que no, si alguna vez te hubiese visto antes de la fiesta no lo habría olvidado y mucho menos si hubieses alguna vez hablado conmigo

-¿porqué dices eso?

-porque sería imposible para mí olvidar tu lindo rostro  -Siento en ese instante mi rostro arder por sus palabras

-¿Es Diana? -señalo un cuadro que tiene en su escritorio con la intención de cambiar de tema

Nunca Fui Tan Feliz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora