C A P Í T U L O 4

2K 123 25
                                    


—¡¿Y?!, ¡¿ENTONCES NICO INTERRUMPIÓ JUSTO CUANDO LA IBAS A BESAR?!.— Dos morochos y un rubio se encontraban en la misma habitación, enterandose del chisme el cual Nico saco cuando llegó gritando al departamento; "SIMBAR IS REAL, BITCHES."

—Exacto, eso fue lo que dije.— Afirmó Simon, ya algo cansado de la situación, pues, era la milésima vez que se lo volvía a explicar a Pedro, que por alguna razón no quería creer lo que le decían, y tenía unas tremendas ganas de matar a Nico. Claro, aquí todos eran #TeamSimbar.

—Bue...Nico, ¡¡BOLUDO DE MIERDA, MAL PARIDO, ARRUINASTE EL BESO SIMBAR JOE'PUTA!!.— A Simon se la había pasado el enojo, y ahora se estaba carcajeando, retorciendose de risa en el suelo. Estaba claro, amaba a sus dos muchachos.

—¡YA TE E PEDIDO MIL VECES PERDÓN, PEDRO, SUPERALO, ¿Dale?, ahora hacé de cenar, muero de hambreeeeee.— Pedro resoplo y fue directo a la cocina, mientras que Nico ayudaba a Simon a levantarse del piso, quien aún no podía parar de reír.
Cuando Simon se levanto, no pudo evitar tocar con la yema de sus dedos sus labios mientras sonreía de una manera estúpida, había tenido mínimo contacto con los labios de la chica, pero el deseaba más, anhelaba más, quería más...

«¿Qué estarían haciendo ahora si no te hubiesen interrumpido, Zaimon?»  Escucho a su conciencia con atención, trato de entender las palabras que había dicho, estaba matando su cerebro, hasta que...

—¡¡NICO HIJO DE PUTA VEN PARA ACÁ IDIOTA!!.— Grito Simon, jalando a Nico de su camisa, dandole un buen golpe en la cara, partiendole el labio.

—Joder, ¿Por qué fue eso boludo?.— Nico limpio la sangre que caía de su labio con la lengua, llevandose el sabor de metal a su paladar.

—Por arruinar mi beso.— Simon sonrió y Nico y Pedro hicieron bulla, Simon se tapó la cara con las manos y se fue directo a su recamara, se recostó en su cama, queriendo dormir y soñar con la rubia, no...Más bien...Necesitando soñar con ella, necesitandola a ella...

(...)

Ambar entro a la mansión, tratando de no hacer ningún ruido para no despertar a nadie y así no tener que dar explicaciones.
Paso por la cocina y no había nadie, supuso que Luna ya había llegado y estaría en su habitación, así que pasaria por su habitación para darle las gracias.
Se quito los tacones y camino hacia las escaleras para subir a la habitación, mala idea...

—¿Qué son estas horas de llegar, Georgina?.— A Ambar se le erizo la piel al escuchar esa voz, definitivamente estaría castigada por no haber avisado.

—Mami, ya te e dicho que no me digas por mi primer nombre, es nefasto y no me gusta.— Reprocho Ambar y Silvanna rió, su hija era un caso serio.

—¿Podes decirme donde andabas y porque llegaste tan tarde, Ambar?, y...¡¿QUÉ ES ESO ROSA QUE TENES EN EL CABELLO?!.— Silvanna se cruzo de brazos y Ambar la miro temerosa.

—Mami...¿Recuerdas que te dije que arreglaría las cosas con Luna?.— La mayor asintió. —Bien, las arreglamos y puede decirse que ya somos amigas y me dijo que me acompañaba para hacerme un cambio de look, el cual me encanto, se ve re copado, y bueno...Después fuimos al Jam&Roller y nos quedamos encerrados Simon y yo y...— Silvanna sonrió e invito a su hija a que se sentara a su lado.

—Simon es el muchacho que me decis que toca la guitarra y que te gusta, ¿No?.— Ambar se puso de todos los colores y se podra decir que hasta invento un nuevo tono de rojo.

—Si mama, es él...—

—¿El que canto acústico en tu cumpleaños?.—

—Si mama...—

—¿Con el que te casaras y tendras muchos hijos?.—

—Si mam...¡MAMA!.— Ambar le lanzo un cojín a su madre y las dos rieron, Ambar amaba a su madre con todo y sus locuras descabelladas.

—Bueno deja y...¿Qué paso en el tiempo que se quedaron encerrados?.— La mayor movió las cejas de arriba hacía abajo, haciendo que Ambar riera.

—Pues...—

—Ambar...— Camino hacia donde ella estaba parada ignorandolo olímpicamente. —Mira...Se que estuve mal, que no debí reaccionar así, sabia que estabas mal, que no debí haberte dejado sola en ese momento que me estabas abriendo tu corazón, yo...Soy un imbécil, y se que con un “perdón” no arreglo nada pero...Estaba enojado, y en ese momento solo quería que te sintieras como yo me sentía...De verdad perdón...— Ella quedo estática, ¿Le estaba pidiendo perdón, realmente?, lo miro a los ojos y noto sinceridad en ellos, sip, la disculpa le había salido sincera.

Ambar pensaba hablar, pero en ese momento las palabras que quería decir no tenían coherencia, y no eran nada comparadas con la gran disculpa de Simon.

—Vos no tenés la culpa, soy yo la que tiene que disculparse con vos, Simon...Sos la única persona a la que le confíe todo, con la que por primera vez me sentí feliz, completa, alegre, Simon...Sos la única persona que logro cambiarme, tampoco debí reaccionar así, aunque...Simon, sabia que sin vos yo no podía...Pero ahora ya no, e jurado cambiar, para bien, esta vez si lo haré, te lo juro Simon, te juro que esa Ambar que tu sacaste, sigue aquí, y quiere volver.— Simon estaba enternecido, y Ambar nerviosa, Simon se acercaba de a poco hacia ella, hasta que la dejo arrinconada entre la barra y su cuerpo.

—Ambar...¿Alguna vez te e dicho que tienes los ojos más bonitos que jamas vi en toda mi vida?.

—Pero Simon...Ni siquiera estas viendo mis ojos.— Ambar río, y Simon, bueh...¡Chau autocontrol!.

—Si...Si te soy sincero, si tienes los ojos hermosos y todo el show, pero en este momento no pienso en nada más que en controlar mis ganas de besarte, las cuales e mandado a la mierda en este preciso momento.— La tomo por la cintura, acercandola más hacia él (si es que se podía) y puso una mano en su mejilla, acariciandola,  mientras se acercaba cada vez más, hasta rozar sus labios, mandando corrientes eléctricas por los cuerpos de los dos.

—¡SIMON, AMBAR, YA PUEDEN SALI...!— Nico se golpeo mentalmente la ver lo que había interrumpido, Delfi y Pedro lo mataron con la mirada, y Simon y Ambar se separaron,  muertos de la vergüenza.

—¡ESTUPIDO, MI SIMBAR IDIOTA.!—

—¡¡TE IBA A BESAR Y TU TE IBAS A DEJAR, ahhhhhhhhhhhh!!.— Su madre grito y Ambar rio fuerte.

—Ya mama, no es para tanto.—

—Bien, pero te aviso, quiero conocer a mi nuero.— Ambar asintió, le dio las buenas noches a su madre y subió a su habitación, con todo el tema decidió darle las gracias a Luna mañana, ahora solo queria soñar con un segundo perfecto beso que se daría con ese mexicano perfecto que la traía loca.




¿Qué habría sido si?...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora