veintidos

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Buscamos una mesa en el patio de comida del shopping con mi padre. Nos sentamos frente a frente, nos miramos por unos segundos ninguno de los dos empezaba la conversación. Mi padre estaba muy cambiado, ya le aparecían sus primeras canas y su rostro envejecía. Junto sus manos y las puso sobre la mesa, estaban un poco lastimadas.

- Que raro es todo esto - dije para romper el silencio - si esto hubiera pasado unos meses atrás ya hubiese salido corriendo.

- ¿Por qué? soy tu padre - respondió él.

- Me duele ser así, huir de vos, pero... creo que esto lo provocamos los dos - de a ratos lo miraba a los ojos. Tengo sus ojos pensé.

- Esto empezó cuando me fui - dijo interrumpiendo - y se que quieres saber porque me fui.

Mi padre empezó hablar, me contó su historia. De como conoció a mi madre, ya que conocía esa historia, me contó como fue enfrentar a mi abuelo, y sobre todo cuando se entero que iba a ser padre. Su voz temblaba, se puso tan nervioso.

- Mi vida no estaba preparada para ser padre - dijo con miedo - pero cuando tu hermano nació mi vida dio un giro y fue todo realmente maravilloso. Eramos jóvenes con tu madre, nos prometimos ser felices con Agustín, pero tu mamá al poco tiempo quedo embarazada de ti. Deseábamos ser padres de una nena - sonríe - mírate ahora todo una mujer. El tema es que empece a tener problemas en el trabajo, todo me salía mal cuando cumpliste dos años. Agustín se portaba muy mal, no quería quedarse en la guardería y tu madre que vivía encerrada estudiando.

- Eso no creo que sea nada malo - le dije cuando freno para tomar aire.

- Claro que no - respondió él y dejo el vaso de gaseosa sobre la mesa - pero tu madre tenia dos nenes que criar. Y solo pensaba en sus estudios. Recuerdo esa noche que discutimos, donde le dije que si no dejaba de estudiar y les prestaba más atención me iría de la casa. Ella no me creyó, ella solo creía que eran malos momentos en nuestra vida. Y no lo era.

- No puedo creer que te fuiste solo por eso - le eche en cara. Reí para no llorar.

- No fue por eso May. Las peleas aumentaron, era discutir siempre por cualquier cosa. Tu madre era muy celosa, yo era muy celoso. Cualquier cosa era para que nos gritemos en nuestra habitación mientras ustedes dormían. Una mañana me levante, recuerdo que ustedes corrían por toda la casa, tu mamá andaba en la cocina preparando el desayuno mientras leía unos de sus libros de la carrera. Esa mañana me levante de mal humor, odiaba el mundo. Me fui dando un portazo, ese día nos le dije chau. Ese día no volví a pisar la casa.

- ¿Por qué? eramos un estorbo ¿no? - pregunte con un nudo en la garganta.

- No hija - dijo y volvió a tomar otro poco de su gaseosa - me fui porque por un momento sentí que si volvía a entrar a esa casa podía volverme loco. A los días volví, y hable con tu mamá. Iba a ir todos los fin de semana a buscarlos. Al principio ustedes iban, fueron creciendo y ya no querían estar conmigo. Deje de ir. Sentí que era un desconocido en su vida. Ustedes crecían y yo los veía de la vereda del frente. Tu mamá nunca me los negó, todo lo contrario, fui yo quien se alejo.

Hablamos un buen rato. Intente entenderlo en algunos casos, en otras no le creía, y en otras solo quería abrazarlo. Recibí un mensaje de Manuel, me dijo que estaba en el shopping que no se acercaría hasta que termines de hablar con mi padre.

Ese tarde aprendí a perdonar. Recordé las palabras de Manuel cuando me dijo que después de perdonar uno se siente bien, y fue así. Sentí un alivio, mi cuerpo se saco un peso de encima y sentí que mi padre también.

Manuel se acerco a nuestra mesa con un poco de miedo. Lo mire y no pude evitar reír, mi padre lo miro y luego me miro a mi. Manuel tenia sus manos en los bolsillos y se humedecía los labios a cada rato.

- Papá - dije y me levante - él es Manuel, mi novio.

- ¿Novio? - pregunto - ¿como que novio?

Manuel le estiro su mano y ambos la estrecharon. Mi padre lo miro serio y luego comenzó a reír. Nunca había visto a Manuel tan asustado. Vi como empezó a respirar más tranquilo y se sentó a mi lado.

- ¿Como se conocieron? - pregunto mi padre.

- Soy amigo de Agustín - respondió Manuel.

- Con que el otro es el culpable que mi hija tenga novio.

- Agustín creo que fue el ultimo en enterarse - dije riendo.

- Tu hermano es terrible - dijo mi padre - voy hasta el baño, ahora vengo. Por favor, Manuel un poco más lejos de mi hija.

Manuel se río y aparto un poco su silla.

- Dale tonto - le dije riendo y lo agarre del brazo para que venga más cerca mio.

- ¿Todo bien? - pregunto Manuel.

- Si - sonreí - un poco me costo, pero me siento más tranquila.

- Te dije - sonrió y me robo un beso.

Aprovechamos e hicimos el papel de novios delante de las otras mesas. Nos sacamos fotos, nos reímos, y nos besamos sin vergüenza. Mi padre llego a la mesa y se despidió porque tenia que irse a trabajar.

Me levante de la silla y lo abrace. El me beso en la frente y me regalo una hermosa sonrisa. Saludo a Manuel con la mano y le volvió hacer el chiste que se siente más lejos de mi.  Manuel solo reía pero por dentro seguía teniendo un poco de miedo. Mi padre es oficial, creo que eso le daba más miedo.

- Me tendré que portar bien - dijo asustado.

- Cualquier cosa que hagas y te llevará preso - le dije seria.

- ¿Qué? - dijo mirándome.

Empece a reír. Manuel seguía sin mover una expresión de su cara, estaba asustado. Le di un beso y fuimos a caminar un poco. Fuimos hasta el estacionamiento y buscamos su auto. Me gustaba mucho caminar con el de la mano.

Cameron tenia la costumbre de frenarme y abrazarme. Me tomaba de la cintura y me miraba a los ojos. Cuando nos mirábamos la boca, cuando nos deseamos. Manuel movía mi mundo.

El Amigo de mi Hermano  "ADAPTACIÓN"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora