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Hyoyeon ya se había acostumbrado a estar sola. El hecho de vivir así le había llevado a tener una vida en la que no estaba obligada a rendirle cuentas a nadie. De entre todas sus manías, ella era demasiado estricta en cuanto al orden y la limpieza. Hyoyeon creía con seguridad que, si cualquier persona se atrevía a convivir con ella, los problemas serían muchos. De sólo valorar la opción de tener un compañero se sintió disgustada.

La última clase del día lunes, Hyoyeon no reparó en irse de inmediato a su habitación luego de una ronda interminable de palabras que todavía no entendía y de profesores que no le terminaban de caer bien. Frustrada, entró en la habitación abriendo la puerta de una patada y dejó su mochila en donde su tino le mandó. Quizás había caído en el suelo, mas no le importaba. Lo único que quería era echarse en su cama y despejarse un poco.

Estando acostada, mirando al techo y pensando en todo lo que ese día había sucedido, escuchó cómo la puerta era tocada en un sonido muy leve. Hyoyeon frunció el ceño y a regañadientes se levantó de la cama para ir a abrir. Después de girar la perilla de la puerta, se encontró con una persona que jamás había visto. Se trataba de una chica y llevaba con ella una caja enorme entre las manos, aparte de un ligero sonrojo.

—¿Sí? —inquirió pues Hyoyeon, no entendiendo la presencia de aquella joven frente a ella.

—Ah... esto, ¿tú eres Kim Hyoyeon? —preguntó la aludida, tímida, mientras el sonrojo se intensificaba.

Hyoyeon no pudo sentirse más extrañada por encontrarse con ella.

—Sí, soy yo, pero ¿quién eres tú?

La chica dudó muchos segundos y, mordiéndose el labio, murmuró al fin:

—Soy tu nueva compañera de habitación. Un gusto.

Hyoyeon sintió que su cara era golpeada de forma instantánea al oír aquello. 

En tu compañía, por AnnaKat |Mini fic|Where stories live. Discover now