Capítulo LXXI

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Me separé de sus brazos bruscamente, él se sorprendió.

-No, no, no. Qué he hecho.

Había dejado que me besará, había dejado que sus brazos siguieran influenciado en mi, en mi vida, en mis sentimientos. Me había dejado llevar por la situación, por el sabor de sus labios y la verdad que existía en sus palabras, en sus disculpa que sonaba tan sincera, en sus malditos labios que me volvían loca. Había caído en las garras de un demonio que besaba tan malditamente bien.

-Jade, no ha pasado nada malo-lo interrumpí en sus palabras.
-No, no trates de convencerme una vez más. Ya no quiero escucharte, ya no quiero saber nada de ti, ni una sola palabra que provenga de tus labios. Yo estoy con una persona que me hace feliz, no puedo engañarla de esta forma.
-¿Engañarlo Jade? ¿De verdad?
Ese tipo no merece que tú digas eso, no sabes lo mucho que te ha mentido en los últimos días, él es un maldito enfermo que pretende que tú no te des cuenta de nada de lo que hace el imbécil. Yo solo quiero que te des cuenta que yo te quiero muchísimo, y que estoy tratando de ser una mejor persona, ya no quiero verte sufrir más con él Jade.
-Tu no tienes derecho de decir eso, no lo conoces, no sabes ni siquiera algo mínimo de él. ¡Deja ya de mentir!.

Esteban me tomó de los brazos, haciendo que lo mirará a los ojos, las lágrimas no paraban de brotar.

-¿Lo sabías verdad? Lo sabes y no lo dejas aun así. No te entiendo, ese tipo solo te lástima y sigues ahí con él, como una muñeca. ¡Despierta ya Jade! El tipo no te merece. ¡Te está engañando!.

Por la frustración empecé a pegarle en el pecho, no podía aceptar que las cosas estuvieran pasando de esa manera.
Charly no podía estar mintiendo, no podía lastimarme de esa manera, él no era un monstruo, él era bueno. Él era bueno.

-Deja ya de mentir, para ya, ¡Para!. Ya no soporto más. No quiero escucharte, cállate por favor.
-No voy a calmarme hasta que te deje claro de lo que está pasando Jade, ese tipo te hizo esto, te ha destruido a tal grado de cegarte. Tú eres mejor que eso, tú mereces ser feliz Jade, al lado de alguien que te merezca.
-¿Alguien como tú?-tragué saliva.
-No, alguien mejor que yo, alguien quién no te lastime nunca, que jamás te haga sentirte pérdida, alguien quién te quiera sobre todas las cosas.

Ya no quería sentirme así, como si yo fuera la mala del cuento, como si todo lo que me pasara fuera por mí culpa. Quería encontrar a alguien como lo decía Estaban, alguien que me hiciera feliz sin tener que derramar lágrimas a su paso
Ya no quería huracanes que me destrozaran, creía en esa esperanza que vivía al final del arcoíris.

-¿Crees que yo sea buena para alguien así?. Tal vez yo soy la del problema, tal vez quiero demasiado que las personas se aburren de mi-levante la mirada y lo vi directo a los ojos.
-Oh vamos Jade, tú eres una persona increíble, mereces que te bajen el cielo y las estrellas. Tienes tantas cualidades que no es justo que te traten así. Eres la persona más increíble que he conocido en mi vida, y daría cualquier cosa por poder estar a tu lado, pero sé que yo no lo merezco, por ser un infeliz que derramó tus lágrimas.
-Un infeliz que siempre aparece cuando lo necesito-le acaricie la mejilla.

A estas alturas de las cosas ya ni siquiera era consciente de lo que hacía, me sentía como si estuviera flotando lejos de este lugar.
Mi alma no estaba presente en mi cuerpo, o tal vez la razón se había bloqueado.

-Y siempre lo estaré Jade, siempre que me necesites . Lo juro.

Volví a acariciarle la mejilla, en ese momento él se acercó aún más a mí, me tomó de la cintura.

-Para mi siempre serás esa jovencita feliz que bailaba sin importarle nada, esa gruñona y reservada chiquilla de 11 que casi me echó cuando trate de hablarle por primera vez. Siempre serás esa luz que te guía por el buen camino en cualquier lugar en el que te encuentres. Mi sol, tan brillante y hermosa.

¿Y si te digo que me enamoré de ti?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora