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No supe cuanto tiempo estuve viendo de nuevo todo el álbum, al fin veía como era mi madre, al fin la conocía. Algunas de las fotos me resultaban un poco curiosas, como esta.

En blanco y negro, en ese momento mamá tenia el cabello corto, en otros lo tenia largo

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En blanco y negro, en ese momento mamá tenia el cabello corto, en otros lo tenia largo. Tenía una madre muy guapa, pero ¿Qué paso en la vida de ellos? Cuando encontré la foto de su boda, se veían tan enamorados y felices. Aún recuerdo que una vez le pregunte a papá sobre mamá, solo me dijo que "aún soy muy joven para entenderlo"; es decir...

- ¡¡Si no me lo explican, es obvio que no podre entenderlo!! - grite a todo pulmón.

Ya cuando volví a la realidad, me fije que ya eran las 11:19 de la mañana, seguro papá no tardaría en llegar, debía aspirar su cuarto; antes de cerrar el álbum, una foto de mamá me llamo la atención, con cuidado la saque del álbum y corriendo hacia mi cuarto la guarde bajo mi almohada, dándole una ultima mirada.

Ya cuando volví a la realidad, me fije que ya eran las 11:19 de la mañana, seguro papá no tardaría en llegar, debía aspirar su cuarto; antes de cerrar el álbum, una foto de mamá me llamo la atención, con cuidado la saque del álbum y corriendo haci...

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Ya sin demora, fui corriendo hasta el cuarto de papá, cerré el álbum y lo acomode de la forma en que lo había encontrado, acomode una vez mas las camisas y cerré el ropero. Intentando regular un poco mi respiración fui por la aspiradora y seguí con mi deber.

11:47 ya había terminado todo, literalmente la casa brillaba, aunque quizás solo lo hice para ocupar mi mente y no llenarme de preguntas respecto a mis padres. Sentándome en el sofá, con un libro en mis manos y entre las páginas la foto de mi madre, quería memorizarla; piel blanquecina, ojos grandes esmeralda, largo cabello del mismo color de sus ojos, sus pequitas, su hermosa y cálida sonrisa. El ruido de las llaves me despertó, rápidamente oculte la foto entre las páginas y me hacia ver como si estuviese leyendo. Aunque en serio me gustaba la lectura, con 7 años en camino a los 8 y amante de los libros, creo que eso lo herede de papá. No me tardo mucho centrar toda mi atención al libro, al momento que papá hacia presencia en el salón.

- hola pequeña, vaya, si que dejaste brillando la casa - se acomodó algo cansado a mi lado.

- creo que si me emocioné, tal vez solo lo hice para matar el tiempo, bienvenido papá - bese su mejilla dándole la bienvenida.

- ah~, bueno ya es momento de irnos, aunque dame unos minutos para recuperar fuerzas - su tono cansado me hacia reír.

Cerré el libro y fui hasta la cocina por un vaso de agua, eso le ayuda. Se lo entregué y en cuestión de segundos ya no había ni una gota de esta.

- ah~ gracias pequeña, bueno trae tu abrigo para irnos - acaricio mi cabello cariñosamente.

Con rapidez tome el libro y subí corriendo a mi cuarto, guarde el libro en mi estante; tome mi abrigo azul oscuro y un paraguas. Cuando volví a la sala papá estaba viendo su billetera ¿nostálgicamente?.

- ¿Papá?

- ah! - cerro rápidamente su billetera y levanto su mirada - ¿Ya estas lista?.

- sí, mejor si llevas un paraguas, es probable que llueva.

- tienes razón, ojala que sea mientras comemos y no otra cosa - me sonrió.

Salimos de casa hacia un restaurante familiar, me gustaba pasar esta clases de cosas con mi papá, estar a su lado los dos juntos... Los dos, me gustaría poder decir los tres, una familia completa; papá, sonriendo mientras abraza a mamá, los dos juntos viéndome con una sonrisa y amor... Cada vez que veía a mis amigas con sus madres, me daba envidia, pero luego recordando que al menos tengo a papá una sonrisa se apodera de mi.

- ¿De qué te ríes? - pregunto papá.

- no, de nada, solo recordaba algo irrelevante - dije sonriendo para aliviar su curiosidad.

- ... Tu sonrisa es igual a la de tu mamá - me dijo. Era la primera vez que decía algo que herede de ella aparte de su cabello.

- ... ¿En serio? - solo sonreí, me sentía un poco mas cercana a mamá cuando lo hacia.

Terminando la comida, salí primero mientras papá pagaba la cuenta; me doy cuenta como las demás lo miran, parecía que veían a una presa a la cual les daría el placer de devorar; un ligero escalofrío se coló por mi espalda y dándome vuelta me fije que un hombre robusto, barrigón y mal oliente me estaba mirando, no podía descifrar porque pero su mirada me daba asco. Se arqueo hacia mi, lo cual solo incremento el mal oliente olor.

- eres una niña preciosa, seguro valdrás mucho - dijo con una voz tan ronca y áspera que me puso la piel de gallina.

- ... ¿V-valdre? - eso ya confirmo mis sospechas, iba a gritar cuando puso su asquerosa mano en mi boca.

- shhhh~ no querrás molestar a nadie ¿verdad? - acerco mas su cara hacia mi cabello, tomo un pequeño mechón que acaricio con la yema de sus gordos dedos - muy suave, un cabello de calidad, así solo incrementará el precio.

El miedo me dejaba paralizada, guíe mis ojos hacia adentro para ver porque papá tardaba tanto, viendo como una mujer rubia de gran escote y mucho busto le hablaba, distinguía el desagrado de papá con ella, sentí un poco de pena, porque cuando él perdía la paciencia era de temer. Pero volviendo a mi situación quien corre mas peligro era yo.

- seguro tus padres están por aquí, mejor vamos a un lugar mas alejadito - sin dejar de taparme la boca, uno de sus brazos estaba pasando por mi cintura, entonces empezó a caer la lluvia. ¿En serio nadie se da cuenta que hay un secuestro?.

En mi desesperación solo mordí su mano fuertemente, me soltó un poco brusco mientras gritaba de dolor, sin importarme la lluvia corrí; iba a entrar al restaurante pero estaba abarrotado de mujeres que se peleaban, no podía quedarme y corrí en dirección contraria; podía oír sus horribles gritos que lanzaban insultos desagradables, llegando a un parque me escondí entre los matorrales rogando porque no me encontrase.

Oía su voz mas cerca, con el mayor sigilo que pude me desplazaba un poco mas lejos cada vez que se acercaba, cuando llegue a la cerca de metal me escabullí por un hueco y volví a correr; creo que no pude despistarlo porque volví a oírlo detrás de mi. No lograba ver bien pues la lluvia mojo mi flequillo que cubría mis ojos y no me daba buena visión, por eso había chocado con alguien.

- l-lo siento, p-perdone - estaba tartamudeando por el miedo de que aquel hombre me agarrase.

- ¡¡OYE TÚ, MOCOSA DE ******!! - oí sus gritos que solo lograron que temblara más.

- ... escondete tras de mi - dijo aquella persona con quien choque.

- ¿Eh? - no pensé mucho pero le hice caso, haciéndome bolita en el piso, pero sin perder de vista a aquella persona. Alto, rubio y de espalda ancha.

Observe como aquel hombre gordo me había visto, el miedo se apodero de mi; a la par aquel que estaba en mi frente empezó a andar en su dirección algo mas rápido, justo antes de cruzarse, el hombre rubio extendió su brazo derecho y lo choco fuertemente. Mi sorpresa no pudo ser mas grande, de un solo golpe derribo a ese hombre, luego grito.

- ¡¡¿QUÉ RAYOS CREES QUE HACES PERSIGUIENDO A UNA NIÑA PEQUEÑA?!!.

"¿Dónde estas mamá?"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora