Capítulo 6

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Eran alrededor de las ocho de la noche. Los pequeños rayos de sol que salían de vez en cuando en invierno desaparecían conforme pasaban los minutos. El frío se hacía presente y el cielo se pintaba de gris. No puedo negar que estaba ansiosa por salir con Adam, por primera vez desde que conocí a Daniel puedo pensar en otra cosa que no fuera él, su mirada, incluso en la pequeña cicatriz que tenía en su ceja derecha.

Me encontraba hurgando dentro de mi armario buscando algo lindo que ponerme. Mi cabeza quería explotar al no encontrar algo adecuado para soportar los 15 grados de temperatura y que al mismo tiempo me hiciera lucir bien. Dándome por vencida me decidí por un par de jeans blancos, un suéter negro y una chamarra de mezclilla, sin olvidar mis botines negros que para emergencias así nunca fallaban.

Dejé mi cabello suelto para que se secara al aire libre, cosa que sería difícil, pues la temperatura y la humedad no ayudaban mucho. Tomé el bolso que se encontraba en el perchero de la puerta y salí directa a la planta baja esperando encontrar a mi papá para que el pudiera llevarme a la plaza donde se encontraba el bar.

—¿Papá? —pregunté nerviosa. Nunca había tenido que lidiar con un padre ni con chicos, todas las citas a las que había acudido en Los Ángeles iban acompañadas de buenos consejos de mi tía, y ser primeriza en ésto con mi padre, me hacía sentir más nerviosa.

—¿Sí? —dejó su celular para prestarme la mayor atención posible, lo cual agradecí.

—Tengo una cita —dije de golpe tratando que todo esto acabara lo más pronto posible.

—¿A dónde saldrán? —preguntó mientras se ponía de pie y se acercaba a mí.

—A un bar —balbuceé. 

¿A qué clase de padre por más grande que estuviera su hija le gustaría verla tomándose un par de cervezas? Y peor aún… si él mismo tuvo problemas de alcoholismo caería en la cuenta de que fue un mal ejemplo.

—Prometo no llegar tarde —dije tratando de llegar a un acuerdo.

—¿Quieres que te lleve? —preguntó tomando las llaves del auto.

No sabía si lo hacía por quedar bien, o solo estaba acostumbrado a este tipo de cosas. Asentí con la cabeza.

Ambos subimos al coche y nos dirigimos al lugar, después de preguntarme en que bar habíamos quedado. En el camino no sabía cómo sentirme al respecto, agradecía que mi padre tuviera confianza en mí, pero en el fondo deseaba que me protegiera como a una niña indefensa, incluso que se pusiera celoso por salir con alguien. Pero ya no era una niñita, era mayor, así que supuse que eso no me tocaría vivirlo nunca.

Bajé del auto despidiéndome de él, caminé por el asfalto mojado para después entrar al bar. El interior se encontraba abarrotado de personas y en la parte exterior, justo en frente de la calle, se encontraban un par de mesas disponibles. Tomé asiento esperando ver a Adam llegar por alguna dirección visible desde el lugar donde me hallaba.

Miré mi celular y éste marcaba las 8:52 horas. Tal vez había exagerado un poco con la puntualidad. Como era viernes por la noche las calles del centro de la ciudad cobraban vida cuando las personas salían a divertirse a algún bar, antro o quizá solamente a un bonito restaurante a cenar.

El mesero se había acercado a preguntar si quería pedir algo mientras esperaba, a lo cual yo respondí que no, pues no faltaba mucho para que Adam llegase. Un trio de chicas pasó por la acera del bar, dos llevaban vestido mientras una de ellas llevaba falda, las tres con medias y con chamarras de piel o de mezclilla y tacones altos, no pude negar que se veían muy bien. En cambio, yo no solía encontrar una sola curva provocativa en mi cuerpo, mi piel era demasiado pálida, tanto que si no dormía bien aunque fuera una noche, se me formaban ojeras demasiado pronunciadas, mi cabello colgaba hasta mis hombros y era lacio y color café, una de las cosas que más me gustan de mí son mis largas pestañas, que heredé de mi madre y que hacían que mis ojos cafés se vieran más grandes aún, y para finalizar, los hoyuelos que aparecían en mi rostro cada vez que sonreía. No me podía quejar, pero sin duda ponerme a competir con alguien como esas chicas sería un tremendo fracaso.


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