Garrison Proud

El principio de una noche muy larga

Keith había sido arrastrado por Lance hasta su habitación solo para mostrarle "la sorpresa que tenía para Pidge", una idea de Hunk y cuando al fin había logrado llegar a su habitación tenía pensado tomar una siesta, mas no podía dejar de pensar en aquello que le había mostrado Lance y aquella pregunta hecha por el cadete.

— ¿De verdad no piensas ir?

Se echó sobre la cama y miró el traje colgado en su puerta, Shiro había pasado muy temprano a dejárselo, recordándole de forma insistente la hora a la que empezaba para que no fuera a llegar tarde. Suspiró con fastidio aun intentando decidir si ir o no a aquella tontería.

Miró sobre su cabeza para ver los dos animales de peluche que reposaban sobre la cabecera de su cama, soltó un nuevo suspiró antes que el golpe en la puerta lo hiciera levantarse con un sobresalto.

Alejó sus pensamientos y se acercó a la puerta, no recibía visitas seguido por lo que ya sabía quién estaba al otro lado de la puerta y no se decepcionó al abrir la puerta y encontrarse con el serio rostro de Shiro.

— ¿No estas arreglado? La reunión empieza en una hora — le reprochó al ver al sudado muchacho.

— El taller era un desastre — se excusó Keith mientras se dejaba caer en la silla de su escritorio, haciéndola girar —. Tenemos que entregar las llaves el lunes y no podía dejarlo así.

— Pudiste hacerlo mañana.

— No molestes, Shiro. Mejor dime a que has venido.

Shiro abrió la boca para soltar otro regaño pero en lugar de eso soltó un suspiro que lo hizo y miro al chico examinándolo.

— Hable con "esa persona" — soltó con cierto disgusto, mas espero al ver la sonrisa burlona de Keith antes de seguir hablando —. Va a venir con Krolia.

La sonrisa de Keith se desfiguró a una mueca de terror y el chico se puso de pie como si un rayo le hubiera caído encima.

— Estas de broma — balbuceó.

— Quiere verte, Keith — le explicó Shiro como si estuviera hablando con un niño —. No me sorprendería que esa persona la haya traído solo para molestarte pero no creo que eso afecte en lo mucho que ella te extraña.

Keith soltó un gruñido mirando a un lado, se debatió una vez más sus opciones, solo que está vez la balanza se inclinó con mucha facilidad.

— No iré, Shiro. Di lo que quieras pero no me harás verla. No le he dicho a nadie sobre ella, quedaría como un mentiroso frente a...

— No seas ingenuo, Keith — lo interrumpió Shiro cruzándose de brazos como un padre que está reprendiendo a su hijo —. ¿No crees que las personas ya lo presientan? Alguien tendría que ser muy lento para no sospecharlo. Los miembros del equipo alpha y beta siempre vienen de familias influyentes.

Keith soltó otro gruñido molesto evitando mirarlo, sabía que tenía razón pero odiaba que se lo recordaran. Shiro seguía mirándolo esperando su respuesta pero parecía que el chico tendría un ataque en cualquier momento, por lo que continuó hablando.

— ¿Qué es lo que realmente te molesta?

Keith miró a Shiro examinándolo con cuidado antes de contestar pero antes de hacerlo se sonrojó un poco.

— Yo. No le he contado a nadie de ella — repitió con vergüenza —, y puede que alguien tenga otro concepto de mi origen.

—Le mentiste a alguien para quedar bien. Keith, sabes que eso...