Capítulo 4

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Saru permaneció inconsciente un buen rato. Por suerte para él, ese día Misaki estaba de mal humor y quería discutir con él sobre lo que les estaba pasando. Después de aporrear la puerta y no recibir respuesta, Misaki se temió lo peor. Echó la puerta abajo con una sola patada y entró.

Se encontró con Saru en la misma posición en la que se había desmayado.

- ¡Saru!

Después de zarandearlo un poco, se dio cuenta de que tenía fiebre y que respiraba muy lentamente. Hizo lo que pudo para ayudarle él solo, pero, como era de esperar, el escándalo que había formado había alertado a otros miembros de HOMRA.

Antes de que pudiera evitarlo, se hicieron con el control de todo y habían llamado a una ambulancia. Misaki volvió a sentirse apartado, al igual que el día que Saru tuvo el accidente. Y, además, tuvo ese sentimiento de culpabilidad que ya era tan conocido para él.

Nuevamente no fue consciente de cómo le trasladaban en el hospital, ya que, cuando quiso darse cuenta, volvía estar en el pasillo de la habitación.

Misaki estaba angustiado. Todo estaba pasando casi igual que la última vez.

- No lo hagas. - dijo Kusanagi de repente. - No te culpes.

- ¡Pero es que es mi culpa! - le interrumpió Misaki. - ¡Discutíamos mucho y nuestras discusiones le afectaron!

- Fue él el que decidió no comer, ¿no es así?

- Si, pero...

- Entonces no hay nada más que hablar.

A pesar de que sabía que una parte de la culpa la podía tener Misaki, no quería que su amigo se auto culpara más. Le conocía de sobra como para saber en qué medida le afectaban los temas en los que Saruhiko estaba implicado.

- ¿Puedes contarme por qué discutíais?

- no...

- ¿tan grave es?

- Te he dicho que no te lo puedo contar. Y punto.

Todos se volvió un poco tenso entre ellos. Afortunadamente, no duró mucho. Enseguida salió el doctor de la habitación de Saru con una cara de cierta preocupación.

Misaki se levantó de la silla y prácticamente acosó al doctor.

- ¿Cómo está? ¿Está bien? ¿Es muy grave? ¿puedo verle?

- Está bien, no se preocupe. - le tranquilizó. - Parece que el desmayo se ha debido a un agotamiento que lleva arrastrando desde hace tiempo. A eso debemos añadir una falta de nutrición algo grave. Afortunadamente ya le hemos administrado los nutrientes necesarios y actualmente está despierto, - le mira. - Puede pasar, pero le pido que sea breve, y que procure no alterarle.

Misaki asintió y entró en la habitación sin esperar el consentimiento de Kusanagi.

Al entrar, Saru se le quedó mirando. Estaba bien, pero tenía un aspecto bastante cansado. Le sonrió de forma irónica.

- Has venido, eh...

- ¿Pensabas que no lo haría?

-  A decir verdad... - su voz era suave y cansada. - Ya no sé qué pensar de ti.

Lo Que Somos. - {Sarumi}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora